Paro atroz. Productividad ínfima. Rentabilidad cero. Inversión en I+D+i mínima. Enfrentamiento entre directivos y empleados. Sostenibilidad imposible de un plan laboral del franquismo.
¿Solución? España S.A. y ese necesario cambio de cultura, según Sonia Franco. “Lo que nuestra empresa necesita es un cambio de cultura... pero es que los empleados se resisten al cambio”. Hay algo mal planteado en ambas afirmaciones.
Tenemos que ser menos “funcionarios” y tomar las decisiones más rápido; debemos ser más creativos, no esperar a que nos den órdenes; usar menos el teléfono y más el e-mail.
¿Por qué no usar nuestra cultura, tan imbricada en las personas, para promover los cambios necesarios?
En general somos muy creativos (como demuestra nuestra gran capacidad para la improvisación), algo fundamental en una cultura emprendedora. El problema es que en nuestras empresas abundan los modelos autoritarios que coartan esa creatividad.
Somos gente apasionada. Si nuestros CEOs contasen más con nosotros, nos comunicasen con más claridad lo que quieren, y nos diesen más cancha y confianza, lograrían sacar de nosotros una mayor motivación y que desviásemos una parte de esa pasión con que seguimos el fútbol, hacia nuestro trabajo.
Y amamos el equipo (al menos, a la Roja). Con unas buenas estructuras que favorezcan la cooperación ¿quién dice que no podamos ser los reyes del trabajo en equipo?
Pero necesitamos guías. Líderes que se lo crean, den ejemplo y pongan a nuestro alcance los mecanismos que impulsen el cambio. Directivos/políticos que tiren del carro, marquen el camino y no permitan que fallen las fuerzas a mitad de camino.
También hacen falta medidas motivadoras, que animen más, que alienten a avanzar, que fortalezcan y apoyen alcanzar las metas.
Y la suficiente transparencia y comunicación en el proceso, para estar seguros de que todos remamos hacia el mismo sitio, que es el correcto.
¿Qué nos resistimos al cambio? Seguro. Al fin y al cabo, entramos en terreno desconocido.
¿Qué cada vez tenemos más claro que ese cambio es necesario? También. Aquí dónde estamos el agua nos llega al cuello.
¿Qué tenemos dudas de que haya líderes dispuestos a guiarnos? Muchas. Muchísimas
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