
“Los laboratorios siguen con las mismas prácticas de hace ocho años, no hay enseñanza por ordenador ni a través de sistemas automatizados, no se consigue que los alumnos puedan recibir sus clases en inglés.
“El dinero del que dispone cada profesor es hoy exactamente igual al que disponía hace ocho años, y eso a pesar de las enormes subidas de las cantidades destinadas a educación en los tres últimos presupuestos. Algo falla.
“Y mientras tanto, seguimos con una enseñanza decimonónica: palo y tentetieso. Clases en la pizarra y exámenes finales. Suspensos y repetir, o tripitir, o 4ª, 5ª y 6ª convocatoria. Un calvario.

“Se puede cambiar, sin embargo. Hemos cambiado durante dos años, y por falta de interés -de dinero se entiende- hemos tenido que volver, en medio de la riqueza, de nuevo a la miseria decimonónica. ¿Entrará España alguna vez en la modernidad?
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