10 febrero 2012

Estudio

Llegado febrero, con los exámenes, puede cundir el desaliento. No es raro escuchar frases como éstas:

“No me puedo concentrar... No rindo. ¿Será que yo no valgo para el estudio?”
“Me aburro empollando. Pasan las horas y no mejoro. ¿Me habré equivocado?”
“El estudio me produce desinterés, fastidio, cansancio… ¿Para qué me sirve?”

No te extrañes. Aquí aplaudimos al geta, al vago y al comodón… si es que no le hacemos vicepresidente de gobierno. Es el resultado del facilismo, del gratis-total, de la incultura holgazana.

Cuesta abajo, no se asciende. Sin esfuerzo, no se vence. Tumbado, no logras nada. Juguetes y niñerías, ver pelis en vez de leer textos, pintar colorines en vez de esfuerzo por aprender... y otras tonterías 'educativas', te hunden en la miseria.

Aprender es mejorar tu mente. ¿No lo ves en el deporte? Esforzándote, mejoras. Si practicas, avanzas. Pues en la mente ocurre igual.

Es más: cada hora de estudio aprovechada, revierte en mejorar tu capacidad para la hora siguiente.

Igual que cada entrenamiento físico, cada paso adelante, desarrolla más tu capacidad.

Ya te diré los trucos…

2 comentarios:

FJ López Maraver dijo...

Estas palabras alientan mucho en estos días. GRACIAS Pedro

Mateo Rouco dijo...

En época de exámenes viene bien que la gente comunique mensajes de ánimo y la apuesta por el esfuerzo. Gracias Pedro, en nombre de todos ( estudiantes, parados, trabajadores, TODOS)

Y por supuesto, sin esfuerzo, no hay resultados, ni éxito, ni nada.