Prensa rosa o del corazón, prensa amarilla o sensacionalista, prensa roja o de truculencia delictiva... Oímos hablar ahora de prensa naranja. Se refiere al modelo de prensa económica, cambiando su coloración. Lo que antes llamábamos papel salmón, ahora parece cambiar de gama cromática.
Haciendo un somero análisis, en terminología periodística, existen dos maneras de considerar este nuevo término de “prensa naranja”: la económica-financiera, y la política. Tal vez esta segunda acepción sea usada preferentemente en las noticias de cabeceras iberoamericanas.
Por tierras de América, el fenómeno de la "prensa naranja", responde según Fernando Rospigliosi a un periodismo político sensacionalista teledirigido, a modo de propaganda, con que pretende realizar esa prensa naranja (los también llamados “amarillitas rojos”) campañas sistemáticas de desprestigio: amenazas y represalias, obstáculos de todo tipo para impedir la libre comunicación, “campañas psicosociales, actos de seguimiento, acoso y amenazas personales: las difamaciones y calumnias de la denominada prensa naranja”. En definitiva, “propaganda barata para los terroristas”, “maquinaria de desinformación y desprestigio a través de los así denominados "diarios chicha" o "prensa naranja"” (24 Horas Libre Peru).
En otros foros, como en el caso de Expansión.com en Recoletos.es (02.11.01), hablan en cambio de “leer la prensa naranja para enterarse de las noticias económicas” y los “valores y las empresas dentro de la prensa naranja”, “complementándolo con comentarios en páginas de bolsa de internet”.
Incluso en el Congreso español de los Diputados se oye también esta expresión. En marzo de 2003, Luis Carlos Rejón Gieb, diputado por Córdoba del Grupo Izquierda Unida, se refería con este término a los “medios de comunicación de información económica, eso que se llama la prensa naranja”.
Muchos diarios de información general, siguiendo el uso establecido, han venido presentando sus Suplementos de Economía y Finanzas en cuadernillos de papel salmón. Sin embargo, como afirman sobre la maquetación de El Economista, “Olvídese del papel salmón. Muchos de los grandes diarios económicos (The Wall Street Journal, Handesblatt...) hace tiempo que se dieron cuenta de que el papel blanco es más moderno y legible”.
También hace no mucho tiempo, uno de los tres diarios económicos de Madrid, La Gaceta de los Negocios, anunció el cambio de su tonalidad de papel, pasándose al color blanco, con el fin de significar su ampliación temática a otros campos más que los empresariales y financieros.
Como afirma su director, Fernando Rayón, “Desde que hicimos la apuesta por el ‘salmón blanco’ nos ha ido muy bien. Mientras otros siguen estancados, nosotros crecemos en difusión. No hay que olvidarse de otros temas que también interesan a nuestros lectores. La prensa económica es muy seria, rigurosa y poco frívola y, en el futuro, va a crecer”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario