José María Gil
Narbón sale en Kiaenzona, sección “Historias
de EBA”. Leemos este titular: “Una expromesa del Madrid, campeón de Europa
sub-20, hace 54 de valoración. Conoce su historia”. ¡Bravo, Chema! ¡Campeón
a lo grande! Copio aquí el artículo,
para que lo disfrutes:
En su día era reconocido como uno de los mayores proyectos
del baloncesto nacional. Pero siempre priorizó sus estudios, y por eso
-tras hacer tres pretemporadas con el primer equipo del Real Madrid- decidió
apartarse del baloncesto profesional. Ahora, a sus 24 años, Chema
Gil sigue estudiando y disfruta del baloncesto en liga EBA, una
categoría que tal y como está demostrando parece quedarle pequeña. El pasado
fin de semana firmó una de las actuaciones del año al sumar 54 de
valoración en la victoria de su equipo frente al filial del Movistar
Estudiantes en Magariños (62-86).
35 puntos (16/19
en tiros de dos), 18 rebotes, 3 asistencias, 2 recuperaciones y 54 de
valoración. Una auténtica barbaridad. “Ha sido el mejor partido de
mi vida. Me sentía bien y encontré buenas opciones de tiro en ataque, pero
creo que sin el esfuerzo colectivo no lo hubiera conseguido. Partidos así te
salen uno en toda la vida, así que hay que disfrutarlo, y con la victoria salió
todo redondo”, reconoce un muy feliz Chema Gil días después de la hazaña
conseguida.
Juega en la categoría amateur porque quiere, ya que desde
que salió del Real Madrid cuando era júnior nunca le han faltado novias de
ligas LEB… pero para Chema los estudios fueron lo primero. Comenzó
estudiando tres años Ingeniera de minas en la Universidad Politécnica de
Madrid y posteriormente cambió a Administración de Empresas en la
Universidad Autónoma de Madrid. Y ahí sigue. “Tal y como está el
panorama baloncentístico español, me parece complicado dedicarse a ello. Siempre
he querido tener el respaldo de una carrera porque al fin y al cabo la vida de
un jugador es corta“, reconoce el pívot de 2.07 metros.
El jugador del
Euroconsult Alcobendas está firmando un temporadón en la liga española de
baloncesto amateur y es -con unos promedios de 18,7 puntos, 9,5
rebotes y 22,8 de valoración por partido– uno de los jugadores más
determinantes de la competición.
En su pasado, cuando era canterano del Real Madrid,
compartió vestuario con Bogdan Bogdanovic, Dani Díez, Jorge Sanz, Nikola
Mirotic, Víctor Arteaga o Willy Hernangómez. Y entre sus éxitos, destacar
que Chema Gil formaba parte de aquella selección española sub-20 que de la mano
de Mirotic, Joan Sastre y Josep Franch logró ganar el Europeo celebrado en Bilbao.
“El baloncesto
para mí no ha sido nunca enfocado como algo para ganarme la vida, pero sí me ha
servido para entender muchas cosas. De las cosas menos importantes,
el baloncesto quizás sea la más importante. Me ayuda a distraerme y
siempre, sin saber por qué, soy feliz cuando tengo la pelota naranja en mis
manos. Para mí, es necesario en mi vida… es algo más que un deporte”.
Chema siempre
tendrá en su cabeza la incógnita de saber qué hubiera pasado si en su día
hubiese apostado únicamente por el baloncesto, pero él no se arrepiente de
la decisión que tomó porque “pudiendo volar como las águilas, no vueles como
ave de corral”. Este año terminará la carrera (tras siete años en la
Universidad) y esto le permitirá ir a por otro reto: “Me
gustaría mucho irme al extranjero y estudiar un máster. Obviamente, me
gustaría seguir compaginando el baloncesto con los estudios para así poder
seguir disfrutando de otra cultura baloncentística”.
Atrás y en su cabeza siempre estarán aquellos momentos donde
veía su nombre en la prensa entre las jóvenes promesas que crecían en la
elástica del Real Madrid, tampoco olvidará el Europeo sub-18, el Mundial sub-19
y los dos Europeos sub-20 que jugó con la selección española de baloncesto.
“Me siento muy
afortunado por todo lo vivido en el mundo de la canasta”, finaliza un
siempre entusiasta Chema Gil. El baloncesto en su historia, a sus 24 años,
ocupa y siempre ocupará un lugar importante y fundamental.
Chema es para todos un gran ejemplo de deportista, de
universitario, de profesional y de persona. Desde aquí le mando la mayor felicitación:
¡Enhorabuena, Chema!
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