No parecen dignos de confianza. ¡Menuda clase política! Su propia ambición, viajar en Falcon... ¿y algo más?
¿Cómo Presidente, y Vicepresidente, dejan contaminarse a sus
mujeres? En pleno coronavirus, les dejan ir a las manifestaciones del 8 de marzo. No cuidan ni a sus cónyuges, y dejan entrar al virus hasta en sus camas.
¿Qué les interesaba realmente? ¿Su propio interés? ¿Buscan más que rédito electoral? Parece no importarles otra cosa.
¿Por qué no informan a la ciudadanía?
Nadie sabe (tal vez ni ellos) qué planes, escenarios, medidas previstas, soluciones… tienen.
¿Su gestión? De irresponsables aprendices: los segundos peores del planeta, tras Italia.
¿Y la prensa? Instrumentalizando a los
profesionales de la información, como en una dictadura.
¿Y a la ciudadanía? Ellos tienen toda la
información, cálculos, análisis y predicciones. Los ciudadanos, ninguna. ¿Cómo confiar en ellos? ¿En qué?
¿Se han coordinado? Ni dentro del mismo Gobierno. Menos aún con los demás partidos políticos.
¿Y con el resto de mandos? Ni con las
Autonomías, que son quienes en España gestionan la sanidad.
¿Han rectificado, pedido perdón? Nunca. Sólo autobombo y mítines, más que informaciones.
¿Qué han hecho, en definitiva? Buscar su propio interés, lo que les conviene. Remedios, tarde y mal.
Nadie espere sacar, de donde no hay. Tendremos que arreglarnos
solos los ciudadanos.
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