Así lo expresa el director de cine manchego José Luis Cuerda. Tal vez “no es el que más películas ha rodado, ni el que más premios ha conseguido, pero siente eso tan raro del placer de trabajar”. Es un gusto envidiable. Tal vez sea la clave de la felicidad. Viene demostrándolo en los medios desde 1969, dirigiendo documentales y reportajes en TVE, y desde 1982 en cine, estrenando su primer largo “Pares y nones”, como profesor de Bellas Artes en la Universidad de Salamanca y descubriendo a Alejandro Amenábar.
Le preguntan hoy en La Gaceta: ¿Qué ha aprendido de la profesión? -“Que a través de las relaciones con el equipo se pueden convertir en imágenes las cosas que uno tiene en la mente. Lo malo del cine es que sale carísimo hacerlo”. Vamos, que sale mejor comprar acciones de eléctricas. “Seguro que es más rentable. Yo tengo algo en un fondo, pero sólo meto lo que no me hace falta para vivir. No tengo cultura del dinero y me da rabia que la gente se jacte de engañar a Hacienda y no del trabajo bien hecho o de ayudar a otras personas”.
Nada que comentar. Felicidades, maestro.
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