Adrián Espallargas traduce un texto de Robert Picard ("
Why journalists deserve low pay"), de los más ilustrativos sobre el complicado momento económico que tienen las empresas informativas:
- el periodismo no innova: los modelos están estandarizados
- no se crea valor: se copia de agencia
- el periodismo no es una profesión especializada: depende del conocimiento de los demás. Sólo aquellos con capacidades muy específicas, tienen el puesto asegurado.
-
SOLUCIÓN: las empresas y los periodistas tienen que
INNOVAR y
EMPRENDER.
A los periodistas les gusta pensar en su trabajo en términos morales o incluso sagrados. Con cada nuevo despido o periódico cerrado, se dicen a si mismos que ningún modelo de negocio podrá adecuarse para compensar el sagrado trabajo de enriquecer la sociedad democrática, decirle la verdad al poder y confortar a los afligidos.
En realidad, los periodistas merecen cobrar poco.
Los salarios van en compensación a la creación de valor. Y los periodistas simplemente no están creando mucho valor hoy en día.
Hasta que ellos no aprieten las tuercas en ese asunto, no importa cuanto bloguéen, tuitéen o cuanto se reduzcan sus pequeños salarios. Nada de eso va a salvar sus decadentes modelos de negocio.
¿De donde viene el valor?
Los filósofos morales diferencian entre valor intrínseco e instrumental. El valor intrínseco está relacionado con cosas que son buenas en si mismas, como la belleza, la verdad o la armonía. El valor Instrumental viene de aquellas cosas que facilitan la acción y el logro, incluyendo, la conciencia, la pertenencia y el entendimiento. El periodismo produce tan solo un valor instrumental. Es importante porque ilustra al público, apoya la interacción social y facilita la democracia.
El valor económico está arraigado en el valor y el intercambio. Es creado cuando productos terminados y servicios tienen mayor valor, un valor determinado por el público, que es igual a la suma de valor de sus componentes.
Para comprender la creación de valor periodístico, necesitamos centrarnos en los beneficios que produce. El periodismo crea beneficios funcionales, emocionales y auto expresivos para los consumidores. Los beneficios funcionales incluyen proveer ideas e información útil. Los beneficios emocionales incluyen un sentimiento de pertenencia a la comunidad, seguridad y escapatoria. Los beneficios auto expresivos son provistos cuando los individuos se identifican con las perspectivas o opiniones de la publicación, o cuando están facultados para expresar sus ideas propias.
Estos beneficios solían producir un valor económico significante. Pero no hoy. Eso es porque los productores y los proveedores tienen menos control sobre el espacio comunicativo que anteriormente. En el pasado, la dificultad y el coste de operación, publicación y distribución estaba severamente limitado por el número de proveedores de contenido. Esta escasez elevaba el valor económico del contenido. Ese valor adicional ha desaparecido hoy porque existe un número más amplio de fuentes de noticias y de información.
El valor principal que se crea hoy en día viene del valor básico subyacente del trabajo de los periodistas. Desgraciadamente, ese valor está cerca de cero.
El valor total es el valor del contenido y el valor de la publicidad. Sin embargo, a los publicistas no les importa el periodismo, tan solo la audiencia que produce. Por lo tanto la medida real del valor periodístico es el valor que sirve a los lectores.
¿Qué valen los periodistas?
Los resultados económicos han sido tradicionalmente una baja prioridad para los periodistas. Eso tiene que cambiar.
Los periodistas no son profesionales con una base única de conocimiento como los profesores o los electricistas. Como consecuencia, el valor primario del periodista deriva no de su propio conocimiento, sino de distribuir el conocimiento de otros. En este proceso, tres funciones principales han creado históricamente valor económico: el acceso a las fuentes, determinar la importancia de la información y transmitirla efectivamente.
El acceso a las fuentes es crucial porque la información y el conocimiento no existen como un recurso natural que necesita ser cosechado. La habilidad periodística de identificar y alcanzar ciertas autoridades o aquellos que poseen conocimiento especializado, dio tradicionalmente oportunidades a los periodistas para reportar de manera que el público general no podía.
Determinar la importancia ha sido crucial porque los periodistas trabajan entre enormes cantidades de información para buscar la más importante e interesante para los consumidores.
La presentación efectiva envuelve la habilidad de reducir la información a su núcleo para hacer coincidir los requisitos de espacio y tiempo y presentarlo de una manera interesante y atractiva. Estos están construidos en habilidades lingüísticas, artísticas y técnicas de formato.
Hoy todo este valor está siendo cambiado por las nuevas tecnologías que están borrando las habilidades de los periodistas. La tecnología provee a los individuos - sin el apoyo de una empresa informativa- estas capacidades de acceder a las fuentes, de buscar entre la información, determinar su importancia y transmitirla efectivamente.
Para crear valor económico, los periodistas y las empresas informativas dependían históricamente de su exclusividad de acceso a la información o a las fuentes y de su habilidad ofrecer inmediatez a la hora de proveer información. El valor de esos elementos ha sido despojado por los desarrollos contemporáneos de la de la comunicación.
Hoy, cualquier adulto puede observar reportajes de noticias, reunir conocimiento especializado, determinar la importancia, añadir audio, fotografía y vídeo; y publicar este contenido por todas partes (o por lo menos en su red social) con facilidad. Y mucho de esto se hace gratuitamente.
