Ninguna universidad española aparece nunca en los rankings de prestigio. Sin embargo, hay tres escuelas de negocio hispanas entre las 20 más valoradas del mundo.
Interesante dato que explica por qué "nuestros mejores estudiantes se vayan: una pérdida de talento brutal"
Estas son las claves:
1. IESE, IE y ESADE compiten con el mercado global. Las universidades, en cambio, miran y lamen ufanas su propio ombligo.
2. Los MBA atienden a su reputación según los rankings, haciendo reformas constantes. La Universidad adormece en su pasado, esclerótica y artrítica.
3. Las Escuelas de Negocios contratan al mejor profesorado. La universidad contrata a “los nuestros”: la cateta endogamia provinciana española.
4. Los MBA buscan a los mejores alumnos, los luego mejor colocados en sus puestos de trabajo. La universidad dificulta y entorpece los traslados.
5. La universidad no cuidan el network de sus antiguos alumnos, ni su formación de postgrado: es una fábrica de parados.
6. Con visión internacional, los másters firman programas de intercambio con las mejores escuelas. La Universidad cree concederte un favor con permitirte el Erasmus.
7. Los MBA facilitan trabajar, endeudarse, subvencionarse, participar, implicarse en la entidad. La universidad casi ni informa de esto.
8. Las Escuelas de Negocios prescinden de la titulitis, ofertando unos objetivos claros. La universidad cree que el título y el expediente son lo máximo.
9. Sus planes de estudios son muy flexibles, personalizados, amoldables, especializados. El mundo académico, en cambio, es inadaptable, estrecho e impuesto, cerrado y caduco.
10. Las Escuelas de negocios se adaptan constantemente al mercado. La universidad ni siquiera se adapta al mundo actual.
11. Los programas MBA viven inmediatos a las empresas. Buscan y saben qué necesita el mercado. ¿Cuántos rectores de universidad hablan con las empresas?
12. Los universitarios españoles son los que menos ganan de Europa. Son unos salarios muy bajos: nada comparables a lo que pagan en Dubai, EEUU o Londres.
13. A esto hay que sumar todo lo que cuesta montar una empresa: todo el tema burocrático. Y para no hablar ya sobre los sindicatos, o la corrupción administrativa...
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