Habla Carlos Sánchez en ‘El Confidencial’ (10/04/2011): “Asistimos a un régimen que se desmorona y que hiede. La rancia España progresista, es en realidad impermeable a los cambios. Su objetivo es mantenerse en el poder, debilitando la iniciativa privada hasta límites insoportables. Se ha creado esa otra España, arcaica y reluctante a la modernización del país.
“El problema de España es su resistencia a los cambios. Cualquier reforma se considera una traición. Con el 20% de paro y cinco millones de desocupados, las reformas y cambios se ven como una agresión, no como una oportunidad para crecer y crear empleo.
“El sistema educativo está agujereado. Se critica a Esperanza Aguirre por crear centros educativos de excelencia -hasta hablar de guetos y de apartheid-, pero se acepta que haya centros de alto rendimiento para jóvenes deportistas que juegan al tenis o gimnasia, como si el Estado sólo pudiera sacar provecho del músculo, pero no del cerebro.
“Se margina a los emprendedores, sustituyéndolos por un sistema de relaciones laborales que conecta directamente con el franquismo. Y algo más increíble. Se sigue considerando que España escapará de la crisis sólo con decisiones de Consejo de Ministros, y no de los recursos y creatividad de la iniciativa privada.
“Miles de jóvenes -los más preparados que nunca- esconden sus conocimientos para poder lograr un empleo. El sistema educativo está agujereado. O enfermo. Se ha llegado al ridículo de que al rector de la mayor universidad del país no se le va a elegir por sus méritos, sino por lo que al final vote el personal no docente.
“Se busca el igualitarismo fácil ¡y no la excelencia!, pese a que ninguna universidad -ni pública ni privada- está entre las cien mejores del mundo. La sociedad civil aguanta espartanamente los arreos del poder político. Vivir para ver”.
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