También Francesco Rutelli, ministro de Bienes Culturales y vicepresidente del gobierno de
Prodi, cristiano y de izquierdas, ha dicho que el belén "no puede ser presentado como el fruto de una concepción clerical: sería una trivialización absurda". Interviniendo en el simposio "De San Nicolás a Santa Claus", celebrado en una sala del Parlamento, ha recordado que "la dramatización de la Navidad tiene un aspecto histórico, cultural" y que "una sociedad que pierde de vista estos valores pensando que son sólo relatos ideológicos es una sociedad que se empobrece".Italia es, conviene recordarlo, un país “laico”, donde existe separación entre Iglesia y Estado. Pero es también un país culto, que no reniega de su tradición y de sus rasgos identificadores. A esa tradición pertenece San Francisco de Asís, que fue el creador de los belenes, práctica extendida después por todo el mundo. Las asociaciones de belenistas gozan de fama internacional.
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