Zapatero nos ha puesto a un ex Hermano Corazonista al frente de Enseñanza y Universidades, mientras Bernat Sória ha obsequiado -como despedida de su cargo- todo un trabajado Pregón de Semana Santa. Mientras tanto, puesta a su espalda, a María Teresa Fernández de la Vega se le ponía la cara más morada que su traje (por cierto: la Tere ha aguantado todo el día, nombramiento tras nombramiento, sin cambiarse de modelo ni una sola vez, ¡para que luego digan que no ahorra en gastos!). Se ve que la pobre de la Vega no consigue convencer de su manido laicismo, ni a sus propios colegas ministros.
El ya ex ministro Soria ha comparado la carrera ministerial con la "pasión", afirmando que quienes toman hoy posesión han hecho "su entrada a Jerusalén: te reciben con palmas y al día siguiente comienza la tortura”, pero que pronto llegará para ellos "el lunes de Pasión" y luego, más tarde, "el día de la muerte", que es cuando "te comunican el cese". Finalizó recordando que "después de la muerte viene la resurrección". ¡Qué crack!
Ángel Gabilondo Pujol es donostiarra, nacido el 1 de marzo de 1949 en la calle Churruca de San Sebastián. El hasta ahora Rector de la Universidad Autónoma de Madrid desde mayo de 2002 (bien podría regalarle una licenciatura al Gran Ministro Pepiño Blanco, que no tiene ningún estudio superior), es también allí Catedrático de Metafísica en el mismo lugar donde estudió carrera, pagada por la Orden Religiosa de los Hermanos Corazonistas.
A finales de los setenta, nuestro nuevo Ministro de Educación era el Hermano Gabilondo, de los Hermanos del Sagrado Corazón. Jugaba al fútbol, remangándose la sotana (y no lo hacía mal) como todavía le recuerdan sus alumnos. La orden le pagó los estudios universitarios y en cuanto los acabó, colgó los hábitos y se largó. (El reverendo hermano Angel Gabilondo).
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