24 febrero 2012

Solucionar la Enseñanza

No es con dinero. Tampoco con leyes. Menos aún con las revueltas callejeras de Valencia. Mira un caso real: Bagehot cuenta en The Economist su experiencia personal.

“Paddington Academy era de todo menos un colegio. Apenas un 20% de sus alumnos aprobaban los exámenes de reválida al final de ciclo que incluían materias como Matemáticas y Lengua Inglesa. Había peleas con arma blanca, drogas, las bandas merodeaban el centro, las clases consistían en copiar textos de un libro…”.

“Seis años más tarde, el 69% de los estudiantes aprueban la reválida, por encima de la media nacional, y eso que más de la mitad de ellos carecen de recursos para pagarse la comida y dos tercios no tienen el inglés como lengua vernácula (…) Acaba de ser distinguida como ‘destacada’ por la inspección educativa. El lugar impresiona. Rezuma optimismo”.

¿Claves?

1. Autogestión: la conversión desde un modelo estatal a uno individual en el que cada escuela puede adaptar sus métodos y profesorado a las necesidades del alumnado

2. Buscar maestros vocacionales: sin horario ni calendario, capaces de explicar los conceptos más abstractos, con autoridad en disciplina –horario, uniformidad, lenguaje-.

3. Orientarse a la realidad profesional: lo que espera a los estudiantes.

4. Sustituir imposición por persuasión, cumplimiento por convencimiento.

5. Sentirse cada alumno valorado, como una bola de nieve que se retroalimenta.

6. Crecer la expectativa personal, el nivel de autoexigencia y la de todo el grupo.

7. Fomentar la competencia, algo esencial de sus vidas del mañana.

8. Educarles en la responsabilidad, con los demás y con los materiales que usan.

9. Darles sentido de pertenencia y orgullo escolar, en vez de gregarismo callejero.

10. Afectar a las familias, logrando su apoyo por el éxito. El interés del centro en beneficio del estudiante, genera la comunicación e integración de los padres.

11. Se contagia a los miembros del hogar, animándoles, generando un compromiso social, inexistente en los barrios marginales de la periferia.

En las recientes protestas callejeras de Valencia, vemos justo lo contrario: fracaso escolar, ausencia de recompensa por el esfuerzo, falta de incentivación estudiantil, irresponsabilidad, profesorado desilusionado…

La solución no es el dinero. Son los valores. Somos las personas.

No hay comentarios: