26 diciembre 2009

Degradación universitaria

Estamos ante un auténtico desastre. El nivel universitario español no es recomendable ni para Guinea-Konacri. Basta con abrir un poco los ojos para comprobar cómo llegan de ‘preparados’ a la Universidad y cómo salen de allí ‘formados’ nuestros universitarios titulados. No me atrevo a enseñar a los profesores extranjeros ni siquiera la cafetería de alumnos de mi Facultad, cochambrosa.

¿Pesimismo? ¡Realismo puro y duro! Cada año, los alumnos acceden al campus con menor capacitación. ¿Exagero? No lo creo. Cuestiones tan básicas como leerse un libro (enterándose), redactar una carta (con un mínimo de dignidad), preparar un guión claro, escribir una crítica razonada, argumentar motivadamente una tesis, condensar la clave de un artículo o dirigir una simple instancia a un organismo, les parecen obras faraónicas inasequibles.

Mal vamos, peor iremos. ¿Qué soluciones nos ofrecen? Desgraciadamente, lo que ahora nos proponen, so capa del famoso ‘Plan Bolonia’, es ‘escolarizar’ la enseñanza. Sí, así mismo, como suena: convertir las aulas universitarias (se supone ‘de docencia superior’), en clases vigiladas, con sus tareas diseñadas, con sus evaluaciones continuas, con sus prácticas dirigidas… con un trato cuasi infantil, en definitiva, sin responsabilidad personal y sin madurez humana, carentes de compromiso y de iniciativa.

¿Qué se esperan formando así? ¿Ciudadanos adultos preparados, mayores de edad? ¡Já! Los alumnos no se interesan ni en lo que estudian, ni dónde lo estudian, ni cómo lo estudian, ni en con quién lo estudian, ni en quién se lo imparte. De un año para otro, ni recuerdan los nombres de las asignaturas, tituladas con más palabras que las que ocupan el temario.

Cabe todo. Pueden explicarles los lenguajes de los insectos en la Teoría de la Comunicación de Periodismo, o los tipómetros, que ellos lo asumen ciegamente, sin chistar. El curriculum académico lo eligen según convenga al horario, o a lo más según la menor exigencia. Ni siquiera se saben los nombres de los profesores, ¿para qué? ¡Si todo da lo mismo!

Lo único imporatante es aprobar, cansarse lo mínimo, terminar cuanto antes, conseguir unas prácticas aceptables con la menor dedicación, y asegurarse el máximo posible de vacaciones. Punto. ¡Viva el confort, viva la fiestuqui, corra el wisky y tonto el último! A disfrutar, que esta vida dura poco.

Recuerda esto bastante al bajo imperio romano: pan y circo, termas y vomitorios, bacanales y despiporre… Eso sí, para las obras públicas, los esclavos, y para llenar las legiones, reclutar bárbaros (léase ahora emigrantes). Yo quiero un título fácil, a poder ser para 'trabajar' de funcionario (contradictorio), que me pague mis juergas, que me financie mis vicios, que me permita buena vidorra… y del resto, ya veremos, como dicen en la ONCE.

Una civilización se derrumba por su base. El nivel actual de nuestros jóvenes, es el que a nuestra sociedad le espera muy pronto: antes de lo que nos pensamos. El cambio generacional es inevitable. Lo que hoy sepan nuestros veinte añeros, esa es nuestra cultura, nada más. No es suficiente llenar de volúmenes la Biblioteca Nacional del Paseo del Prado. Lo que tenemos que llenar es las cabezas de nuestros jóvenes, vaciándolas de esos contravalores desastrosos, como el 'gratis total' y el 'facilismo' que les ‘educa’.

Volvamos cuanto antes a la cultura de la excelencia, de la calidad, de la exigencia, del esfuerzo reconocido, antes de que sea demasiado tarde. Eliminemos de los planes educativos esos modelos decadentes descerebrados de la 'nueva pedagogía', suprimamos esa niñería facilona, fofa y tontorrona, y ofrezcamos en cambio la dura realidad auténtica, tal y como en realidad es, porque nunca jamás nada útil se logra sin esfuerzo.

