28 febrero 2009

Censura en “El País”

Despedido, enfermo de la vista, con 54 años, tras 27 de ellos trabajando ininterrumpidamente en la SER, donde había formado parte del equipo de Fernando Delgado en ‘A vivir que son dos días’, titula así Javier Astasio en su Blog (20/02/2009) el Post “Censura en “El País”. Te invito con mi más convencido consejo a leer su Blog. - Chapeau, Javier! Te felicito de corazón. Copio aquí algunas de tus palabras:

Me temo que en "elpais.com" alguien no quiere perder su puesto de trabajo. Lo digo porque hace ya más de 24 horas respondí a su invitación para dejar un comentario en la sección de participación "¿Has perdido tu empleo por la crisis? Cuéntanos tu caso" y "que si quieres arroz, Catalina", porque éstas son las horas en que nada de nada: el comentario no aparece.

Como explicaba en él, se me despidió de la Cadena SER, del Grupo PRISA y con beneficios, que bien presumen hoy de ello, después de 27 años, 25 en nómina, con 54 años y con una grave enfermedad en la vista. Pero a lo mejor mi caso no encaja en la sección, porque mi despido no tiene su origen en la crisis sino en la "sana" intención de lucro del grupo PRISA.

Que conste que hasta hace unos días yo tenía fe en mi empresa y en EL PAÍS que he venido comprando religiosamente cada día, hasta que mis ojos no han podido ya con la edición impresa.

Yo he visto morirse en la SER, protegidos y justamente protegidos por mis jefes (de entonces) a personas que lo habían dado todo por su empresa y que, aunque sin sitio en ella, sí tenían capacidad y voluntad de seguir haciendo lo que siempre habían hecho y por lo que, sin duda, habían recibido palmaditas en la espalda: escribir.

Esos jefes, tan eficaces como humanos son ya un recuerdo del pasado. Vivimos ahora en el "nadie conoce a nadie", en el "sálvese el que pueda", o como le escuche a uno de mis jefes, haciendo un chiste, espero, "más rato, más barato".

Quien trabaja en un medio de comunicación, especialmente para la radio, tiene que tener muy claro que no lo hace para sus jefes, para quien las más de las veces eres sólo un sueldo que pagar y un problema a la hora de cuadrar el presupuesto, y mucho menos trabaja para quienes son dueños de tu empresa porque la han comprado, y jamás te van a devolver el trozo de vida que les has dado, porque también creen que lo han comprado.

Un último consejo: leed prensa, pero sed críticos y desconfiados porque la empresa es la empresa y el dinero no tiene color ni ideología.

(Sin comentarios)

27 febrero 2009

Oferta de trabajo: Director Comercial

Trabajo con incorporación inmediata para la oficina de Madrid. LID Editorial Empresarial, una agencia de imagen que usa el libro como medio de comunicación y como soporte físico para una campaña de relaciones públicas, más que una editorial tradicional.

Perfil del candidato

· Mínimo de seis años de experiencia en un puesto comercial, con al menos tres en una posición de supervisor

· Con capacidad de asumir rápidamente plena responsabilidad y de llevar muchas tareas a la vez cumpliendo plazos y objetivos.

· Autonomía, iniciativa, capaz de establecer sus propias metas y de organizarse.

· Aptitudes comerciales.

· Carácter comunicativo, buen trato y educación en contacto con el cliente.

· Activo, organizado, ordenado, constante, perseverante, capaz de asignar prioridades a las distintas tareas, capaz de hacer las llamadas seguidas que haga falta, localizar contactos optimizando sus esfuerzos, email e Internet, presentaciones cuidadas.

· Con conocimientos sobre las áreas de una empresa para poder entender los contenidos de los libros.

· Con conocimientos de marketing / relaciones públicas / patrocinios o publicidad.

· Uso habitual de Word, Outlook y PowerPoint y ocasional de Access y Excel.

· Conocimientos de inglés a nivel de conversación.

Condiciones:

Puesto fijo, con contrato indefinido y un periodo de prueba de tres meses.

Remuneración: un fijo más un variable importante en función de las ventas propias y del margen bruto de las ventas del resto de la empresa que él negocie.

Está en Musgo 3, La Florida (Nacional VI, Km. 12, Madrid). Imprescindible tener coche para desplazarse a reuniones (kilometraje por cuenta de la empresa).

Hay una tarde libre a la semana (viernes), horario de 9h00 a 19h00 con una hora para comer, excepto en julio y agosto que es hasta las 14h00 (jornada intensiva). Vacaciones: 30 días naturales concentrados en Navidad, Semana Santa y agosto.

Contacto: Marcelino Elosua, enviar el CV a marcelino.elosua@lideditorial.com

26 febrero 2009

Un hijo es un tesoro

Ha muerto Ivan Cameron, el hijo mayor del líder del Partido Conservador británico, David Cameron y su esposa Samantha. El niño padecía parálisis cerebral y epilepsia severa desde su nacimiento. Con sus sólo seis años, empeoró anoche, por lo que debió ser ingresado en el hospital St.Mary's de Londres, donde falleció a primera hora de esta mañana.

El líder 'tory', quien se hizo con la dirección del partido en 2005, llevaba menos de un año como diputado en Westminster cuando su hijo nació en abril de 2002. Posteriormente, la pareja tuvo otros dos, Nancy y Arthur, de 5 y 3 años, quienes no tuvieron ninguna complicación. Sin embargo, el pequeño Ivan no podía caminar ni hablar y debía ser alimentado mediante un tubo en su estómago.

El primer ministro británico, Gordon Brown, y su mujer, Sarah, les acompañan en su dolor. "Sé que Ivan fue un niño que llevó alegría a todos los que le conocieron y su vida estuvo rodeada de cariño. Los pensamientos y oraciones de todo el país están con David, Samantha y su familia", les comunican en su nota. También la hija mayor de Gordon Brown, Jennifer, nació prematura en el 2001 y falleció diez días después.

La sesión de la Cámara de los Comunes del Parlamento, ha sido cancelada como muestra de luto. Esto no ocurría desde que una sesión en el año 2000 duró hasta la mañana siguiente. Antes de eso, también se suspendió en 1994, el día en que murió el entonces líder del Partido Laborista, John Smith.

