15 marzo 2009

¡Fuera burocracia!

El infierno debe consistir en una cola interminable delante de una ventanilla. Cuando te llega el turno, te dicen que te falta un sello u otro impreso, y vuelta a empezar. España no es precisamente el paradigma mundial de la gestión pública eficaz. Cada nuevo político añade más organismos públicos y nuevos ministerios a cual más inútil (hablaban del de fútbol… ¿por qué no el de tapas?), duplicando el número de funcionarios. Y así nos va.

El papeleo entorpece. La burocracia mata. La vida real no tiene nada que ver con los impresos, las cuadrículas y los trámites oficiales. Expedientes, solicitudes, revisiones… nada de eso agiliza ni beneficia la vida universitaria. Lo estamos viendo. Mucha hojarasca, mucho dossier, pero ningún avance. Más de lo mismo. Cambia el nombre, muda la cáscara, pero tenemos de nuevo al mismo perro, con distinto collar.

Parecía que la Universidad iba a revivir con tantos nuevos diseños. Plan de Bolonia, Espacio Europeo de Enseñanza Superior, ANECA, ACAP, acreditaciones, habilitaciones… Palabras mágicas todas ellas, medicinas sanadoras de endogamias, nepotismos, inutilidades, masificaciones y otros males seculares endémicos de nuestras Universidades.

Pero aquí no llega la solución. Fallan algo fundamental. Lejos de liberar a los docentes y estudiantes estas nuevas medidas, los ahogan con más cargas. Tal vez me lleven a la cárcel por decir lo que aquí escribo, pero creo de corazón que la administración pública no debe complicar, sino ayudar; no debe estar para añadir trámites, sino para resolverlos; no debe tener como función entorpecer a los usuarios, sino servirles.

Declara un valiente, Álvaro Vinuesa, profesor Asociado de Ingeniería: “La UE ha denunciado en numerosas ocasiones que la forzada gestión burocrática de nuestras Universidades las uniformiza y empobrece, manteniéndolas en un nivel de mediocridad indigno de la octava potencia mundial”. Opino lo mismo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una de las posibles soluciones puede estar en las Nuevas Tecnologías, me explico; a la secretaría de Ciencias de la Información cada vez se recurre menos, se puede hacer uso de Metanet; a Reprografía se recurre cada vez menos, se puede hacer uso del Campus Virtual… Por extensión, la administración pública por medio del uso del DNI digital permite realizar determinadas gestiones relacionadas con la misma, no todas, pero poner al día a la administración pública, en cuanto a tecnología se refiere, es el primer paso para que el sufrido contribuyente no tenga que esperar interminables colas, entre otras cosas.

Unknown dijo...

¡Hola!
Yo cursé una licenciatura en Ciencias de la Información en la Complutense. Juro que la asignatura más difícil a la que me tuve que enfrentar en los cinco años que pasé allí fue la de la Burocracia: secretarias desagradables, falta de información, colas interminables, papeleo inacabable... en fin todo muy kafkiano.
Gracias a Dios ya he escapado de esa horrible facultad de la que se salvan pocas cosas (tú eres una de ellas Pedro, un abrazo).

Anónimo dijo...

Una de las posibles soluciones puede estar en las Nuevas Tecnologías, me explico; a la secretaría de Ciencias de la Información cada vez se recurre menos, se puede hacer uso de Metanet; a Reprografía se recurre cada vez menos, se puede hacer uso del Campus Virtual… Por extensión, la administración pública por medio del uso del DNI digital permite realizar determinadas gestiones relacionadas con la misma, no todas, pero poner al día a la administración pública, en cuanto a tecnología se refiere, es el primer paso para que el sufrido contribuyente no tenga que esperar interminables colas, entre otras cosas.