1. Como profesor, ¿Cómo viviste el primer día en el que se
anunció el cierre de la Universidad?
Estaba de viaje, con tres alumnos míos, justo en el instante
en que salió en anuncio. Yo conducía, con ellos viajando conmigo, en mi coche.
Estábamos en ese momento lejos, en mi tierra. Salió la noticia, y nos resultó
curiosa. Estábamos haciendo un desplazamiento rápido, por cinco ciudades y
varios pueblos, de dos días de duración. Nos faltó tiempo, para decidir en ese
momento, alargar un día más nuestro viaje. Ya no había ni clases, ni nada. Así
pudimos descansar un poco, de verdad. Al volver, en las últimas seis horas del
viaje de retorno, pudimos ir ya más tranquilos, y sin prisas.
2. ¿Cómo está siendo ahora la comunicación con tus alumnos?
¿Estás continuando la formación online o las tutorías con los que están
haciendo TFG o TFM? ¿Cómo lo estás haciendo?
La comunicación con mis alumnos es muy fluida siempre.
Tenemos todos los medios: teléfono, redes digitales, online... Guardamos todos unos
protocolos serios, para no colapsar de información. Formamos equipos de seis
miembros. Quince equipos, son ya una clase (90 alumnos). El funcionamiento es
sencillo, sirviéndonos de chats de WhatsApp: primero, consultamos las dudas a
nuestro equipo, o a nuestro jefe de equipo. Así no molestamos al resto. Si así
no se resuelve, pasamos la duda al chat de jefes de equipo. Y si no, se
consulta al profesor.
Eso lo hacemos tanto en las cuatro clases del grado, como
en los trece alumnos del Doctorado, como en los trece alumnos del TFG. Y un
proceso parecido, es la comunicación vía inversa. Si yo, profesor, veo una beca,
opción, salida, práctica o cuestión que pueda interesar, la envío a los líderes
de cada grupo de jefes, y luego ellos lo reenvían cada uno a los miembros de
sus equipos. Todo sencillo, todo rápido, y todo fácil.
Y en contacto es ininterrumpido. Como en cualquier familia,
como en cualquier grupo de amigos, como en cualquier equipo. Creo que la universidad somos eso: un equipo, una familia y
unos amigos.
3. A día de hoy ¿Cuáles estimas que son las cuestiones más
preocupantes en lo que respecta a la finalización del curso académico? ¿Cuáles
son las principales dificultades con las que se pueden encontrar los alumnos?
¿Problemas? Los mismos de siempre. Desorden, dejar todo para
el final, pensar que va a sobrar tiempo, retrasar el estudio y la entrega de
los trabajos, dormirse, perder el tiempo... y contra eso, no hay más que usar
los mismos remedios: orden, responsabilidad, exigencia, constancia, día a día,
tarea tras tarea, ir partido a partido como el Cholo con su Club...
Claro, el
seguimiento, el animar, el motivar, el ponerles las pilas, eso es tarea
nuestra, de los profesores. Los alumnos no se educan solos, ni los deportistas
se entrenan solos, ni los pacientes se curan solos. Es tarea del coacher, del míster,
del médico... y en nuestro caso, del profesor.
Como decía mi madre: madre se
es, hasta que se muere. Tus hijos, son tus hijos siempre. Pues eso es un
profesor, o debería serlo: tus alumnos son tuyos siempre, con o sin coronavirus,
con o sin clases, con o sin asistencia a las aulas. Es tu vocación, es tu
misión, es tu tarea, es tu dedicación. Y te aseguro que muy pocas profesiones
son tan bonitas, tan maravillosas, tan entusiasmantes y tan divertidas. Te lo
prometo. ¡Viva la enseñanza!
No hay comentarios:
Publicar un comentario