En un telegrama, el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, le ha comunicado a Cameron que "en estos momentos dolorosos" puede contar con el apoyo de "tus amigos" del PP y le manifiesta que "nuestros pensamientos y oraciones están contigo".

25 febrero 2009

Un repasito sobre el trabajo

El bien más ansiado hoy, no creo exagerar, tal vez sea el empleo. ¿Motivo? Estamos en plena recesión. Lo digo sin ninguna acritud, señor Rodríguez Zapatero. No es un acoso: es sólo llamar a las cosas por su nombre, como nos gusta hacer a los que pensamos… Aunque ya sé que eso no les gusta nada a los políticos.

Ellos prefieren proclamar su gran mensaje cargado de eufemismos, vender su humo repleto de slogans, atontar a las masas con promesas luego olvidadas, ganar la ilusa confianza ciudadana a cualquier precio… pero nada más, “res de res”, que dicen en Catalunya. “Estamos trabajando seriamente en la búsqueda de soluciones al problema”, repiten dogmáticamente, con gesto serio, sin jamás rendirnos cuenta de qué trabajos tan cacareados son ésos, tan fundamentales, que tanto y tanto les ocupan siempre.

Datos de hoy. En 2008, España multiplica el déficit público de Alemania TREINTA Y OCHO VECES: tenemos un 3,8% nosotros, frente al 0,1% alemán. La compraventa de viviendas cae un 30% en 2008. Los pedidos industriales se desploman un 30,3% en diciembre: el cuarto peor dato de toda la Unión Europea. Quizá ahora el Gobierno sí me permita afirmar que estamos en crisis.

Hasta hace unos meses, tan siquiera mencionar la catástrofe a la que entrábamos, era síntoma claro de fascismo alarmista, de felonía y traición flagrante a la sociedad, de ataque injustificado a nuestra economía tan sólida, de crear alarmismo antisocial, de sospecha segura de predicar un catastrofismo de derechas, una demostración cierta de una falta absoluta de patriotismo. La hemeroteca no perdona. Así habló Zaratustra, perdón, Zapatero: "Crear alarmismo injustificado, es lo menos patriótico que conozco", señaló nuestro presidente hace 13 meses (9 enero 2008).

Mientras tanto, eso sí, preocupación por los grandes problemas importantes: ampliar el aborto a discreción desde los 16 años, homologar las parejas gays y lesbianas con los matrimonios (perdón: quise decir ‘con las parejas’), implantar mucha educación de la ciudadanía para enseñar a los niños a ponerse condones, promover mucha alianza de civilizaciones para aliarnos con tiranías del tercer mundo en contra de los grandes países líderes, lloriquear y mendigar salir en las fotos con el G-20 y con el G-8, darles desplantes a los Estados Unidos mientras se caricia a Fidel Castro y Chávez…

Moleste a quien le moleste, gracias a la inactividad o a pesar de la actividad de José Luís Rodríguez Zapatero, tenemos la peor crisis de la historia reciente. Cada día nos acecha a todos el fantasma del despido. El paro asusta a cualquiera, incluso hasta a los profesionalmente más firmes. Esto es lo que hay. No pensemos que a nosotros no nos va a tocar, pues cuanto más nos adentramos en la crisis, más se aceleran los Expedientes de Regulación del Empleo ERE, más clientes logra el INEM y más crece el paro, superando los cuatro millones antes del verano, si es que no llegamos al 20% de inactivos.

No es plato de gusto irse al desempleo. Por eso me permito sugerir, como antídoto, que demos un repaso a viejas ideas de Posts anteriores, que pueden darnos alguna luz, como estos:

1. Primer Trabajo
2. ¿Qué haría yo en tu lugar?
3. ¿Eres tú el candidato perfecto, o van a elegir a otro?
4. ¿Y las prácticas?
5. Soluciones en tiempo de crisis
6. Crisis: ¿qué hacer?
7. Cómo conseguir trabajo-How to get a job
8. Entrevista de trabajo
9. Y como postre, Plan profesional

Que aproveche. Bon appetit. Enjoy your meal.

17 febrero 2009

Niño y héroe

Acaba de suceder un acto heroico, conmovedor. El protagonista es... ¡nada menos que un niño! Se trata de un emigrante subsahariano, que decidido y valiente, sabiendo lo que se jugaba, ofreció su vida por salvar de ahogarse a un hermanito suyo. Al borde de sus fuerzas, tras una travesía desastrosa desde la costa africana, agarrado con desesperación a la patera volcada que arrastran las olas, prefirió cederle su puesto a otro chico más pequeño, quedándose él sin ayuda, ante el salvador que intentaba rescatarle.

Christian Hunt recuerda emocionado cómo al alcanzar la patera que se hundía, vio a un menor y que, cuando se disponía a salvarle, el chico le pidió en francés que ayudara primero a otro niño más pequeño, que ya sin fuerzas, pugnaba por mantenerse a flote. Todo un ejemplo vivo de generosidad, de valentía, de heroísmo y de entrega. Estos valores que tanto cuesta hoy encontrar en nuestro mundo ‘desarrollado’, podemos contemplarlos encarnados en un chiquillo 'sin civilización', que prefiere ayudar a otro menor, antes que salvar la propia vida.

El testimonio proviene de un surfero uruguayo, residente en Canarias, que ha salvado a seis de los veinte niños naufragados en la última patera hundida en el mar ayer ante Lanzarote. "Cuando llegué, todos ellos estaban morados, con síntomas de hipotermia y a punto de rendirse", relató. Uno a uno, y pese al malísimo estado del mar, con corrientes y oleaje, Hunt fue sacando a flote, a bordo de su tabla, a los seis únicos supervivientes.

Entre los cadáveres recuperados de las 21 víctimas, 15 eran menores, algunos de solo 7 u 8 años. Además, se encontró el cuerpo sin vida de una mujer embarazada. Los vecinos que participaron en el rescate, con miembros de los equipos de salvamento, se encontraban conmocionados por tener que sacar del agua los cuerpos de unos niños de tan corta edad; entre ellos, el de una pequeña de solo 8 años.