16 comentarios:

Javier Jurado dijo...

El problema viene de base. En una clase de RRII, la profesora llega el primer día y nos planta un mapa mudo que, como dice ella, es de los que se hacen en Secundaria (yo tuve la suerte de hacerlos durante la EGB, bastante mejor que el sistema "moderno"). Ahí es donde te das cuenta de muchas cosas. La cultura general brilla por su ausencia.
Y ni qué decir que hace nueve años, cuando entré en la Facultad, la nota de corte estaba muy cercana al 7 y ahora baja bastante del 6.
Así nos va. Y si, además, vamos contando cosas como lo del tipómetro de tu artículo anterior, el ridículo ya es espantoso.

Henkuai dijo...

Muchas gracias Pedro. Absolutamente de acuerdo. Todo es demasiado fácil, y si no, es imposible. Nada puede funcionar si no sabemos nada, no tenemos interés por saber nada y no queremos aprender a hacer nada. Como tú nos demostraste en una clase, ni siquiera sabemos qué queremos, qué es importante y qué no, cuáles son y cuáles deberían ser nuestras prioridades. Como dice mi padre, a los 20 años hay tiempo para ligar, salir de marcha, estudiar dos carreras, trabajar y, de vez en cuando, hacerte un viajecito, aunque sea a Chinchón. Pero, ya que lo tenemos todo y que nuestros padres nos mantendrán hasta los 30 y nos pagarán un master y lo que les pidamos, para qué esforzarse!? Para qué aprender idiomas? Lo único que nos importa es estar más guapos y "ser más felices", salir todas las noches para ver si ligamos y ver, al día siguiente, las fotos de todo el mundo en Tuenti. ¡Qué se salve quien pueda!

Barbara dijo...

No sólo la formación tiene la culpa, sino también los que son formados, que pierden el interés por ganarse las cosas y por aprender. Y lo digo yo, que estoy en mi último año de carrera con asignaturas sueltas, y ahora que acabo me entra la ansiedad de todos los libros que no leí, y todas las clases que falté.
Los estudiantes somos como zombies, vamos, tomamos apuntes mecánicos (y ni sabemos cómo tomar apuntes) y luego no entendemos nada fomentado por la basura de apuntes que tenemos, el odio irracional al profesor y las pocas ganas de aprender nada.
Sí, el desinterés es provocado en parte por la nefasta formación de algunas carreras, pero a veces es también porque nosotros no ponemos de nuestra parte.
Si de verdad tuvieramos ganas, habríamos defendido como dios manda nuestro derecho a tener una buena educación.
La degradación universitaria es culpa de los que no se mueven, y de los que se mueven mal.

Unknown dijo...

tienes toda la razón Pedro, me considero uno de esos alumnos poco aplicados y "pasotas", en parte por mi culpa, pero creo que también en gran parte por todo lo que mencionas en tu blog. Ni paro, ni terrorismo ni ostias, la educación es el mayor problema que tiene la sociedad española con diferencia, es la llave para solucionar el resto de problemas y nadie parece hacerse cargo...

Feliz año!!
un saludo

Alberto dijo...

El problema ya está aquí, aunque no lo hayamos visto.
He trabajado en varios centros educativos los últimos años; no como docente, sino como auxiliar administrativo y conserje. Me he relacionado laboralmente con gente que poseía una titulación superior.
Me considero una persona con gustos refinados (lease con ironía). Al entrar en el primero de esos centros creí que allí encontraría más gente que compartiría esos intereses.
Craso error.
Una mayoría del profesorado que he conocido no comparte ninguna de esas inquietudes, -artísticas o culturales-, sólo le preocupa el adosado, el monovolumen y el colegio de Jonathan. Desdeñan cualquier otra cosa que les haga cuestionarse su visión del mundo. Los hay de todas ls edades.
No quieren saber nada con algo que pueda remover su estructura mental. Creo que para eso no hacía falta pasar por la universidad.
Yo tengo una idea, entre cínica y divertida, que de vez en cuando propongo: mi idea es dar el título a toda esta gente, gratis total: una diplomatura, licenciatura o doctorado. Todo a condición de que no ocupen espacio en las universidades ¿Para qué?
Uno siempre ha creído que la universidad era un lugar del que salías con una autoridad moral e intelectual, la que te daba el conocimiento adquirido.
Infelice de mi, resultó que lo que te lo da es un título donde reza "Fulanito de tal, Eres ...", y con el que puedes moverte por el mundo como si te la agarraras con papel de fumar, para que todos sepan que eres un ser superior.

