Ayer por la noche,
estaba yo tan tranquilo pasando un rato en el Starbucks de la foto, justo en la
calle 103 West, esquina con Broadway Avenue, a dos pasos de mi casa. Sólo me faltaban 23 horas para coger el avión de
vuelta a Madrid. Charlaba cómodamente y me despedía agradecido de mi gran amigo
Alex: un antiguo alumno mío de Periodismo en la Complutense, que trabaja aquí en
NY, desde hace unos tres años.
Alex no es el único antiguo alumno mío de Periodismo Complutense que trabaja en la Gran Manzana de Manhattan. También Willy lleva aquí más de tres años trabajando, e igualmente le di clase en Ciencias de la Información de la UCM, y como con él cada vez que vengo. Otra chica, Valle, cursa en Columbia University su segundo año de Master, y también la tuve en clase hace tres años. Eso, sólo los residentes fijos, que si añadimos a los que están de paso…
Bien, pues justo hace
unas horas, estando yo tan feliz en el Starbucks, a las diez de la noche, pensando
en lo a gusto y lo bien que se está donde nadie te conoce, y puedes hacer cachonda
y despreocupadamente todo lo que te brote, sin cortarte… se me acerca de
improviso otra chica a saludarme. Era otra antigua alumna mía, licenciada hace
tres años, que ahora trabaja en la ONU de la Primera Avenida.
Vamos, en conclusión, que Nueva York es como Google, como El Corte Inglés, como Internet: un mundo entero aquí condensado. Tiene todo y no le falta nada: ¡ni Periodismo de la Complutense!
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