Los inmigrantes que corrieron peor suerte lanzaron gritos de desesperación y lamentos bajo la barca antes de desaparecer, según explicaron testigos de la tragedia. "Cuando llegué allí, lo que ví era tétrico: gente flotando a la deriva, la patera volcada y varias personas agarradas al barco", explicó Christian Hunt. Se estaban ahogando y gritaban tan fuerte pidiendo auxilio, que sus voces se oyeron desde las casas de Los Cocoteros (Lanzarote) más cercanas a la playa, de donde salieron a ayudarles a todo correr.

Unos se lanzaron al agua en busca de supervivientes. Otros arrojaron cuerdas para que los que se mantenían a flote se pudieran agarrar a ellas. Aunque atardecía, aún quedaba luz suficiente para ver una escena atroz: una patera volcada a apenas 20 metros de la playa, seis jóvenes luchando por mantenerse a flote y los cadáveres a la deriva de dos mujeres, una de ellas embarazada, y de una veintena de chicos, la mayoría niños de corta edad, a los que se les habían acabado las fuerzas para seguir luchando contra el océano.

Al volcar la patera, los inmigrantes que no lograron agarrarse al casco se vieron condenados. No sabían nadar y, además, muchos, para protegerse del frío de la travesía, llevaban varias capas de ropa. Cuando los sin papeles cayeron al mar, las prendas, totalmente mojadas tras 20 horas de viaje, se convirtieron en losas que les sumergieron en el océano.

15 febrero 2009

Lourdes: 24 años en coma

Atendida por su familia durante tantos años, sin que jamás sus hijos se plantearan desconectarla, Lourdes viviendo en coma ha sido parte importante de sus vidas. Sus tres hijos, dispuestísimos a cuidarla, Miriam, Yamil y María Ángeles, han estado unidos durante casi 9.000 días por una decisión: «Jamás desconectaremos a mamá de la máquina».

Lourdes murió hace dos días. Hasta anteayer, sus hijos afirmaban: «Cada día vemos cómo mi madre respira y sabemos que se da cuenta de algunas cosas, que experimenta sensaciones. Si en su momento no ocurrió nada... no murió, no entiendo por qué deberíamos hacer algo distinto ahora y dejar de alimentarla», afirmaba el miércoles Miriam, rodeada de sus hermanos, muy cerca de su madre.

Un cáncer acabó el día 14 con la vida de esta mujer. Antes de cumplir los cuarenta años, en septiembre de 1984, un derrame cerebral arrojó a esta médico anestesista a un coma del que ya no ha podido salir. Hasta el pasado jueves, sus tres hijos hacían turnos a la orilla de su cama del Hospital Laguna, en Madrid.

En su cabecera habían colgado su declaración firme, en una cinta con 13 letras mayúsculas de vivos colores: «A la mejor madre». Tal vez ese mérito le valió a Lourdes disfrutar a diario de todo cuidado de sus hijos, de sus padres y del personal del hospital. Ella respondía a su manera: reaccionaba a las caricias, se asustaba con los portazos, le incomodaban los aspavientos, le rechinaban los dientes cuando estaba inquieta y, por supuesto, sus lágrimas caían también, como le ocurrió más de una vez.

«Un día -explica María Ángeles- le dije a mi hermana: “¡Miriam, mira, mamá está llorando!”. Le pregunté, con mi monólogo de siempre, si tenía frío, calor o algún problema físico. Y le cayeron más lágrimas. Me quedé sorprendida. Ella percibe el cariño. Yo creo que lleva aguantando todo este tiempo por el cariño de la gente».

Cuando Lourdes entró en coma, Miriam tenía 15 años, Yamil, 13, y la pequeña, 9. «Mi madre era muy guapa, muy elegante, y le gustaba ir bien vestida. En aquella época usaba ya esas pastillas para ponerse morena. Y nos consentía mucho», recuerda María Ángeles. «Los primeros meses confiábamos en que se recuperara -afirmaba Yamil el pasado miércoles-, sobre todo cuando logramos ponerla en pie y que caminara, pese a que todo el mundo decía que era imposible. Pero después te das cuenta de que no va a despertar. Si lo hiciera, no sé qué pensaría si de repente se viera así, tan deteriorada».

Los tres hermanos coinciden en que la enfermedad de su madre les ha unido más. Su muerte lo hará también.

13 febrero 2009

Carta de un alumno

Estimado Pedro:

Soy Javier, de tu clase. Abusando de la confianza que me da saberme alumno tuyo, gran favor que agradezco, ya que no sólo eres profesor, sino que también ejerces, te pido un consejo que necesito.

Como bien recordarás, siguiendo tus recomendaciones, cursé fuera de Madrid mis primeros años de carrera. Realmente ha sido maravilloso. He crecido, he madurado, me he formado, he aprendido algo mucho más importante que sólo unas asignaturas. Han sido los años más fantásticos de mi vida. Te lo agradezco de corazón. Ante eso, Erasmus me parece un juego de niños.

Por circunstancias que ya conoces, tuve que volverme a casa con mis padres. Esto es un horno. No quiero estar en un internado. Me aburren tantas correcciones como si fuera yo un niño. Que si no coger el coche, que si no llegar tarde, que si no cantar o poner música en mi cuarto… No sé si pasar de todo y pirarme a terminar la carrera fuera, lejos, con mis primos. ¿Qué hago?


Perdona la lata, y un fuerte abrazo.

Mi gran Javi:

Es imposible conseguir que tus padres te consideren, sin más, de golpe, sin que tú hagas nada, un hombre hecho y derecho. Por cada minuto que te han visto actuando como adulto, como mayor de edad, te han contemplado ¡horas! antes actuando como un niño.

El título de persona mayor, hay que ganárselo. Y no se gana gastando una millonada en móvil, ni una pasta gansa saliendo con los amigos, ni estando todo el día fuera de casa llegando a las mil y sólo para dormir y para atacar la nevera a destiempo.

Si quieres un hogar, no vivas en una fonda. Una casa no es una pensión. Ya te tocará sacar una familia adelante, y verás la poca gracia que te hace dejarte la piel por todos, para que luego cada uno vaya a su bola, montándose los planes sin contar para nada con el resto.

