
El 19 de marzo de 1812 inauguró nuestra democracia “la Pepa”, la Constitución primogénita, aprobada por las Cortes de Cádiz. Duró menos que un suspiro. Comenzaba:
“En el nombre de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo autor y supremo legislador de la sociedad. Las Cortes generales y extraordinarias…”
En realidad nuestra primera Constitución -de triste memoria- fue la de Baiona, País Vasco francés, el 7 de julio de 1808, jurada por José I Bonaparte, en cuyo 6º Artículo juraba:
«Juro sobre los santos Evangelios respetar y hacer respetar nuestra santa religión, observar y hacer observar la Constitución».

No hay comentarios:
Publicar un comentario