Sigue el fuego abierto en la guerra de El País. Rosa Montero golpea de nuevo en la misma herida. La Redacción en pleno del rotativo había contraatacado al anterior artículo que condenaba las matanzas del Che. Hubo más que palabras. Pues sin parecer importarle, el director incluye hoy otro artículo denigrante contra ese guerrillero sudamericano.
Aquí va a haber tomate. Si me lo hubieran dicho hace meses, no lo hubiera creído. Si esto no es una transformación radical en la línea editorial, no sé yo entonces qué pueda ser un cambio. Sobran palabras. Atención con lo que hoy publica el diario de Prisa:
En la realidad el Che fue cruel y violento. Tenía la boca llena de grandes palabras, pero se diría que despreciaba a esa gente humilde que tanto se jactaba de defender: "Tenemos que crear la pedagogía de los paredones de fusilamiento y no necesitamos pruebas para matar a un hombre", dijo en 1959 a los Tribunales Revolucionarios. También escribió: "Un revolucionario tiene que convertirse en una fría máquina de matar". Durante sus seis meses al mando de la fortaleza de La Cabaña, mandó fusilar, tras juicios de opereta, a centenares de víctimas. Están documentadas 164. También ejecutó a 14 personas durante los años de Sierra Maestra, y otras 23 en Santa Clara. Hablo sólo de las muertes comprobadas. Hay casos bien acreditados, como el de Eutimio Guerra, en los que fue el propio Che quien reventó los sesos de los presos con su pistola. (Rosa Montero: “Mitos”. El País, 23/10/2007)
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