“Yo me lo paso mejor en vacaciones yéndome sólo con mis amigos”. Toma, y yo. Cualquiera prefiere montarse planazos al destajo, que tener que cuidar de los peques y de los viejos. Pero es así la vida: cuando dejan de cuidar de ti, te toca ponerte a ti a ayudar. La madurez no es para que te lo montes a parte y para que pases de todos, como un perrillo callejero. Es para convivir, y para anteponer la familia a los amigos.

Conclusión. Cúrrate el prestigio que necesitas, para hacerles ver que sabes actuar como un adulto, que tienes tus propias opiniones e ideas, tan respetables como las suyas, que eres suficientemente mayor como para saber qué horario de vida te conviene más.

Te sugiero varias propuestas:

1.- Créate una campaña de imagen.

- No te permitas excederte ni con media chiquillada delante de ellos. No uses bobadas en el hablar, ni te comportes con niñerías en tu actuar. Vístete siempre, como quieras que te traten. Si apareces en chándal en una reunión, no pretendas infundir allí un respeto que ni tú mismo te lo sabes dar.

2.- Busca la madurez total.

- Si quieres que te consideren un adulto, tendrás que renunciar a lo que resulta inadmisible en un mayor. ¿Qué pensarías tú, si tu padre llegara un día lleno de colgajos, tatuajes, tattoos & piercings? ¿Qué dirías de tu madre si un día viniese a casa rapada de skin?

3.- Infunde respeto con tus ideas.

- Emite tus opiniones delante de ellos con la ponderación, coherencia, sosiego, espíritu crítico, fundamentación y con la madurez de un señor. No digas ni media chorrada que te desautorice, cuando la conversación esté tratando algo de la mínima relevancia. Distingue cómo actuar ante los mayores y sus gustos, de con los planes de la pandilla.

4.- No hay derechos reclamados, sin deberes antes cumplidos.

- Si quieres disponer libremente de todo, como un adulto (hora abierta de llegar a casa, coger el coche sin avisar, no tener que pedir permiso para irte a cenar fuera), habrás de cargar también con los costes que eso conlleva. Lo cual significa que no puedes escaquearte de las cargas. Tienes que arrimar el hombro como un mayor, ofrecerte para solucionar los problemas, si quieres que te traten como un miembro de pleno derecho.

5.- No pidas, si no das

- ¿Quieres un trato de hombre adulto? OK. Pues compórtate también como un hombre adulto. A los pequeños se les permiten salirse del tiesto, porque a ellos no se les da ninguna relevancia, y porque se dejan corregir y reprender, e incluso castigar. Si no quieres sufrir advertencias y castigos, compórtate con toda responsabilidad y madurez.

6.- Aprende a comportarte en casa ajena.

- Si los costes de la vivienda donde habitas, los pagan tus padres, es lógico que las reglas del juego las marquen ellos también. ¿No te parece justo? ¿No le dirías tú a tus amigos, en mi casa mando yo? ¿O prefieres vivir en casa como si fueras sólo un alojado o un alquilado?

7.- Convivir es la asignatura que más cuesta aprender.

- Si no eres capaz de aguantar los defectos, las manías, las peculiaridades de quienes contigo comparten techo, amigo, mal lo llevas. Además, cuando con ellos te unen lazos imborrables de apellido, origen, cultura y condición. Te sugiero que sepas vencerte a ti, más que vencerles a ellos. Eso sí que es todo un reto. Luego serás capaz de relacionarte hasta con los bosquimanos.

8.- Gánate el prestigio

- Tienes que lograr alcanzar toda la reputación que mereces. Y eso no es sólo problema de sacar buenas notas. Es mucho más: es vivir con sobriedad en los gastos, es usar con moderación tu teléfono, es conducir sin multas y sin destrozos, es ocuparte e interesarte por la marcha de los asuntos comunes…

9.- Examínate a ti mismo.

- Es muy fácil criticar a los demás. Pero cuando un diálogo o unas relaciones fallan, no suele ser el 100% culpa de uno sólo de los bandos. Dos no discuten, si uno no quiere. Mira bien no sea que tú tengas también algo que corregir.

10.- Prepárate, que pronto tendrás tú una casa propia que sacar adelante.

- Saca experiencia y toma nota de lo que veas mal, porque estás a dos calendarios de tener que montar tu propia vivienda: por destino, por colocación, por trabajo, por la vida misma. Así que no pierdas mucho tiempo en adoctrinar y en dar lecciones a los otros, que al fin y al cabo, no te las van a agradecer, y aprendamos nosotros, que buena falta nos hace. ¿No crees?

Un saludo.

12 febrero 2009

Carta de una alumna

Estimado Pedro, ¿Cómo le va todo?

Soy Paloma, una chica alumna suya de cuarto curso. Le escribo para comentarle mi actual situación laboral. Trabajo en un medio digital local, subiendo noticias, entrevistas y artículos en general, además de atender correos de lectores y ocuparme de las relaciones con los clientes. Hasta ahí, todo correcto. Pero, ¿debo continuar?

Tengo pros y contras, y pido un consejo al respecto.

- Pros: un sueldo aceptable (500 € nada despreciables, tal y como está la economía), el trabajo queda a media hora de casa y estoy aprendiendo mucho, especialmente sobre agilidad y soltura en redacción, en informática y en documentación.

- Contras: me cuesta adaptarme, el sitio es más bien pequeño, el ambiente es cerrado, las funciones encomendadas son muy estáticas, hay presión de trabajo y la temática local no es muy apasionante que digamos. Además, recibo críticas de cómo hago mis tareas.

No me quejo de mi situación. Pero tampoco creo que esté dando al máximo de mis potencialidades. Quiero superarme, quiero progresar, quiero desarrollar todas mis dotes. Dejar ahora este puesto, puede sentar un feo y mal precedente en mi carrera profesional. Por otra parte, veo disposición sincera en mi jefe para ampliarme el contrato cuando acabe el período de prácticas. Además, no me gustaría irme sin tener algo seguro en la mano.

Bueno, después del dilema moral expuesto, espero una respuesta con la voz de la experiencia que me haga tomar una decisión lo más correcta y beneficiosa posible.

Gracias por su atención, nos vemos pronto por clase.

