El modelo anterior está fracasado. Tanto la ley del palo (“la letra, con sangre entra”), como la ley del jugueteo inútil e insustancial ("controles, actividades, didáctico, objetivos tendencia, conductas" y otras paridas), ambas son inaplicables.
Sin duda, tenemos mucho que cambiar, tal y como están las cosas, en temarios, exigencia, competitividad, desarrollo… ¡pero por parte de todos!
Se trata de cambiar el modelo: en vez de imponer moldes, ayudar. Es justo al revés: en vez de carceleros, de vigilantes y de matones, poner entrenadores, motivadores, guías.
Sin la implicación de profesores, alumnos e Instituciones, poco se puede hacer. En estos momentos la actitud que hay es "Sálvese quien pueda".
Habría que transformarlo más hacia: "Trabajemos + en equipo, por un futuro mejor".
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