Comentaba sabiamente Arturo Paniagua ayer: - Pedrito: A ver si publicas algo para los que pasamos el calvario del "Ya me gradué ¿y ahora que?" Que no sólo de becas vive el hombre. Contesto yo: –Arturo, joven profesional, demuéstrame tu capacidad, y respóndete tú mismo.
¿En qué aspectos no llegas aún al nivel requerido? ¿Qué te falta para llegar a cubrir los puestos que ofertan? Saber contestar a esta pregunta, ésa es la clave. Evita así seguir viviendo de los bellos sueños juveniles, esperando embelesado al apuesto príncipe azul del cuento, que un día nos descubra y baje airoso de su bello corcel, para ofertarnos el trabajo feliz deseado.
Ajustar nuestro auténtico perfil, ése es el primer y el más sabio comienzo para la orientación profesional. Conocerse, asegura valorarse. Dimensionar las propias fuerzas reales, brinda la seguridad, asegura la confianza y la autoestima. Estar al tanto de las propias fortalezas y debilidades, salva de posibles reducciones o excesos, y de pretendidos triunfos o fracasos.
Copio aquí las aportaciones del XIV Foro del Empleo 2006. Es un contacto establecido entre el mundo laboral y el universitario (tomado de la Revista “Redacción”, Julio 2006, pág. 11). “En las aulas, los estudiantes adquieren conocimientos, destrezas o hábitos que los preparan para la madurez personal y profesional. Sin embargo, resultan inevitables los nervios ante la primera entrevista de trabajo. El interesado desearía responder lo mejor posible a las preguntas que le planteen. Ansiaría mostrarse entusiasta con el proyecto de la empresa. Subrayar sus puntos fuertes y disimular los débiles. Aunque el puesto pueda depender de estos detalles, ¿cómo saber de antemano las prioridades de las compañías?”
Su dictamen más reciente responde a las personas sociables que trabajan con flexibilidad y en equipo. La mayoría define el dinamismo como la cualidad más importante. Así mismo, poseer una visión global y capacidad de abstracción recibió una valoración alta. Puestos por orden, los cinco valores más demandados son éstos:
- Trabajar en equipo (69,4 %)
- Flexibilidad (52,7 %)
- Habilidad social (50 %)
- Planificación (41,6 %)
- Optimismo (36,1 %)
Toma nota, Arturo. Mira si realmente vales para lo que piden. Examina y analiza tu carácter y el desarrollo de tu personalidad. Repasa tus logros. Piensa que en el día a día no sólo trabaja el cerebro. Las ideas son importantes, pero el trabajo lo realizamos las personas completas, con todas nuestras peculiaridades. Eso exige saber madurar también en otras dimensiones, sin reducirse a cuidar sólo a la formación intelectual. Aspectos tales como la cordialidad y la colaboración, la adaptación e integración, la entereza y seguridad, el sentido positivo y dinámico, la apertura y saber escuchar, ser leal y despertar confianza, son requisitos demandados hoy por el entorno empresarial.
Contéstate a ti mismo:
- ¿Sé realmente lo que busco en mi plan profesional? ¿Cuento con las recomendaciones y consejos de quien pueden orientarme con certeza porque me conocen bien?
- ¿Tengo metas fijadas? ¿Cumplo con mis objetivos fijados a corto, medio y largo plazo?
- ¿Cuido y conservo mi network? ¿Asisto con regularidad a los foros y reuniones donde sé que se encuentran los protagonistas de lo que me interesa?
- ¿Actualizo mi curriculum vitae? ¿Sé ya qué notas y requisitos se demandan en los puestos a los que aspiro? ¿Conozco los valores y aspectos que aún me faltan para incorporar a mi propio perfil?
- ¿Miro y tengo al día todas las ofertas laborales de mi sector? ¿Actualizo el listado de empresas posibles en las que colocarme? ¿Las tengo ordenadas por nivel de facturación e importancia?
- ¿Pongo al día los estándares de nóminas habituales que se pagan, distinguiendo bien entre qué es un engaño o una oportunidad inmejorable?
- ¿Cuento con planes alternativos de dedicación, para emplear útilmente mi tiempo y energías, como opción de tiempos muertos?
- ¿Tengo miedo a cambiar de ciudad o de puesto? ¿Me asusta marchar al extranjero?
- ¿Cómo ando de expresividad en otros idiomas?
La vida laboral no es como el matrimonio serio, uno sólo de verdad y para toda la vida. El mundo laboral es un mercado, no una familia. Trabajar es un continuo progresar y cambiar de empresa, a un ritmo de duración de a lo más tres años. Permanecer quieto es letal, si no deseas anquilosarte o quedarte arrinconado a lo Ronaldo. Ánimo, Arturo, que todos estamos en la misma brega.
1 comentario:
¿De verdad es ésa la receta mágica? El problema para un periodista recién salido de la Universidad está, precisamente, en la propia Universidad. Muchos llegamos a nuestro 1º de carrera un poco despistados e incluso engañados, pensando que vamos a pasar 5 maravillosos años que nos den como resultado un título, donde en verano se nos ofertan unas becas preciosas y que el título será la llave para nuestro futuro... O debería ser así, si no, ¿para qué se creó esta Carrera?
Siempre podemos ir recibiendo otro tipo de formación que de verdad nos sirva a la hora de trabajar (muchísimo más útil que aprender de memoria la lista de diarios españoles desde los Reyes Católicos o en qué consisten los tropecientos sistemas de comunicación "emisor-receptor"). Y otro problema es cuando, además, te ves sin un duro y te tienes que buscar un trabajo. Si necesitas el dinero, no te valen las prácticas. Si tienes algo de dinero, te pueden valer. Y si tienes la suerte de quedarte en un medio, te agarras a él todo lo que puedes aunque no te paguen ni el salario mínimo, estés sin seguridad social y en tu contrato parezcas un bufet libre de "trabaje todo lo que pueda por "x" euros". Entonces, si trabajas, no tienes tiempo para seguir con esa formación... e intentas acabar una carrera inútil que algunos profesores se empeñan en hacerte complicada (pese a ser tu sexto año, estar trabajando, etc).
Pero, oiga, el título hay que sacarlo, que las ofertas que llegan de "infojobs" o "infoempleo" piden, muy a menudo, licenciados... y a ser posible con experiencia. Hay, por lo tanto, que sacarlo. Por si, además, en tu currito te dan la patada porque siempre serás el último mono.
Cuando quieres terminarlo todo, te plantas con 23-25 años y te apetece un curro estable donde ganar más dinero porque lo necesitas y tus necesidades de vivienda y, quizás, más adelante, de formar una familia, lo pidan.
No sé, hay demasiadas cosas más allá de responderse todas esas preguntas. Son muchísimos aspectos y cada uno venimos de una madre.¡ En fin, paciencia, Santo Job!
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