Estimada Paloma:

Desde mi pobre visión, sin que sea yo ningún gurú, ni sabio, ni lumbrera, opino lo siguiente:

1.- Mientras aguantes, quédate. Pero si no lo resistes, si te hartas, pones una amable excusa, pides perdón, y te largas.

-Es mejor andar a pasos, que dando saltos: se camina más seguro manteniendo un pié bien fijado firme en el suelo, y levantando sólo el otro. Por sentido común, es recomendable pasar progresivamente, desde lo menos bueno, hacia lo mejor, pero sin dejar tirado ni abandonado lo anterior. ¿Por qué? Por currículum, por antecedentes, por fuentes anteriores de recomendación y de referencias, por imagen, por seguridad, por estabilidad, por confianza, por tranquilidad, por no arriesgarlo todo sin necesidad...

2.- Atenta a lo principal: el sueldo, el contrato, y el puesto, para ti ahora no significan nada. Nada de nada.

- ¿Por qué? Porque estás comenzando. Ahora lo que importa es aprender, ganar en currículum y en experiencia, y conseguir ganar contactos. Malo sería que no fueses capaz ahora de ganarte el aval, la garantía y el respaldo de tu primer jefe. Consíguelo. Cúrratelo. Métetele en el bote. Haz que se muera de gusto contigo. Déjate enseñar. Haz por progresar. Demuéstrale que te aprovecha todo lo que él está invirtiendo en ti y en tu formación.

3.- Desténsate, desestrésate, desahógate, descarga tensión. Esfuérzate en reponer y recobrar tus fuerzas, con el mismo afán que para gastarlas.

- Haz deporte, ten amigos, juega en tus hobbies, descanas con tus aficiones, tómate descansos, haz lecturas, monta planes, atiende a tu formación... con lo que sea. Búscate algo que te tenga contenta, que te distraiga de la carga laboral, que te ilusione y te anime, que te permita cerrar los ojos cuando no aguantes más, y que te recuerde que tienes la cancha o la piscina o el grupo de música o lo que sea, esperándote para disfrutarlo en cuanto termines de trabajar. Eso sí que es un manjar celestial.

4.- Del enemigo, el consejo.

- Agradece las correcciones. Saca partido de lo que te critican. Déjate enmendar y enseñar. Una vez que hayas aprendido lo que allí gusta, luego ya verás si lo haces o no lo haces, pero no te supone ninguna pega ni ninguna carga el haber conseguido aprenderlo.

5.- Apertura al mundo, mente abierta, visión universal.

- Prevé planes, organiza futuros proyectos, piensa en metas que lograr. Tienes que abrir tu horizonte a todo lo que te quepa. No cierres tu capacidad de progresar. Plantea tus aspiraciones a corto, medio y largo plazo. Piensa dónde quieres estar cuando tengas los 30 años. Si no, es imposible que lo consigas, si antes no lo planeas.

6.- Arriba, adelante, aúpa: a volar, a subir, a mejorar.

- Es estupendo tener un curro al lado de casa, en tu mismo idioma, y con gente próxima. No lo niego. Sácale todo el partido que puedas. Todo el tiempo de desplazamiento que te evitas, dedícalo a aprender idiomas, a perfeccionar y a actualizar tus técnicas y tus destrezas laborales.

7.- Desarrolla tu capacidad de adaptación, de acomodación, de amoldarte.

- Aprende a convivir. Desarrolla tu capacidad de tratar con personas muy distintas a tu manera de ser, de trabajar, de pensar y de comportarte. Gana la destreza de poder congeniar con cualquier tipo de profesionales, sin importarte las menudencias, sin quedarte en las minucias, sino yendo a lo fundamental, a lo valioso e importante.

Creo que tienes que ahondar en estos aspectos que te propongo. No es tarea fácil. Se trata de desarrollar tus potencialidades, de saber tragar, de aumentar tu fuerza para resistir y soportar las diferencias y las incomodidades. Sólo así lograrás gestar dentro de ti un carácter de líder, una entereza fuerte y una personalidad constituida.

Esto es lo que te digo de momento. Si se me ocurre algo más, te lo comunico de inmediato. Quedo a tu entera disposición para lo que quieras, con mi más cordial saludo.

11 febrero 2009

“Seducidos por la muerte”

¿Quién decide cómo morimos? El psiquiatra Herbert Hendin defiende morir con dignidad. Editorial Planeta (2009) publica su obra, proponiendo si para los enfermos y los discapacitados existe un fin distinto a la eutanasia, al suicidio asistido. A 20 Euros en la Casa del Libro.

Contemplando los padecimientos de un moribundo agonizando, todos deseamos que deje de sufrir. Parece adecuado que un médico ayude a un enfermo terminal a morir. Ante tal situación, todos respondemos que preferimos morir sin dolor. Cierta pretendida compasión lleva a muchos médicos a eliminar con la eutanasia esos casos difíciles de enfermos terminales, en lugar de ayudarles a superar el miedo a morir.

Pero Herbert Hendin plantea otra pregunta: «Si fueses un enfermo terminal, ¿preferirías recibir tratamiento para eliminar el dolor, o más bien preferirías que un médico pusiese fin a tu vida?» En este caso, la respuesta al problema tal vez fuera distinta. Así responde:

Hace algún tiempo, un joven profesional de unos treinta años, con leucemia mielocítica aguda e incurable, apareció en mi consulta. A Tim le daban un 25 por ciento de probabilidades de sobrevivir con tratamiento médico, y le habían dicho que, sin tratamiento médico, moriría en unos pocos meses.

Tim, un ejecutivo ambicioso al que el trabajo le había llevado a prestar poca atención a su mujer y a su familia, se hallaba aturdido. Su reacción inmediata fue una preocupación desesperada por el suicidio y por cómo pedir a alguien que le ayudara a llevarlo a cabo. Estaba preocupado ante la expectativa de no ser ya autosuficiente y tenía miedo por los síntomas de su enfermedad y por los efectos secundarios que pudiera tener su tratamiento.

La petición de Tim va directamente al núcleo de la cuestión sobre el suicidio asistido y la eutanasia: nuestra necesidad de cuidar a la gente con enfermedades terminales y de reducir su sufrimiento ¿exige que demos a los médicos el derecho a acabar con la vida?