Hasta que los periodistas puedan redefinir el valor de su trabajo merecen cobrar poco.
Los trabajos bien pagados requieren a sus trabajadores poseer habilidades únicas, capacidades y conocimiento. Además requieren que el trabajo no este mercantilizado.
Desgraciadamente, la labor periodística se ha mercantilizado. Muchos periodistas comparten las mismas habilidades y el mismo enfoque a las historias, buscan las mismas fuentes, hacen las mismas preguntas y producen historias relativamente similares. Esta intercambiabilidad es una de las razones por la que el salario del periodista medio es relativamente bajo y porque los columnistas, caricaturistas y los periodistas especializados (como los reporteros financieros) tienen salarios más altos.
A través de las empresas informativas, los procesos y los procedimientos para recolectar noticias están guiados por valores estandarizados, produciendo historias estandarizadas y formatos estandarizados presentados en estilos estandarizados. El resultado es idéntico y hay mínima diferenciación.
Está claro que los periodistas no quieren estar en el mercado laboral actual, mucho menos en el competitivo mercado de la información. Ellos prefieren justificar el valor que crean desde el punto de vista de la filosofía moral en términos de valor instrumental. Muchos creen que lo que hacen es intrínsecamente bueno y tienen que ser recompensados por ello incluso si no produce ingresos.
Hace un siglo y medio, los periodistas estaban mucho más cercanos al mercado y entendieron claramente que eran vendedores en el mercado laboral. Antes de la profesionalización del periodismo, muchos periodistas no solo escribían las noticias, sino que iban a las calles a distribuir y venderlo y pocos periodistas tenían un empleo fijo en empresas de la información. Los periodistas y los obreros sociales debatían si practicar el periodismo para una empresa informativo era deseable. Incluso Marx argumentó que "la primera libertad de la prensa consiste en no ser una mercancía".
Adaptarse o morir.
Si los nuevos negocios van a sobrevivir, debemos buscar maneras para alterar las prácticas y las habilidades periodísticas para crear valor económico.
Los periodistas deben innovar y crear nuevos medios de recolección, procesamiento y distribución de la información para que provea contenido y servicios que tanto lectores como oyentes como videntes no pueden recibir de ninguna otra manera. Y esto debe proveer suficiente valor para que las audiencias y los usuarios estén dispuestos a pagar un precio razonable.
Si el valor debe ser creado, los periodistas no pueden continuar reportando meramente de la manera tradicional o reportar noticias que aparecen en todos los lugares. Deben añadir alguna novedad que cree valor. Deben empezar a crear información y conocimiento que no sea accesible desde cualquier lugar o de maneras que sea mucho más útil y relevante a sus audiencias.
Uno no puede esperar que los lectores de periódicos paguen por página después de que cada historia proviene de las agencias de noticias y que estén disponibles en la versión “online”" desde ayer y en cientos de periódicos hoy. Proveyendo una sección de cocina que desluce en comparación con el contenido de las revistas de cocina o de los shows televisivos, no va a crear mucho valor para los lectores.
Algunas revistas se han enfrentado a este tema y están ya cambiando e intentando proveer contenido único a sus lectores. Newsweek se ha apartado de la creación de un compendio de eventos hacia una publicación que explora temas y tendencias. US News & World Report ha enfatizado los análisis de los lectores creando un "ranking" sobre sus actividades.
Los periódicos diarios no tienen tanta libertad de acción en contenido pero pueden enfatizar su singularidad. El The Boston Globe, por ejemplo, podría convertirse en el líder nacional en información sobre educación y salud debido la multitud de altas instituciones de educación y sanidad en la zona. No solo aumentaría el valor del periódico para los lectores, sino que podría vender su cobertura a otras publicaciones. A su vez, The Dallas Morning News podría proveer información especializada en petróleo y energía, el The Des Moines Register podría convertirse en el líder de noticias de agricultura; y el Chicago Tribune tiene información sobre aerolíneas y aeronaves. Cada periódico tendrá que ser líder en temas de calidad.
Encontrar la fórmula adecuada de prácticas, funciones, habilidades y modelos de negocio no será fácil, pero la búsqueda debe ser emprendida.
No es tan solo un tema de abrazar los usos de nuevas tecnologías. Los periodistas de hoy cambian a menudo sus prácticas para utilizar "crowd sourcing", construir webs, redes sociales, blogs, micro blogs y para mantener un periodismo colaborativo con sus audiencias. Aunque todas estas acciones son útiles en nuevas maneras de encontrar información, acceder al conocimiento y engancharse con lectores, oyentes y videntes, la cantidad de valor que añaden a la monetización del producto es altamente debatible. La razón primaria es que aquellos quienes estén altamente interesados en esa información y conocimientos son capaces de cosecharla utilizando herramientas comunes.
Encontrar los medios adecuados para crear y proteger el valor requerirá la colaboración entre empresas informativas. Esto no es algo que los periodistas deben dejar a los directivos. Tanto los periodistas como los directivos deberán desarrollar habilidades de colaboración y crear relaciones sociales que harán esto posible. Los periodistas también tienen la necesidad de adquirir habilidades de emprendimiento y de innovación que hagan posible para ellos liderar el cambio en vez de meramente responder a él.
La muerte de las empresas informativas puede detenerse, pero solo si los periodistas se comprometen a crear valor para los consumidores y se involucren a la hora de establecer el curso de su compañía.