Nico Terol, Piloto de 125 c.c. En 2010 se partió las vértebras cuando peleaba con Márquez por la corona de 125 c.c. Supo lo que es sufrir: maduró. Así gestó ser un campeón. Es toda una lección para quien quiera de verdad ser feliz, superarse, mejorar, dar lo máximo de uno mismo y triunfar.
Así lo cuenta él: “Sufrir me hizo mejor piloto. Yo era muy joven y tenía que madurar: incluso me vino bien pasarlo mal en esa época dura. Aprendí a sufrir. Tras el mal trago, cuando lo sabes aprovechar, disfrutas y te sientes a gusto”.
Desgraciadamente, hoy rige justo lo contrario: horror al esfuerzo. Miedo al dolor. Huída del sufrimiento. Guerra a la exigencia. Escapar de las obligaciones. Evitar el compromiso. Pavor ante los deberes.
Occidente se hunde solo. ¿Qué es lo que busca? ¿Qué es lo que le mueve? ¿Qué quieren nuestros jóvenes? ¿Qué valores persiguen? Muy sencillo. Buscan bienestar y confort, consumo y despilfarro, mamoneo y lujo, gratis total descontrolado, gasto y derroche… facilismo sin esfuerzo.
Rafa Nadal, Pau Gasol, Marc Márquez, Marta Domínguez, Miguel Induráin, Edurne Pasabán, Alberto Contador, Ricky Rubio, Perico Delgado, Jesús Carballo, Arantxa Sánchez Vicario… Miles de horas de esfuerzo, montones de negaciones y de exigencias, infinitos arranques de voluntad. No es otro el secreto para vencer y superarse.
2 comentarios:
Hola Pedro, estoy en gran desacuerdo con lo que escribes, las cosas no son tan simples como esforzarse y obtener frutos.
En primer lugar no creo que todos los jóvenes seamos unos vagos, más bien deberíamos hablar de una flagrante falta de oportunidades. Por otro lado, hay muchas personas que llevan toda su vida esforzándose y trabajando para finalmente no conseguir gran cosa. Es un poco cargante el constante ejemplo de los deportistas como iconos a seguir...por cada Nadal hay mil jugadores que se han esforzado tanto o más sin llegar a nada, las cosas no son ni blancas ni negras, lo demás es ofrecer falsas esperanzas.
Saludos.
Cuando actúas, puedes buscar dos cosas: mejoras tuyas, o resultados externos. Aplausos de otros, o logros tuyos.
Los resultados externos, lo que consigues fuera, son momentáneos. Dependen de muchos factores. Pueden no ser consecuencia de tus actos.
Lo importante es lo que queda dentro de ti: lo que te has superado, lo que tú has mejorado, lo que has avanzado, lo que te has vencido en tus defectos.
Eso es el deporte, el espíritu deportivo: el afán por vencerse y por progresar. No las medallas, no los premios, ni los “éxitos” pasajeros.
Eso es la juventud. Si no logras este espíritu joven mientras los huesos aún no te pesan, no lo conseguirás nunca. Esto es lo verdaderamente importante.
Publicar un comentario