Esta pregunta nos ayuda a darnos cuenta de que la simple legalización o prohibición de la eutanasia no resuelve el problema humano de cuidar a los enfermos terminales: la opción del suicidio. Se supone a veces que el caso de un enfermo grave o terminal que quiere acabar con su vida es diferente del de otra persona que quiera suicidarse por otro motivo.
Pero lo cierto es que la primera reacción de muchos pacientes, como Tim, cuando saben que tienen una enfermedad mortal, es la de ansiedad, depresión y deseo de morir. Estos pacientes no son muy diferentes de los que reaccionan a otras crisis de su vida con el deseo de darles término con un suicidio.

Una vez que Tim y yo pudimos hablar pausadamente sobre la posibilidad de su muerte, y sobre lo que la separación de su familia y la destrucción de su cuerpo significaban para él, se redujo su desesperación. Aceptó someterse a tratamiento médico y en los meses de vida que le quedaron se mostró más cercano a su mujer y a sus padres.
Al principio no hablaba de su enfermedad con su mujer por el resentimiento que le causaba el que ella pudiera seguir viviendo mientras que él, probablemente, ya no viviría mucho más. Una sesión con ambos despejó ese maleficio e hizo posible que trataran del tema abiertamente entre ellos.
Dos días antes de morir, Tim hablaba sobre lo que se habría perdido si no hubiera tenido a esa mujer que le amara. Los últimos días de la mayoría de los pacientes pueden tener mucho significado si quienes los cuidan saben cómo tratarlos.
El especialista inglés en tratamiento paliativo Robert Twycross ha escrito: «Mientras haya esperanza, hay vida.» Y no es que se refiera a la esperanza de curarse, sino a la esperanza de poder hacer algo que dé significado a la vida mientras la vida dure.

Prácticamente todos los enfermos terminales tienen asuntos pendientes, al menos la necesidad de compartir su vida y su muerte con sus amigos, familia, médico o trabajadores de la residencia en que se hallan. Sin esa esperanza, los pacientes terminales, aunque no tengan dolores importantes, pueden sentirse torturados por el sentimiento de que sólo esperan a morir, y por eso puede que deseen acabar de una vez por todas.

Si el suicidio asistido fuera legal, Tim probablemente habría pedido ayuda a un médico para acabar con su vida. Como estaba capacitado mentalmente, habría sido considerado apto para el suicidio asistido. Se le habría procurado la muerte sin que nadie se hubiera dado cuenta de que se hallaba presa del pánico, y sin darle la posibilidad de curarse y de morir con la dignidad con que lo hizo.

«No quiero ser una carga para mi familia» o «Mi familia estaría mejor sin mí». Estas frases son indicadores típicos de una depresión suicida. El decir que uno es una carga suele reflejar el sentimiento depresivo de verse sin valor o sentimientos de culpabilidad, y puede ser una manera de pedir apoyo. Tanto si están sanos como si padecen una enfermedad terminal, estos pacientes necesitan asegurarse de que todavía son queridos, y su depresión ha de ser tratada.

Esta idea de que la vida pueda ser pesada y medida es por sí misma una de las características de las personas depresivas. Propongo enseñar a los médicos a reconocer la depresión y a actuar correctamente con los pacientes deprimidos, de tal forma que se les pueda ayudar a vencer el miedo a morir. Una vez logrado esto, la mayoría de ellos encontrará las fuerzas suficientes para afrontar su enfermedad y su propia muerte.


Herbert HENDIN


Recomiendo ver “Mar afuera”, de mi alumna María del Mar García Garrido.

09 febrero 2009

Carta de un alumno

Me escribe uno de clase:

Soy Paco. He sido alumno suyo este cuatrimestre y quiero contarle el dilema que tengo, para que me dé un buen consejo u orientación. Supongo que mis dudas no le sorprenderán, cuando le digo que sólo me quedan siete asignaturas para acabar la carrera. Me preocupa el después: no sé que hacer al año que viene, ni qué es lo que más me conviene.

¿Prácticas? Las he realizado todos los veranos desde 2º de carrera. Estuve en un diario local, al año siguiente en la tele y el verano pasado en agencia de noticias. Han sido experiencias fructíferas que me han dado la oportunidad de ejercer el periodismo, conocer esta profesión y descubrir lo que más me atrae: trabajar en una televisión pequeña o en un periódico local, donde si trabajas bien, peleas día a día por lo que quieres y por mejorar, tienes posibilidad de quedarte.

¿Estudio, o trabajo? La cuestión es que no sé si seguir estudiando o si buscar trabajo ya. La mayoría de los profesores nos habláis de lo importante que es ese "plus" en nuestro currículum, que marque la diferencia. No sé si lo conseguiría con un máster o cursos específicos y tampoco sé cuál escoger.

¿Curso otra carrera más? También me encantaría estudiar empresariales. Sé que no tiene nada que ver con Periodismo, pero es un ámbito que también me gusta. Me lo planteo como una meta a largo plazo, para no quedarme toda mi vida con la espinita. Pero ya casi soy periodista y quiero trabajar en ello, aunque sea unos años de mi vida.

¿Me lanzo al Master? También había pensado estudiar un0, más orientado a la gestión, a la comunicación interna, a la empresa, pero no conozco muy bien ni las salidas ni la oferta de masters.

¿Cómo entro al mercado? Además de la televisión, me atrae la idea de trabajar en un gabinete de comunicación de cualquier empresa privada, pero ¿cómo se accede ahí?

¿Dónde quiero llegar? Al fin y al cabo persigo estabilidad, lejos de la fama, de los grandes medios de comunicación y del sueldazo a fin de mes. No sé si con estas pinceladas de lo que quiero que sea mi futuro puede darme algún consejo o exponer una reflexión de lo que te he contado. Gracias por estar siempre a la disposición de sus alumnos. Muchas gracias y un saludo. Paco.

RESPUESTA MÍA:

OK, Paco. Comprendo tu situación. Trataré de contarte lo que yo recomiendo.

¿Qué haría yo? –Muy simple: lo haría todo.