Unknown dijo...

"La educación es el mayor fracaso democrático en España", así puntualizó Iñaki Gabilondo, el reputado periodista en una conferencia al que tuve el privilegio de asistir en el colegio mayor. Y es verdad, si nos damos cuenta España en los últimos 31 años ha avanzado enormemente en todas las materias menos en esa. El estado de bienestar se ha apoderaro de los valores de la persona tales como esfuerzo, trabajo, sacrificio o el pensamiento.

La educación ha perdido el norte. Por ejemplo, ¿cuántas personas recogen las bolsas y botellas vacías después de un botellón? Yo creo que menos de un 10%.

De la Facultad ni hablo, ya es sabido su lamentable plan de estudios.

Pedro García-Alonso dijo...

Pues, qué quiere que le diga, Profesor.

Así están las cosas. La Facultad de Ciencias de la Información es sinónimo de "Fábrica de parados", pero, sin duda, creo que no es sólo la educación lo que debería renovarse, sino también la profesión. El Periodismo se ha degradado y parece que sólo tienen cabida unas cuantas "firmas cincuentonas" que cobran una millonada.

Entiendo el periodismo como un oficio en el que, lógicamente, se aprende trabajando, esforzándose día a día. Lo concibo como una cuestión de ideales y de valores que, poco a poco, han ido olvidándose. ¿Soluciones?, como dice, empezar por cambiar un sistema educativo cuyo objetivo es obtener rápidamente un "título-filtro" en vez de despertar inquietudes y, laboralmente hablando, no sería mala idea hacer cantera con los becarios en vez de explotarles al máximo.

Un abrazo,

Bárbara

Isabel dijo...

Hola Pedro, totalmente de acuerdo con lo que dices. Y en el mundillo periodístico parece que se acentúa más todavía. Echo de menos esa imagen prestigiosa de la figura del periodista, al que se le tenía respeto y consideración y era valorado por su labor analítica. Tanto se ha manoseado el concepto de objetividad, credibilidad y libertad de información que está todo devaluado y sólo se salvan algunas pocas firmas y buenos escritores, que los sigue habiendo, pero lamentablemente ahora da la impresión de que lo único que prima es el dinero, la fama, el espectáculo, la ideología impuesta... y sólo triunfan los que abrazan esas ideas. Espero que algún día el periodismo vuelva a considerarse como una profesión digna de admiración, pero no vamos por buen camino. Un saludo, Isabel.

Pedro García-Alonso dijo...

Hola Pedro.

He leído tu artículo con atención. No suelo estar de acuerdo con tus opiniones. En este caso estoy al 90 por ciento contigo. Tienes mucha razón, pero parte de la culpa de todo esto la tienen los profesores, que también se acomodan. Soy ex alumno de la facultad, estudié periodismo y ahora tengo un trabajo decente de lo mío y además en un medio que me apasiona. Muchos de mis compañeros no pueden decir lo mismo, me licencié hace dos años y algunos siguen allí. No me considero un lumbreras, pero la fauna que he visto en mi promoción daba pena. Además tuve una novia alumna de la facultad que tenía dos años menos que yo. No es que me vaya a meter en temas sentimentales ahora, es sólo para decirte que noté ese nivel de degradación al que te refieres al conocer a sus amigos (casi todos dos años menores que yo). En fin allí - en la facultad - he conseguido cosas buenas...lo mejor: muy buenos amigos y el contacto con algún buen profesor...es triste decir eso después de cinco años.

