En toda la cultura china trimilenaria han machacado los huesos metatarsianos de la mujer desde su infancia, para que sus pies no crecieran más de 10 centímetors. Los indios sioux (ver la película ‘Un hombre llamado caballo’, 1970) consagraban sus guerreros en el "sacrificio al sol" (Sun Vow), izándolos y colgándolos de cuerdas pendientes de huesos clavados atravesando en sus pectorales, hasta caer ellos desgarrados.
Un marido celoso, en Iran, aplicó todo el peso de la ley islámica SHARIA en la cara de su esposa, de nombre Zahida, a la que acusó de infidelidad. El esposo de Zahida le cortó las orejas, la lengua y la nariz, y le arrancó los ojos. ¿Libertad de expresión con derechos humanos, o ley islámica? Condenan a muerte a un estudiante periodista por ‘blasfemo’. El senado Afgano se congratuló ayer de la condena a muerte contra un periodista, dictada por un tribunal de Mazar-i-Sharif, el miércoles pasado.
Un marido celoso, en Iran, aplicó todo el peso de la ley islámica SHARIA en la cara de su esposa, de nombre Zahida, a la que acusó de infidelidad. El esposo de Zahida le cortó las orejas, la lengua y la nariz, y le arrancó los ojos. ¿Libertad de expresión con derechos humanos, o ley islámica? Condenan a muerte a un estudiante periodista por ‘blasfemo’. El senado Afgano se congratuló ayer de la condena a muerte contra un periodista, dictada por un tribunal de Mazar-i-Sharif, el miércoles pasado.
Sayed Parwez Kaambakhsh, estudiante de periodismo de 23 años, que trabaja además para el diario local «Jahan-e-Naw», fue sentenciado a muerte, acusado de blasfemia y ofensa al Islam, por un artículo suyo publicado sobre los derechos de la mujer en la ley islámica, en el que simplemente se preguntaba por qué un hombre puede tener cuatro esposas y una mujer sólo un marido.
Rukumony Muthiah, viuda de 61 años, reclamó a un tribunal malasio los 17.470 dólares de la póliza de seguros que su hijo le legó antes de adoptar la fe musulmana. Su hijo, E. Ragu, se convirtió al Islam en 1999 y adquirió el nombre musulmán de Mohamed Redzuan Abdullah Ellaippan. Fallecido en 2000, dejaba a su madre como única beneficiaria de su póliza de seguros. Sin embargo, la 'sharia' o ley islámica que rige para los musulmanes de Malasia prohíbe expresamente a los no musulmanes recibir herencia de los que sí profesan la fe de Mahoma. Así pues, la cooperativa Angkatan Tenera y Amanah Raya, donde el fallecido tenía su póliza de seguros, se niega a pagar.
Rukumony Muthiah, viuda de 61 años, reclamó a un tribunal malasio los 17.470 dólares de la póliza de seguros que su hijo le legó antes de adoptar la fe musulmana. Su hijo, E. Ragu, se convirtió al Islam en 1999 y adquirió el nombre musulmán de Mohamed Redzuan Abdullah Ellaippan. Fallecido en 2000, dejaba a su madre como única beneficiaria de su póliza de seguros. Sin embargo, la 'sharia' o ley islámica que rige para los musulmanes de Malasia prohíbe expresamente a los no musulmanes recibir herencia de los que sí profesan la fe de Mahoma. Así pues, la cooperativa Angkatan Tenera y Amanah Raya, donde el fallecido tenía su póliza de seguros, se niega a pagar.
Estos musulmanes llevan catorce siglos estancados: 1376 años sin dar un paso. El Islam sigue igual hoy en el 2008, que en el primer año de la Égira (que corresponde al año 622 de la era cristiana). Confusión total del poder civil y religioso, venta de esclavos, ablación, ningún derecho a la mujer, burka, harén y poligamia, lapidación a la violada, cortar la mano al ladrón, guerra santa, muerte al infiel, pena de muerte al que apostata y mil otras ‘delicias’ de la Saria. Y esto ya viene de lejos, a pesar de esas pretendidas leyendas azules de la historia.
Juan Eslava Galán, autor de más de 60 novelas y ensayos durante sus 30 años de carrera, ganador del Premio Planeta en 1987 por 'En busca del unicornio', presenta ahora «Califas, guerreros, esclavas y eunucos. Los moros en España» (Espasa Forum). Allí desmonta falsas leyendas sobre el islam como forma de vida en su historia de quienes «los idealizan como la sociedad culta y tolerante, que nunca ha sido».
Una de esas falsas leyendas que desmorona en su libro es la del idealismo de que «aquí hubo una sociedad culta, que todo el mundo sabía hablar e iban detrás del arado recitando versos... Eso son puras deformaciones románticas de autores que no tienen mucha idea del asunto, como Washington Irving y todos los que vinieron después. Es absolutamente falso. De hecho, había más libertades en la sociedad cristiana que en la musulmana».
Uno de los problemas más graves del Islam, a juicio de Juan Eslava Galán, es la abominable situación de la mujer, que está en un «segundo lugar en la sociedad islámica, elemento discordante que retrasa la evolución». «La idealización del Islam es algo absolutamente falso, nunca ha existido una sociedad democrática bajo esta religión, tampoco hoy en día». Como ejemplo, citó la discriminación de la mujer, «evidente aunque se esfuercen en esconderlo».
1 comentario:
Wow! Magnífico post que me dispongo a linkar ahora mismo con tu permiso, Pedro; así como a recomendar el libro de J. Eslava Galán
p. d.- Siempre nos quedará Oriana ^_^
Publicar un comentario