13 septiembre 2008

Alegrías de la Facul

De verdad Pedro, que cada día flipo más. El pasado viernes día cinco tuve examen de una asignatura. Pues bien, el examen era a las 12:00. Una hora estupenda. Llegas a la Facultad a las 9:00, te atrincheras en la Biblioteca y tienes tres horitas para darle el último empujón a la asignatura. Un espacio que viene de lujo.

Pues bien, llegué a las 8:55. Como no fumo, decidí esperar en la misma puerta de la Biblioteca. Veo que el reloj pasa de las 9:00 y que allí no abre nadie. Me dirijo hacia el conserje que está en la entrada principal para preguntarle que por qué no está abierta la biblioteca. Y cuál es mi sorpresa, cuando me dice que la biblioteca no se abre porque están de obras. Dándole las gracias por su amabilidad, me di la vuelta con cara de imbécil. Cinco de septiembre, en plena convocatoria de septiembre, y la biblioteca cerrada... ver para creer.

Han tenido dos meses para hacer reformas ¿y tiene que estar en este periodo cerrada? ¿Y qué pasa con los alumnos? ¿Qué somos? ¿Unos simple paga-matrículas? ¿Nos privan nuestro derecho al préstamo de libros y a usar las propias dependencias, que nosotros mismos mantenemos con nuestros pagos de matrículas? ¿Qué respeto se tiene al alumnado?

En fin Pedro, estoy triste, indignado, me siento un auténtico mono de feria. Cada final de curso se les llena la boca con "la estupenda promoción formada en esta Facultad", pero realmente no obtenemos más que revés tras revés.

El periodo de matriculación se abre estos días. Como es normal, surgen dudas, muchas dudas. Dudas que en el último año de carrera son mares de dudas. Solventarlas vale su precio en oro. Puedes estar llamando mil y una veces en toda la mañana que el teléfono de la Facultad comunica incesantemente. La paciencia te puede y decides llamar a los teléfonos centrales de la Universidad, donde te dice que es probable que debido a la cantidad de gente que se acerca a la Facultad a realizar sus trámites, los allí presentes no den abasto y deciden descolgar los teléfonos.

Segunda vez en una semana que mi cara adopta la forma de i, i de imbécil. ¿Se creen que todos vivimos en Madrid? ¿Que cogemos el metro y en 20 minutos estamos en Ciudad Universitaria? ¿Qué puedo hacer, recorrer 400 kilómetros por cada duda que me surja? Si debido a las matrículas, convalidaciones, traslados de expediente, documentaciones.... el trabajo se multiplica durante TAN SÓLO UN MES, 30 míseros días al año, ¿por qué no se incrementa el personal, por qué no se mete la mano en el paro y se refuerza la plantilla con cinco trabajadores más? ¿Por qué si hay aumento de demanda no se cubre esta satisfacción?

Somos alumnos, somos parte de esa gran empresa, la parte más numerosa, no sé si importante, pero indudablemente somos mayoría... No creo que pida mucho, simplemente que se me brinden las oportunidades que merezco, que se me dé lo que es justo. Un saludo Pedro.

- Me has recordado, estimado alumno, lo que escuché proclamar a gritos, hace un par de años, a un profesional que venía desde Pontevedra, perdiendo dos días de viaje, para hacer él mismo no sé qué demonios de trámite, que después descubrió que podía habérselo hecho sin desplazarse, cualquiera en su nombre. Los impromperios que soltó, las lindezas con que les calificó (inútiles, funcionarios, chupones, engreídos, abusones...) por no haber sido capaces de advertírselo antes, fueron lo más pintoresco que he escuchado.

En fin. Paciencia. "Cada país tiene el grado de corrupción e ineficacia pública que está dispuesto a soportar". Mientras no nos rebelemos, esto no cambiará. Denuncias, exigencias, cartas a los medios, quejas, propuestas como la tuya, son el mejor camino para salir de este caos. Ánimo, amigo, que más crudo lo tenía Colón, y llegó sin mapas hasta América.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con este post, y por ello quisiera contar lo que me pasó a mí, y animar a la gente a que proteste, siempre desde la educación y el respeto, por cosas como estas.
Fui el día 1 a la biblioteca, me dijeron que estaba cerrada, pero que volvería a abrir el día 5; fui el día 5, y me dijeron que el plazo de apertura de la biblioteca se extendía hasta el día 8; fui el día 8, y me dijeron que al final, hasta el día 20 no se podía entrar a la biblioteca ni sacar libro alguno, cuando yo necesitaba un libro de la biblioteca para un examen que tenía el día 10. Al final, gracias a la eficacia planificadora de la Facultad, estuve yendo y viniendo durante 3 días en los que perdí toda la mañana. Y, como ya se ha dicho aquí, no todos vivimos a 20 minutos de la universidad: en mi caso, tardo una hora de ida y otra de vuelta.
Así que todo el que tenga algún tipo de problema administrativo o de la índole que sea, que no se quede quieto, que proteste y así, tal vez, movilizándonos todos, consigamos algo.