Tal vez este cambio de enfoque pueda deberse a los nuevos aires anunciados por el director del diario, Javier Moreno, decidido a dar un cambio de orientación a la línea editorial de su cabecera: “Íbamos en un rumbo equivocado y hemos decidido cambiarlo desde una nueva mirada”, ha confesado este miércoles (16-10-2007) el propio director. Su rotativo afronta, a partir del próximo 21 de octubre, un proceso de renovación profunda que afectará al diseño, pero sobre todo a la filosofía del periódico.
El País desautoriza en su artículo a esos románticos héroes como el Che, criminal responsable directo de la muerte de al menos 164 personas, retirándole disfraces de “caudillismo latinoamericano, una suerte de aventurero armado", que "pretenden disimular la condición de asesino bajo la de mártir".
Concluye la nota celebrando que “la izquierda latinoamericana y, por supuesto, la europea, se ha desembarazado por completo de sus objetivos y métodos fanáticos”, pues “ya sólo conmemoran la fecha de su ejecución en La Higuera los gobernantes que sojuzgan a los cubanos o los que invocan a Simón Bolívar en sus soflamas populistas”.
Sin embargo, los miembros de la redacción de El País, muy al contrario, se rebelan contra este duro editorial. Más de dos tercios de sus miembros suscriben el jueves siguiente (día 11) una nota, publicada en la sección de cartas al director, bien destacada sobre las demás con un recuadro, en la que dan "testimonio de su discrepancia" por haber tratado la "compleja" figura del Che "como si no hubiera una escala de grises". El comité de redacción discrepa con el editor: "La redacción de El País quiere mostrar su disconformidad con el editorial titulado Caudillo Guevara".
Doscientas cincuenta firmas de redactores se acogen al que "El Estatuto de la Redacción contempla la posibilidad de discrepar de un editorial siempre que se logren reunir las firmas necesarias, que cifra en un número de dos tercios de los redactores", según ellos mismos citan.
Sin embargo, los miembros de la redacción de El País, muy al contrario, se rebelan contra este duro editorial. Más de dos tercios de sus miembros suscriben el jueves siguiente (día 11) una nota, publicada en la sección de cartas al director, bien destacada sobre las demás con un recuadro, en la que dan "testimonio de su discrepancia" por haber tratado la "compleja" figura del Che "como si no hubiera una escala de grises". El comité de redacción discrepa con el editor: "La redacción de El País quiere mostrar su disconformidad con el editorial titulado Caudillo Guevara".
Doscientas cincuenta firmas de redactores se acogen al que "El Estatuto de la Redacción contempla la posibilidad de discrepar de un editorial siempre que se logren reunir las firmas necesarias, que cifra en un número de dos tercios de los redactores", según ellos mismos citan.
2 comentarios:
"se cumplen 40 años, perteneció a esa siniestra saga de (…) terroristas de diverso cuño". Menuda manera de citar. No creo que necesites tanto espacio para que te sobren estas palabras, que sustituyen a tu paréntesis en el editorial de El País: "héroes trágicos, presente aún en los movimientos terroristas". No le llama terrorista, sino héroe trágico. No dice que sea terrorista, sino que es reivindicado por algunos movimientos terroristas en la actualidad, igual que lo es desde algunos sectores de la izquierda. Un poco más de rigor.
En los últimos días parece evidente este cambio de rumbo que, más que por una reflexión de los directivos, se debe a la guerra del fútbol (que ya comienza a ser la guerra de la politica, las licencias, la competencia y el bolsillo -que es lo que más duele-). Recientemente Felipe González mostraba su preocupación por "el fuego amigo"; y Rubalcaba le confesaba a ZP que los flirteos con Mediapro terminarían por pagarlos. Personalmente creo que "El País" ganará con el cambio, aunque como se suele decir "aunque la mona se vista de seda..."
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