Recibe un afectuoso saludo. Y felices fiestas.

Raúl Masa dijo...

Bueno, el artículo muy bien, pero sólo retrata un 33% del problema.

¿Dónde está lo que falta?

33% Profesores
33% Gobierno de turno

De esos no se habla, ¿por qué?

Doy por hecho que usted conocerá la TGS (Teoría General de Sistemas), y convendrá conmigo en que todo -absolutamente todo- es un sistema interrelacionada. De ahí sistema educativo. Vamos, que no descubro nada.

Por lo tanto, como alumno, asumo mi parte, pero y cómo profesor, ¿asume la suya?

Falete dijo...

Rob,

Yo, antes que preguntarme cuántos recogen las bolsas después del botellón, prefiero ir al grano y preguntar: cuántos de los que hacen botellón sacan rendimiento a la matrícula universitaria que les están pagando todos los españoles con este sistema de bienestar de nuestra Demo-gracia.

casanno dijo...

Sinceramente Pedro, estamos en crisis, los números lo confirman.

Yo lo único que creo es que la culpa está en las casas de cada uno de estos estudiantes que no quieren terminar la eso, bachiller o carrera.

La educación es lo principal, dotar de una buena educación a tus hijos, los hará triunfar o no. Desde chicos, ayudarles con las tareas, escucharles, enseñárles, sobre todo enseñárles a coger el camino adecuado.

Si desde abajo no se trabaja, los resultados no serán los mejores.

un saludo

Pedro García-Alonso dijo...

Vamos a dejar de lado los intereses económicos de las instituciones educativas (públicas) y la atención económica que destina el gobierno a las mismas y que obviamente influye en sus medios y formas de hacer su trabajo. Vamos a dejar de lado asimismo la teoría cercana a la conspiranoia de que al poder le interesa "criar" ciudadanos sin capacidad crítica (lo que uniriamos con el famoso panem et circenses que reflejabas en tu artículo). Igualmente pasemos por alto a los profesores y su pasividad absoluta en muchas ocasiones con el único interés de cobrar su sueldo y con una vocación por formar y enseñar que, si en algún momento la hubo, ahora ni siquiera se le espera. Todos estos elementos son importantísimos... pero, en mi opinión, relativamente fáciles de modificar.

Lo realmente asombroso y extraordinario, y donde, en mi opinión, está la raíz del problema, lo encontramos desde la persepectiva sociologica. El contexto social en el que vivimos los jóvenes origina mentes débiles sin capacidad de esfuerzo ni lucha y con la comodidad siempre por montera, sin importar una mayor o menor calidad de vida. Es decir, no trabajar ni esforzarse para conseguir un puesto mejor o para luchar por lo que es injusto o por tu futuro. ¿Qué mas da? Si yo estoy muy tranquilo viendo la televisión o emborrachándome todos los fines de semana, ya me llamarán o ya me preocuparé cuando llegue el momento.

Efectivamente la mentalidad actual es así. No me baso en imaginaciones o suposiciones. Lo veo. Veo que de cada 50 tíos que están estudiando te puedes encontrar a 2 que realmente sepan lo que quieren hacer y tengan voluntad para perseguirlo, me da igual en el instituto que en la universidad. Veo los productos comunicativos. Me apasiona el tema de la influencia de los medios en la sociedad y en la mentalidad, y defiendo que es total. Y se aprecia que a medida que se han ido degradando esos productos se ha ido degradando la capacidad de esfuerzo, de sacrificio, de compromiso, de aprendizaje... de movimiento, en definitiva. Nos quedaría saber si fue primero el huevo o la gallina pero está claro que están íntimamente unidos. Y no defiendo una televisión educativa en absoluto, de hecho mi intención es acabar trabajando en el entretenimiento puro y duro, pero si que sería importante una revisión por parte especialmente de los padres de los valores que se inculcan a los jóvenes. Y un interés por modificar un sistema basado en la memorización y repetición para transformarlo en uno que valore la capacidad de sacrificio y trabajo y, especialmente, el esfuerzo por sacarte las castañas del fuego, por buscarte la vida... por espabilar, en defintiva.

