"Nuestras leyes establecen que se ampute la mano del que roba", afirmó convencido y sin cortarse lo más mínimo el embajador de Irán en España Seyed Davoud M. Salehi. "Esto no es aceptado por Occidente, pero en el campo de los Derechos Humanos hay que tener en cuenta las costumbres, las tradiciones, la religión y el desarrollo económico del país. Es necesario aceptar unas leyes para preservar la salud de la sociedad, si no, ésta se encontraría en peligro". ¿Es eso civilización, en serio?
Sigue su discurso, pasando al ataque: "¿No creen que [Occidente] está aprovechando el instrumento de los Derechos Humanos en contra de los pueblos?", espetó a los periodistas. En 2007, Irán fue el segundo país del mundo, tras China, en mayor número de ejecuciones: más de 300, según Amnistía Internacional. ¿Eso es civilización, insisto?
Interesantes reflexiones éstas de Shalehi. Magníficos los aliados que nos busca nuestro genial presidente. Esta es su pretendida magnífica aportación a la convivencia mundial. ¿Con estos matarifes quieres aliarte, Zapatero? ¿Vas a dejarles a ellos “aliar” su “civilización” también aquí, cortando las manos de quien se lleve algo ajeno? Pues que comiencen con tus compañeros de partido, que habrá colas: la ministra Carmen Calvo, por ejemplo, dijo aquello de que el dinero público no es de nadie… ¿Le cortamos las dos manos a ella, por ladrona? ¿O también los pies y la lengua, por metepatas y por bocazas?
¿Y sobre las relaciones sexuales, qué hacemos? ¿También les dejamos apedrear a las adúlteras? ¿Dónde las lapidarás, en Callado o en Sol, ya que Montera está a un paso? ¿Y las ejecuciones públicas? ¿En las torres de Kío, para que se vean bien los ahorcados desde la Castellana?
Salehi comparó la cercenación de miembros para hacer Justicia con la "decisión de un médico de amputar una extremidad para detener un proceso de gangrena". Las declaraciones del embajador vinieron a colación de una exigencia de la organización Human Rights Watch (HRW), que ha pedido al máximo responsable de la Justicia iraní, el ayatolá Mahmud Hashemi Shahrudi que revoque la sentencia de muerte por lapidación contra tres personas -dos hermanas, de 27 y 28 años, y un hombre de 49- condenadas por adulterio.
El miércoles se conoció la condena a muerte de otro joven de 22 años por consumo reiterado de alcohol. La condena le sobrevino tras haber sido arrestado por cuarta vez en estado ebrio. Además, la República Islámica mantiene en la cárcel a Emadoldin Baghi, prominente activista contra la pena de muerte, detenido desde octubre de 2007.
1 comentario:
Absolutamente de acuerdo, sólo una pregunta, y de la silla electrica y la pena de muerte que opinas? te parece que eso si respeta los derechos humanos?Es que ya no hablamos del tercer mundo...
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