Es todo un símbolo de Nueva York City. Su punto central queda justo en el cruce con la Séptima Avenida. Es el mayor espectáculo urbano que he visto en mi vida. He quedado con unos cuantos para volver por allí esta noche a tomar unas cuantas birras.
El elemento humano añade también su color. De entrada, el que me ha sacado a mí la foto era de Sevilla. Oyes hablar en todos los idiomas. La luz y el sonido lo llenan todo. Una riada de anuncios luminosos te invade por todas partes, colgando de las fachadas, mientras un tropel de gente se acumula en las aceras y en las gradas montadas en la base del triángulo de la plaza.
La estatua que ocupa el lugar central es un monumento en honor a un cura católico, capellán del ejército americano, Father Francis Patrick Duffy, lleno de medallas conseguidas en bastantes guerras y batallas. El nombre de la plaza se debe a que allí estuvo hasta 1904 la sede del periódico New York Times. Desde 1990, el estado de New York tomó posesión de seis de los nueve famosos teatros de la calle 42. Es el famoso Broadway.
Mi visita hoy allí se debía a un alumno mío del doctorado, Alex. Está aprovechando los tres meses del verano para trabajar en Nueva York en los medios. Me ha enseñado la planta 37 de su edificio, donde tiene su despacho, en la empresa de televisión Viacom Internacional. Compagina esta ocupación con otros dos empleos, de marketing de eventos y de publicidad. Al mismo tiempo trabaja como profesor en su universidad de Arkansas, atendiendo tutorías de alumnos dos horas diarias por el Skype. Todo un ejemplo típico de neoyorquino.
Me he sentido la mar de orgulloso de tener exportados desde el año pasado a Nueva York a dos alumnos míos, trabajando como leones en la capital del mundo. He de reconocer con toda seriedad, que cualquiera de los dos me da mil vueltas como profesional y como persona. No creo que sea yo capaz de hacer lo que ellos han logrado. Vaya desde aquí para ambos mi más sincera felicitación.
1 comentario:
Pedro, me ha encantado leer tus comentarios sobre New York. Si a ti, que has viajado por tantos sitios y tienes un enorme bagaje de conocimientos de tantos países, te ha impresionado en 2009, imagínate el deslumbramiento que yo sentí cuando llegué alli en 1956, desde una España como la de entonces (no había ni TV todavía), en mi primer viaje al extranjero... ¡y de recién casada!
Vivimos en EE.UU. un año y medio, recorriendo casi todo el país. Así aprendí a conocer (y a apreciar) a aquella gente.¡He recordado tantas cosas al leerte!
Un saludo de Carmen, la pibe de la clase de 4º.
Publicar un comentario