Fin de curso

Graduación

¡Felicidades! ¡Enhorabuena! Pero sobre todo a los padres. Se felicita al entrenador de la plantilla: la Roja entera levanta y alza arriba a Del Bosque por sus triunfos. Así nosotros ahora ante esta ceremonia por el éxito de vuestros hijos.

Ayer bajaba por Raimundo Fernández de Villaverde en mi coche con un alumno, y me paró un control. Se acercó el policía y nos preguntó: ¿Padre e hijo? Yo le respondí: ¡Y Espíritu Santo! No, agente, profe y alumno. Me acordé de vosotros. Padres es el título más grande que se puede conseguir.

Salimos ya de la Universidad, dejamos la “Facul”. Ahora cambia todo. El mundo profesional es una selva. Prudencia. Os cuento una historieta. Un pajarillo, caído de su nido, tiritaba de frío. Un alma compasiva lo puso en una boñiga de vaca para que cogiera calor. El pajarillo, recobrado, cantó feliz. Un gato lo oyó y le devoró. Moralejas:

- No todo el que te manda a la mierda te quiere mal.
- No todo el que te saca de la mierda te quiere bien.
- Y si estás de mierda hasta el cuello, no digas ni pío.

Otra batallita. Un padre pobre tenía un erial incultivable. Al morir, dijo a sus hijos: cavad y ahondad el suelo, que hay en él oculto un tesoro. Ellos así lo hicieron. Removieron todo, pero no encontraron nada. Sólo lograron orear el terreno, haciendo que fuese fértil, y pudieron así cultivarlo y vivir de él. Moraleja:

Tres ídolos de los que huir:

- Sueldo. No os vendáis al capital. Es pan para hoy, y hambre para mñana.
- Contrato. Dura menos que un respiro.
- Puesto. Hay dos formas de ascender. Los trepas, por el borde del escalón, adelantándose y pisando la cabeza a todos. Otros, ayudando a todos, de forma que ellos quieren que le asciendan para que él sea su jefe.

Tres tesoros que perseguir:

- Know how: experiencia. La máxima. Saber hacer.
- Net work: amigos, padrinos, colegas, conocidos, contactos.
- Curriculum vitae: acreditación de tus logros y éxitos.

Última anécdota. Esta vez es personal. ¿Cuál fue la mejor lección que yo aprendí en la carrera? En cuarto curso tuve un accidente. Un mes en coma. Amnesia total. Hecho un guiñapo. ¿Qué me quedó?

¿Belleza? Hecho un cromo a cicatrices. Por eso llevo barba.
¿Fuerza? Menos que un niño.
¿Inteligencia? Se me olvidaba hasta cómo me llamaba.
¿Conocimientos? Ninguno.
¿Dinero? Ni saber cómo usarlo.

Todo eso no dura ni dos telediarios. Descubrí qué era el mayor tesoro. Estos tres:

1.- Familia. Es la única empresa de la que nunca te jubilan. Cuidadla. Invertid en ella TODO y más aún. Cuando dejéis la actual, montad la vuestra. Ningún negocio vale ni la mitad que éste. No hagáis ni caso de esas relaciones temporales, que no llevan a nada.

2.- Amigos de verdad. Los de mi promoción pasaron a máquina todos los apuntes para mí. Por eso lo que gratis recibí, gratis trato de dar, y procuro ayudarle a todo el que le faltan apuntes…

3.- Valores. Virtudes. Lo que has vencido, lo que te has esforzado, lo tienes ganado. Quien hace un cesto, hace ciento. Con el mismo ímpetu que me estudié la carrera, me la volví a estudiar. Eso no se pierde nunca: está impreso imborrablemente en tu carácter.

Esos son mis consejos. Y como dice la mía, que cumple ochenta años en diez días, madre se es hasta que se muere. Pues vosotros sentiros siempre alumnos nuestros, universitarios de esta alma Mater Complutense, para siempre, para resolver dudas, para recibir orientación y consejo, para obtener recomendaciones, para lo que queráis.

¡Hasta siempre!