· Estudios prácticos: no sólo de clases teóricas, sino experiencia
viva y actualizada.
· Enseñanza abierta: Cada vez hay más alumnos online, que asistiendo
a clase.
· Más profesionalidad: la Universidad debe ofrecer lo que la
empresa demanda.
· Formación total: Hoy se exige doble titulación bilingüe, con
Master y prácticas.
· Mayor exigencia: Las empresas exigen mucha más formación que
sólo la universitaria.
· Alumno responsable: Cada estudiante debe diseñar su
curriculum y su plan académico.
· Competencia global: todas las Universidades del mundo
compiten por igual.
· Otro rol docente: un profesor debe más orientar, que instruir
o calificar.
Tras debatirlo, llegaron a esta conclusión: "El
profesor ya no está para imponer teorías y conocimientos. Debe actuar como un
ente que ayuda a sus alumnos a pensar, a descubrir. A menudo, esto en la
Universidad oficial no ocurre".
Según los datos del útimo Ránking Universidad-Empresa, de Everis,
en España, 77 de cada 100 empresas no han contratado a ningún recién titulado
universitario durante los últimos cinco años. Su responsable, Andrés Moreno, sostiene
que "Existe un vacío enorme entre la Universidad y la empresa. La
sensibilidad del mundo de los negocios dista muchísimo de lo que se enseña a
los graduados. Al acceder al mundo laboral, los recién titulados se topan con
una realidad desconocida".
Según él, para
seleccionar un candidato, las competencias más valoradas son:
· Honestidad y compromiso ético.
· Capacidad de aprendizaje y adaptación al cambio.
· Habilidades interpersonales y de comunicación.
· Análisis y resolución sistemática de problemas.
· Orientación a consecución de resultados.
· Conocimientos técnicos de la profesión.
· Habilidad para trabajar en entornos multiculturales.
· Capacidad multidisciplinar.
· Aportar innovación y creatividad.
¿Por qué tiene un déficit esta generación para estas
aptitudes?
¿La aplicación práctica? "La educación superior está
enfocada a un estudio demasiado memorístico. Esto tiene que cambiar".
¿Los propios talentos? "Lo importante es generar un
espacio en el que la gente con ganas sea capaz de desarrollar sus propias ideas.
Necesitamos iniciativas que nos ayuden a cambiar nuestra visión. Nos resulta
muy complicado encontrar a personas aptas para nuestra compañía dentro de la
Universidad".
¿Los profesores? "Las instituciones oficiales son
demasiado teóricas. Es necesario que el propio claustro académico haya tenido
algún tipo de experiencia empresarial". En el sistema actual, los docentes
nunca terminan de salir del ámbito universitario.
¿Los contenidos? No basta metodología basada en clases
magistrales, con conocimientos puramente técnicos. Los jóvenes buscan mejorar
sus títulos recurriendo, cada vez más, a másteres y posgrados organizados por
entidades ajenas a la Universidad.
¿El plan Bolonia? Sándalo advierte: "Con el Plan
Bolonia la Universidad desaprovechó una magnífica oportunidad. Deberían
invertir este último ciclo en aplicar a la realidad los conocimientos técnicos
adquiridos durante el grado.
¿El máster? Sándalo opina: "Lo llaman máster y, en
términos generales, se diferencia poco del resto de la carrera". Su Máster
(IESE) basa su docencia en el método activo, frente a carreras encasquilladas en
dar conceptos teóricos. "Establecemos debates generales sobre casos
reales. El alumno se mete dentro del problema".
Lo mismo opinan en Everis: "Nuestros docentes han
trabajado previamente en proyectos ligados a la compañía. Trasladan al aula
experiencias únicas y reales. Aportan vivencias, no sólo conocimientos
aprendidos de memoria".
¿Hacia dónde vamos? El mercado laboral avanza a una
velocidad de vértigo.
Las empresas están en constante evolución.
¿Y los cambios? Nicolás Díaz, Coordinador del Grupo de
Empleo y Autoempleo de la Conferencia de Rectores de las Universidades
Españolas (CRUE), sostiene que "El sistema cambia con una rapidez
tremenda. En los años que dura una carrera, un puesto de trabajo puede pasar de
tener mucha a escasa demanda. Es muy difícil adaptarse de manera inmediata".
¿Qué dice nuestra universidad? Lucila Finkel, delegada del
Rector para la Formación Permanente, Prácticas Externas y Empleabilidad de la
Universidad Complutense de Madrid (UCM), afirma: "La Universidad tiene que
ser capaz de formar tanto a los chicos que llegan con 18 años como a quienes
quieren actualizarse en su puesto de trabajo o buscan cambiar de empleo. Somos
conscientes de que el expediente académico está perdiendo peso. Desde las
compañías se nos transmite la importancia de las competencias transversales.
Parten de la base de que, por el mero hecho de haber cursado un grado, las
competencias técnicas ya se tienen. Pero éstas ya no son las que realmente
aportan algo. No podemos vivir de espaldas a las empresas. Por eso, nuestros
cursos están más ligados al mundo empresarial aportando competencias
transversales y una formación más ligada al interés cultural".
Adelante, ¡y vamos a por ello!
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