Sus gemelos han salido a la vida gracias a una cesárea y ahora se encuentran en una incubadora. Parece que mujer e hijos están en buen estado de salud, a pesar de la lógica dificultad del parto por lo muy peligroso, debido a la avanzada edad de la mujer.
Fue preñada mediante varios óvulos (en este caso, procedentes de una donante joven), fecundados y transferidos como embriones 'exitosos' a la madre (normalmente, dos o tres). Sin embargo, embarazar a una mujer con más de 50 años supone un mayor riesgo de complicaciones, como preeclampsia asociada a la hipertensión o diabetes gestacional.
Aunque la ley española de reproducción asistida no limita la edad de las mujeres que intentan una fecundación 'in vitro', la mayoría de clínicas especializadas han adoptado códigos de autorregulación que excluyen de esos tratamientos a quienes han superado los 50 años. Pero si el cliente paga bien, toda gratificación supera los obstáculos de la ética.
Jugarse la vida, y jugar con la vida de los bebés, ¿es tan necesario? ¿Es un verdadero progreso? ¿No era posible y preferible en todo caso una adopción? Esperemos que tengan mejor suerte que la rumana Adriana Iliescu, que tuvo un caso similar en enero de 2005 con 66 años de edad, a la que se le murió uno de los bebés gemelos al poco de nacer. Adriana alumbró a una niña y su gemela en un hospital de Bucarest, falleciendo la hermanita tras el parto artificial, como era de prever.
"Me mintió. Falsificó datos porque sabía que mi límite de edad para mujeres solteras son 55 años". Así se ha expresado en 'Los Angeles Times' el médico que realizó el proceso de fecundación in vitro a la española Carmela Bousada, quien a sus 67 años se ha convertido en la parturienta de mayor edad del mundo.
El doctor Vicken Sahakian, de la clínica de fertilidad Pacific, en Los Ángeles (EEUU), está acostumbrado a tratar con mujeres de edad avanzada que desean quedarse embarazadas. "Trataré a una mujer si la edad de la madre y la del padre combinadas no suman más de 110 años. 55 años es mi tope para las pacientes que no están casadas", declara a la publicación norteamericana. Carmela sabía perfectamente que su perfil no cumplía estos requisitos mínimos: no tiene pareja y supera con creces el límite de edad. Por eso, optó por ocultar la verdad al doctor Sahakian que, según él mismo asegura, recibió un informe de un centro médico español en los que se afirmaba que la paciente tenía 55 años.
Este especialista tardó algún tiempo en darse cuenta de que esta gaditana había sido paciente suya. Cuando lo supo, lejos de alegrarse, se sintió traicionado. "¿Felicidades? Ha sido un éxito no intencionado [...] No pienso que se haya escrito el último capítulo. Ella podría morir dentro de 10 años y ¿qué será de los niños?", declara este médico. "Los costes médicos en la clínica de fertilización Pacific rondaron los 10.000 dólares (más de 7.700 euros) por la atención médica y más 30.000 dólares (más de 23.000 euros) por la donación de óvulos".
1 comentario:
Hacer juicios morales de casos como éste es bastante complicado. Se habla de unos hijos que tendrán, más que una madre, una abuela. Pero, ¿qué hay de los hombres mayores que tienen hijos con mujeres más jóvenes que ellos? Y se da de forma natural, es más, hay casos, como el del Julio Iglesias Puga que tuvo que someterse a tratamientos de fertilidad para tener hijos que dejó huérfanos incluso antes de nacer (las gemelas son hijas póstumas). ¿Es noticia?¿Alguien se plantea si es bueno que haya niños con progenitores masculinos octogenarios? Es que parece que los hijos son responsabilidad exclusiva de las mujeres...y, qué curioso, los que os planteáis estas ideas y defendéis a capa y espada que lo "sano" es que un hijo tenga un referente paterno y otro materno no os planteáis que los hijos se tienen entre dos, pero para engendrarlos, para quererlos y educarlos (es decir, convertirlos en seres independientes y autónomos con un orden en su vida).
Y la réplica a las complicaciones en los embarazos. Mi madre me tuvo con 25 años. Durante el embarazo sufrió una pielonefritis aguda que la mantuvo a una temperatura corporal de 40 grados constantes. Es más, el día que yo nací, ingresó por esa enfermedad que ya no le permitía ni dormir por el dolor. Pero hay más, los médicos de la seguridad social no sólo no atendieron a los síntomas que padecía (todas las primerizas se quejan por todo, según dicen)sino que tampoco hicieron pruebas que en ese momento existían: la ecografía. No vieron que mi madre padecía una malformación congénita en el útero que haría expulsar la placenta en el quinto mes de embarazo (por cierto, mi madre obtuvo esta información 16 años después del episodio...si hubiese tenido otro hijo, se habría reproducido la situación...menos mal que no encontró el momento). Afortunadamente la casualidad quiso que ella enfermara y que la placenta no se desprendiera hasta el octavo mes: la noche que ella ingresó en el hospital por su enfermedad, se desencadenó todo, la placenta se desprendió y tuvieron que hacerle una cesárea a vida o muerte. En el momento en que yo nací los médicos tenían dudas sobre si yo había nacido con vida y, si en el caso de que yo sobreviviera al parto por cesárea, si tendría secuelas que me impidieran tener una vida normal. Como digo, fue la casualidad la que quiso que mi madre estuviera en el momento justo en el lugar adecuado, que yo no sufriese ninguna secuela de la enfermedad de riñón que mi madre padeció durante más de la mitad del embarazo...de casos como el mío se salvan uno entre mil, es decir, yo nací y hubo 999 bebés que murieron en las mismas condiciones (hablo de los bebés, pero las madres corren el mismo riesgo) y todo eso sin recurrir a técnicas de reproducción asistida, de forma natural, con una madre joven (y tan joven, 25 añitos) y sana...planteemos ahora la misma pregunta del post: ¿era necesario poner en riesgo la vida de una mujer y la de un bebé?
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