El cabo del Ejército de Tierra, Cristo Ancor Cabello Santana recibió el bautismo poco antes de fallecer, cuando estaba en el Hospital de Role 2, donde fue conducido tras la explosión que acabó con su vida. Así lo manifestó públicamente el Pater del acuartelamiento de Herat, lugar donde estaban acampados, mientras celebraba el funeral por su alma.
El soldado canario pudo cumplir así su deseo de hacerse cristiano durante su estancia en Afganistán. Había resuelto con el capellán del acuartelamiento de Herat ser bautizado esta misma semana. El capellán le había comentado que su propósito era pedir una concha a Madrid para oficiar el bautismo, pero Cabello le dijo que él mismo tenía una que había comprado cuando hizo el Camino de Santiago.
Cristo Ancor se dio cuenta de que se moría. Y justo en ese momento, pidió ser bautizado. El militar fallecido tenía 25 años y deja un hijo recién nacido. Había ingresado en el año 2003 en el Ejército y poseía la Medalla de las Naciones Unidas por su participación en la misión del Líbano. Desempeñaba las funciones de conductor y tirador de torreta en los blindados en los que patrullan los soldados españoles allí desplegados. Cuando sucedió el atentado, vigilaba con la patrulla del vehículo que le transportaba como parte de un convoy.
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