Mientras que a los españoles no les gusta “trabajar mientras comen”, los americanos no tienen inconveniente en “comer mientras trabajan”, porque para los segundos no existe el antagonismo entre una y otra actividad. Su trabajo es menos “obligación” y su comida menos “placer”. Su trabajo se acerca a su hobby.
La Fundación Rafael Escolá y AF Steelcase han elaborado un estudio comparativo entre los jóvenes en España y en los Estados Unidos. El fenómeno de la globalización ha acercado la forma de trabajar, socializar y trabajar en equipo. El parecido es considerable en cuanto al uso por parte de los estudiantes de las nuevas tecnologías wireless que permiten la movilidad absoluta.
El informe “Espacio y Talento II; Jóvenes, espacio y tecnología” muestra la gran diferencia en la forma de abordar el binomio ocio/trabajo. Los españoles prefieren mantener los dos ámbitos separados, algo que se manifiesta especialmente a la hora de la comida. Al contrario que los norteamericanos, que no tienen reparos en comer solos mientras trabajan, para los españoles la comida constituye un momento de relajación y de socialización, por lo que prefieren separarla del trabajo. Optan categóricamente por la separación entre vida personal y profesional.
Los jóvenes españoles tienen una visión del trabajo como posible fuente de estrés y tensiones, algo que se debe separar de los momentos de relajación e interacción social, como puede ser la hora de la comida, momento en el que no consideran adecuado hablar de estudios o trabajo. Consideran la comida como placer y el trabajo una obligación, separándolas radicalmente: cuando están trabajando adoptan una actitud, postura y comportamiento más formal y ordenada que cuando están relajándose.
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