¿Facilismo? ¿Subvención? ¿Sopa boba? ¿Gratis total? ¿Todo pagado? ¿Chollos y bicocas? ¿No dar ni un palo al agua? ¿A mí que me lo hagan? ¿Estado del bienestar?
Las instituciones no pueden suplantar a las personas. Y menos aquí. Javier Martínez, Arzobispo de Granada, ha soltado unas verdades como puños:
“Hay que cambiar la mentalidad de ser un pueblo subsidiado, que siempre busca la solución en que me solucionen otros el problema”.
“Un porcentaje muy alto, cercano al ochenta por cierto, de los chicos buscaba ser funcionario. Eso es una enfermedad social”.
Hace falta un "cambio de cultura": enfrentarse con valentía a resolver las dificultades, sabiendo asumir una "cierta capacidad de riesgo".
Esta sociedad es heredara de "cierta tradición paternalista", en la que todos esperan que los problemas los resuelvan las autoridades.
“Una sociedad es libre, no porque alguien conceda esa libertad: una sociedad es libre cuando los miembros que la componen, los grupos humanos, las familias, los pueblos, cada uno, los individuos, cada uno libremente escoge una manera de vivir que contribuye al bien común”.
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