¿Todo? ¡Eso es imposible! –Mi lema estratégico es "no poner todos los huevos en la misma cesta". Apuesta fuerte por todo lo que puedas lograr. No renuncies a nada que te gusta. Que te frene la vida, pero no que te cortes las alas tú mismo.

¿Sí? ¡Pero eso es demasiado! ¿Pedro, estás tú en tu sano juicio? - Tal vez yo no esté muy cuerdo, estimado alumno, pero lo que sí te puedo asegurar, es que no le envidio en nada a nadie, ni estoy triste para nada, ni me aburro nunca. No paro de dar gracias a Dios por disponer de esta vida tan divertida, tan inmensa, tan maravillosa… que hasta ahora me ha tocado vivir. Ni soñando se me hubiese ocurrido pensar en algo mejor.

¿Y cómo lo hago? Planificándolo bien, montándotelo con profesionalidad, viéndolo despacio, buscando consejos y recomendaciones, informándote de todo. Ese tiempo que ‘pierdas’ en organizarte, se multiplica exponencialmente en lo que te ahorras luego en no tener que andar dando tumbos, ni rectificaciones a ciegas, ni remedios tardíos.

Mira, Paco: es cuestión de hechos, no de palabras. Yo no te sirvo de ejemplo para nada, ¡ni se te ocurra!, salvo de una cosa. ¿Cuál? Ésta: si yo, con lo que soy, y sin medios, lo he hecho, tú ¿Hasta dónde podrás llegar? Si le pegas un vistazo a mi currículum, aquí al lado derecho (en la versión sin actualizar de hace tres años), tal vez eso te inspire un poco…

Te aseguro que yo no juego a la lotería: nunca me ha tocado el gordo. No me apellido Zapatero, ni tengo una tía rica en América. Me lo he hecho entero yo solito. Y me lo sigo currando, hasta donde haga falta, y aún más lejos (por eso soy de Bilbao).

¿Cuál es mi truco? ¿Cuál es la clave? –Hay varias:

- Moverte siempre con el máximo orden posible.
- No bajar la exigencia en nada, ni excusarte, ni compadecerte.
- No parar nunca, ni retroceder, ni jamás tirar la toalla.
- Descansar de unas actividades, realizando otras.
- Tomártelo todo como un reto, como un desafío.
- Trabajar duro jugando a divertirte, tomándotelo con guasa.
- Luchar superándote cada día, como en un entrenamiento.
- Echarle a todo espíritu deportivo, luchador y competitivo.
- Respirando libertad: sintiendo que nada ni nadie te obliga.
- Sabiendo que haces lo que tú quieres, porque a ti te da la real gana.
- Ir primero a por una cosa; después, a por la siguiente.
- Rodearte siempre de buenos amigos que te animen.
- Tener buen consejero o “life coach” (‘entrenador de vida’).
- Fijarte unas metas claras. Tener lista de objetivos.

Conclusión. Este es mi secreto. Trabaja en lo que te gusta, en lo que tú quieres, en lo que de verdad disfrutas, en lo que no te cansa, en eso que no diferencia tu profesión de tu afición. Sólo así serás plenamente feliz, haciendo siempre lo que más quieras. Propuestas:

1.- Léete unas sugerencias que aporto, por si te dan algunas luces.

2.- Dispón qué quieres ganar para tu currículum en un, dos y tres años… y vete a por ello.

2.- Haz el Master que más te guste. Elígelo bien, pero hazlo. Si te vale una opinión, yo ya me hice uno. Era un MBA, Master en Dirección de Empresas. Con eso me evité tener que cursar entera la carrera de Empresa. Así, de uno solo, gané dos: empresa y master.

3.- Estudia otra carrera si quieres. Why not? Es buena ADE, Empresa. Pero hazlo feliz, en plan hobby, sin prisas, sin agobios, sin estrés, sin sacarte canas, ni úlceras, ni infartos.

4.- Métete ya en los Gabinetes que me dices, y en las teles y prensas locales, de cabeza. No te importe lo que ganes. Lo que vale es lo que aprendas. Ahora es tu momento, por edad y condición.

5.- Salvo que dispongas ya del super-puesto de trabajo, que estés forrado y que tengas la vida resuelta, ¡haz el doctorado! De eso, no te hablo aquí. Tengo un libro ad hoc escrito, que te lo dedico cuando quieras.

6.- Sal fuera. Vete lejos. Muévete. Ve el mundo. Conoce sitios distintos al tuyo. Aprende. Progresa. Contacta. Comunícate. Madura.

7.- Nunca dejes de ser joven. Desarrolla tus capacidades. Canta, baila, juega, disfruta. Ningún día dejes de hacer deporte: atletismo, natación...

8.- No dejes de atender a tus amistades y a tu familia. Gesta tu network. Nunca pares de hacer nuevos amigos, y conserva a los que ya tienes (cartas, felicitaciones, regalos…).

9.- Haz tus descansos, con la misma profesionalidad que tus cansancios. Tira fuerte de la cuerda cuando convenga, y rebaja la tensión cuando lo debas.

10.- Sé feliz. Contagia alegría. Sirve a todos. Ayuda a todo el que puedas. Crea grupo. Haz equipo. Combate en compañía. Vive tu vida a tope. Y más, con tu trabajo.

Si se me ocurre algo más, prometido que te lo digo. ¡Ah! Y hablamos siempre, en cuanto quieras: para eso, no tengo horario.

08 febrero 2009

Excelencia universitaria

Se oye hablar mucho de la Autonomía universitaria. Estupendo. Genial. Pero basta ya de mirarnos al ombligo. Hemos jugado demasiadas veces a Romery & Montgomery. Cambiemos la música. Europa entera arranca en la liga por la calidad, con todas sus universidades, en el EEES. Hay que cambiar la vieja mentalidad. Estamos ante un reto total: nuestros jóvenes disponen ahora de un espacio abierto para elegir cualquier centro universitario, con una oferta de 46 países. ¿Qué tenemos que hacer?

Sobran cacicadas y ganas de montar gresca follonera: en eso, creo que somos auténticos expertos. Pero faltan en cambio iniciativas responsables y compromisos serios. Sabemos organizar muy bien las protestas y algaradas, las manifestaciones y las pancartas, las reclamaciones y las exigencias. Pero dudo mucho que con todo eso hayamos conseguido mejorar en algo, y menos aún arreglar nada.