Pedro García-Alonso dijo...

Por eso creo que la base del problema está en los propios jóvenes, pues un componente muy importante en la educación es el interés, y por mucho que tengas los mejores maestros o tus padres se esfuercen hasta límites inconmensurables si a ti te da absolutamente igual, no vas a hacer nada. ¿Y quieres que te diga la verdad? Me alegro, y no me afecta. Vale, llámame egoista redomado, pero llevo desde que me acuerdo ayudando en la tienda familiar de electrodomésticos, desde los 14 años en la radio y toda mi vida haciendo deporte. He "sacrificado" (xa mi no era tal sacrificio) mil fines de semana de los que mis amigos salían de marcha. Y ahora, yo se que la carrera de Periodismo es una mierda, que no sirve para nada. Pero también se que te da el tiempo suficiente para buscarte la vida, y que si te mueves en una ciudad como Madrid puedes conseguir mucho más de lo que te da la mejor facultad de Periodismo del mundo. Y en cuanto a prácticas, ni te cuento. Hay cien mil emisoras piratas y no, cien mil periódicos, revisas... en fin, que hacer algo no cuesta nada. Bueno si, movimiento. Y si te interesa un tema para eso están las bibliotecas y librerias. A mi me encanta todo lo relacionado con la persuasión, la negociación, el lenguaje no verbal... en fin todo lo relacionado con la comunicación. Y creo que sería obvio que hubiera alguna asignatura de este tipo en la carrera, pero no. Pues qué mas da! Para eso hay mil libros, artículos, etc que no hace falta que nadie te explique para estudiartelos.

En fin, que no te quiero aburrir con mi vida, que te digo todo esto para que veas que es una cuestión de planificación y mentalidad, y que mira, si la gente no se mueve... peor para ellos. A mi me ha costado muchísimos esfuerzos y sacrificios saber lo que se ahora y tener las experiencias que tengo ahora. Estoy convencido que saliendo todos los fines de semana lo único que tienes son millones de neuronas menos. Y ojo! que no soy precisamente una monja de clausura, pero hay tiempo para absolutamente todo, y si de verdad tienes sueños y ambiciones tienes que salir a buscarlas. Esta claro que a casa no te va a llamar nadie.

Bueno me he extendido demasiado pero es que creo que es muy fácil echar la culpa a las instituciones educativas y al Gobierno, pero si no cambia la mentalidad de la gente... difícil.

Un saludo y perdón de nuevo por la extensión, feliz año!

Pedro García-Alonso dijo...

Estimado profesor:

Antes de nada, quisiera desearle un feliz año 2010 lleno de salud (lo más importante de todo), amor (da igual si es de una esposa, de una madre o de un vecino amable) y dinero (lo suficiente para no pasar necesidad y de paso ayudar un poquito a los demás)

Le escribo porque en su correo comentaba que agradecería mi opinión acerca del artículo sobre la enseñanza universitaria, así que hay va:

Mi opinión concuerda desgraciadamente con todo el artículo. Creo que el problema de base se encuentra en la enseñanza primaria y secundaria, la E.S.O resulta bochornosa, creo que no se premia el esfuerzo, el interés o el conocimiento, algo básico en una educación. La cosa es aprobar los cursos y las asignaturas lo más comodamente posible. Así llegamos a la facultad, un lugar supuestamente para abrirnos la mente, prepararnos para el mundo laboral y donde nos terminamos de hacer responsables y maduros con nuestra educación a la que añadimos nuestros propios talentos. Pero nada más lejos de la realidad: la universidad en general y en concreto Ciencias de la Información es un pitorreo dicho claramente. Los alumnos aprenden sin razonamiento alguno los contenidos, presumen de lo poco que estudian para aprobar, de que es todo un "pinta y colorea", no desarrollan sus capacidades ni se preparan para el futuro, no hay más motivación que la cafetería y el fin de semana.

