24 febrero 2013

Diez medidas ineludibles

¿Cómo se arregla esto? Sugerencias:


1. Bajar Impuestos. Un tipo fijo: tasa del 12,5% real, simple, igual para todos.

2. No sólo reducir costes y frenar paro, sino crear empleo, y adecuado al alto nivel de formación que tenemos. Eliminar burocracias y trabas de contratación, no sólo “suavizarlas”.

3. Suprimir barreras de entrada y limitaciones proteccionistas. Remunerar según la producción. Eliminar la exigencia de favores previos a los políticos locales.

4. Menos gasto público y más apoyo sin coste. Reducir la deuda del Estado. Deducciones fiscales agresivas, fomentando la inversión privada productiva.


5. Más capital riesgo (a largo plazo, de 10 años). Eso inyectará dinero, creando empresas y reduciendo el paro. Promover fondos privados dedicados al crédito a creación de empresas, reduciendo los impuestos a las ganancias ahí obtenidas. 

6. Buscar la gestión independiente, la transparencia y la profesionalidad, la excelencia creadora de valor. Fuera con la intervención. Demostrar que somos mejores, no sólo comparándonos con los peores. Liquidar ya mismo las empresas públicas en pérdidas.

7. Eliminar subvenciones-primas-ayudas a los deficitarios. Que cierren. Cambiar esta economía intervenida falsa, por una competitiva y verdadera. Ayudar reduciendo los impuestos, no despilfarrando subvenciones.

8. Aprovechar la infraestructura e inversión inmobiliaria y comunicaciones existente. No hay precio bajo, cuando no hay demanda. Un aeropuerto tiene valor sólo si se pudiese vender. Los impuestos (IBI) ahogan la rentabilidad del alquiler de inmuebles.

9. Industria energética: Como Estados Unidos, España tiene amplias reservas de gas pizarra (en Cantabria, País Vasco o Castilla León).

10. Comunicación: España tiene un serio problema de comunicación con el exterior. Llevamos siglos culpando a los demás de entendernos, ni “confiar” en nosotros. Nos ven improductivos, chapuceros, vagos, impuntuales, folloneros...

¡Potenciemos nuestra imagen internacional! Eso nos frustra, y ahuyenta a los inversores. Hay que relatar los éxitos y apoyar a los emprendedores. La confianza se labra durante años y se pierde en segundos. No sólo hay que creerse bueno, hay que serlo. Como hacen los mejores. Merece la pena.

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