Todo el mundo se apunta encantado y entusiasmado a que no haya clases, a que se suspendan las actividades. ¿Y si intentáramos, sólo por una vez, trabajar más? ¿Por qué no probamos a hacer huelgas a la japonesa? Propongo practicar encerronas colectivas, de doce horas ininterrumpidas, desde las nueve hasta las veintiún horas, colmándolo todo de gente estudiando, en absoluto silencio, como si fuéramos cartujos, para demostrar que sí somos conscientes de lo que demandamos. Ahí se vería quien apuesta de verdad por progresar, y quién pretende en cambio que le den todo hecho y a la boca, para chupar más del bote.

Que nadie se engañe. No nos queda más que una opción: la universidad tiene que dar lo mejor de si misma, para lograr la excelencia. Así de claro. Sin enrollarme más, pues ahora estamos de exámenes, y no nos queda mucho tiempo libre, planteo aquí varias propuestas, basadas en tres principios:

- calidad,
- excelencia y
- productividad.

Y para eso, propongo tres valores:

- Libertad,
- Competitividad,
- Responsabilidad.

Dicho de un modo más explícito, me refiero a lo siguiente:

1.-Despolitización de la universidad: ya está bien de mítines. Da vergüenza hasta entrar en el Hall. Aquello parece más la sede de un sindicato caribeño, que un centro superior de investigación y de cultura. Para montar grescas, ya están los partidos políticos, los sindicatos y el parlamento. Aquí lo que se despacha es ciencia pura auténtica, nada de ideologías come-cocos bananeras.

2.- Valoración pública del rendimiento, de las aportaciones, del desempeño, anualmente y a todos, tanto a profesores y a personal de servicios, como a investigadores y a alumnos. Nada de criterios de antigüedad ni de historias retrógradas medievales: si alguien cumple, que siga adelante. Y si no cumple, se le expulsa. Punto. Igual que se hace con los estudiantes, cuando suspenden. Basta ya de funcionarios que no funcionan.

3.- Competitividad. Pruebas y concursos continuos entre las universidades. Que todo el mundo sepa qué universidad es la primera, y cuál es la última. Fuera con los igualitarismos inútiles tercermundistas, y adelante con el ranking competitivo de prestigio y de reconocimiento para cada centro. Que se conozca públicamente cuántos alumnos de cada centro sacan el MIR, las Judicaturas, las Notarías… Que se sepa de qué centro son los alumnos que demandan preferentemente las empresas líderes.

4.- Libertad de los estudiantes para elegir asignaturas, grupos y profesores. Basta ya de planes napoleónicos masificantes. Eliminemos el café para todos. Viva la libertad. Mayorcitos somos, para decidir cada uno lo que queremos aprender. Y luego, al mercado, a demostrar lo que uno vale.

5.- Prioridad de los sobresalientes en la selección de currículum. Que elijan cursos primero los mejores estudiantes. Que llenen los grupos antes los que más lo merecen. Nada de ir por orden alfabético, ni menos aún por sorteo (como si fuera un reparto de limosnas por caridad), sino siempre según los méritos académicos demostrados por cada alumno.

6.- Cheque escolar. Que nadie que lo merezca, tenga que pagar ni un euro, por estudiar en la mejor universidad que pueda. Eso sí, nada de dar la sopa boba. Nada de subvenciones. Nada de préstamos al honor. Nada de matrículas gratuitas. Que cada cual sepa lo que está pagando, lo que le está costando, lo que se está gastando. Sólo así lo valorará. De este modo se sentirá capaz de reclamar y exigir el servicio de calidad que demanda y merece.

7.- Autofinanciación. Que cada palo aguante su vela. ¿Presupuesto? Las matrículas de los alumnos. Nada más. El resto, que se lo saque cada universidad de sus publicaciones, títulos propios, congresos, avances, descubrimientos, investigaciones, ofertas, aportaciones y subvenciones privadas que logre de entidades y de antiguos alumnos. Veríamos entonces qué pasaba con esos colados perdiendo el tiempo y aburriendo a las aulas.

Creo que no es poco. Pero para empezar, me conformo con estos siete puntos. De todas formas, si se te ocurre algún otro más, no dudes en decírmelo: bienvenida sea aquí mismo tu aportación. Muchas gracias.

06 febrero 2009

Prácticas en Televisión

Ofrecen un puesto de trabajo en Libertad Digital TV. Me lo recomienda una gran amiga mía: ella trabaja actualmente en este medio, aunque entró como becaria no remunerada. El puesto es para trabajar como becario, sin retribución, pero se aprende mucho. Las funciones son de producción y también de realización de piezas, de locución en ellas, etc. Estas son las condiciones:

· Necesitan un becario para cubrir puesto en el Departamento de Programas de Libertad Digital Televisión.

· Desarrollará labores de producción (búsqueda de invitados en un programa de sucesos y otro de libros, contacto con editoriales…) y de redacción (elaboración de noticias, VTR y locución de las mismas).

· Se encontrará con una plantilla de gente joven, pero experta, con muy buen ambiente de trabajo. Una buena oportunidad para conocer desde dentro cómo funciona una emisora de televisión.

· Jornada: cuatro horas (mañana o tarde a elegir) y horario flexible en exámenes. No remunerado

Interesados mandar el CV a lorena@libertaddigital.tv

05 febrero 2009

Trabajo de Redacción

La empresa “Marketing Directo” necesita alumna universitaria para un trabajo en la Redacción. Es mejor que tenga experiencia en estas tareas, pero no es imprescindible.

Características del puesto:

· Trabajaría como Becaria.
· Ayudaría a la Redactora Jefe: persona maravilla, gran amiga mía.
· Dedicación: cuatro horas por las tardes (14:00-18:00).
· Salario: 200 €.
· Convenio: con el COIE, en prácticas para que convalidar créditos.
· Lo importante es que sea espabilada y con ganas de trabajar.

Envía tu currículum a la Redactora Jefe Lizette Martínez jefaredaccion@marketingdirecto.com