Creo que esto se debe, quizás (mi opinión no es ni mucho menos la de un experto) a la idea generalizada de que para tener un trabajo digno hay que pasar por la universidad, ésta te da prestigio; así ocurre que los jóvenes con posibilidades, al igual que sus padres no ven otro futuro académico posible más que la facultad, y acuden a ella porque es lo que toca, lo que hay que hacer. A pesar de que en este país parece que se premia la pereza y cada vez es más frecuente ver a un fontanero (con mucho respeto a esta profesión) que gana más que un abogado. En Ceuta por ejemplo, los universitarios que llegamos en vacaciones somos los responsables, los que se supone que no valían terminan de soldado profesional o policía municipal, y así los que tenían fama de vagos y gamberros forman la autoridad con unos sueldos bastante buenos, pero seguimos pensando que "lo que mola" es ser licenciado.

Para acceder a ella sólo basta un 4 en Selectividad, ¡un cuatro! para "hecharse" a llorar, así lo escribiría más de un compañero que he conocido en la facultad y que curiosamente seguro que sería de los más aplicados... y lo peor de todo es que yo no soy quien par ajuzgar a nadie, porque ni si siquiera puedo asegurar no haber cometido alguna falta ortográfica en esto que le escribo.

Pedro García-Alonso dijo...

Tengo un hermano con seis años más que yo, él estudió C.O.U y a pesar de que tampoco nos llevamos demasiados años (seis) noto grandes diferencias culturales entre ambos, en las que sin duda él sale ganando, por lo que sólo me cabe pensar que la enseñanza empeora a pasos agigantados.

La educación debe promover el esfuerzo, no las facilidades. Es indignante que te den créditos de libre elección en medicina por cosas tan absurdas como por tocar el piano, como le sucede a una amiga que estudia en Cádiz, por citar algún ejemplo real.

Y si hablamos de mi carrera...échese a temblar.
En Ceuta me empeñé en estudiar en la prestigiosa Complutense a pesar de que muchos me advirtieron de las dificultades de la profesión y sobre todo, de la carencia de preparación real y práctica para la carrera. Pues bien, el primer verano resultó que aprendí más en la redacción de un periódico local que en todo el año de carrera, la directora de este periódico me recomendó estudiar cualquier otra carrera para al menos salir especializada en algún campo, porque según ella, la carrera no servía para mucho. El segundo verano me enseñaron a hablar por radio y a hacer mis propios cortes y el tercer verano, avergonzada reconocí que no había manejado jamás un estudio de televisión, lo que olvidé mencionar es que es estando un día haciendo prácticas de televisión en la carrera, el micrófono se había desmontado en mis manos sin yo haber hecho nada. Hoy por hoy lo único que sé lo he aprendido con mediocres pero útiles prácticas en medios locales.

Así que aquí me encuentro con veintidós preciosos años pero pensando en mi escasa cualificación, avergonzada porque quizás tengo faltas de ortografía y porque una vez me preguntaron quien era Aníbal y yo contesté que era un hombre muy malo que se comía a la gente en las películas, sin saber si debo hacer un doctorado, un máster, o encerrarme a estudiar oposiciones. Mi vocación periodística sigue en mí pero estoy más perdida que un gato en una perrera. La educación cada vez tiene menos que ofrecer y la Universidad ha olvidado sus valores y sin educación, una sociedad se hunde. Si las nuevas generaciones son más analfabetas, leen menos nuestra cultura sólo irá en decadencia.
Si la cultura nos hace libres, ya sé por qué a veces me siento agobiada y encerrada (y no es por ser profunda ni filosófica)

Perdone si mi comentario fue pedante o aburrido y si cometí muchas faltas.

Gracias y que le traigan muchas cosas los Reyes Magos (no se olvide de los zapatos y del agua para los camellos)

Reciba un cordial saludo:

C.G.T.

PD: insisto, no tengo nada en contra de los fontaneros, de los policías locales ni de los soldados profesionales