Transcribo a continuación -sin comentarios- un testimonio directo. Viene de Venezuela. Es un tesoro de sencillez. La autora es nada menos que una mujer, concretamente una monja: más bien poco guerrillera, y desde luego nada golpista. Me ruega en su mensaje que mantenga a Venezuela en mi recuerdo, cosa que hago de corazón.
Quien escribe, Arelys Martínez, es la superiora de unas religiosas, las Hermanas Terciarias Capuchinas, que están soportando un auténtico infierno: nada parecido a lo que aquí con tanta ‘objetividad’ y desenfado nos describen los medios. Poco duchas en propaganda y en política, estas monjas contemplativas se limitan a resistir perseguidas, ataque tras ataque a sus conventos, algo que sin gran esfuerzo nos recuerda esos movimientos ‘revolucionarios’ socialistas, tan tristemente famosos: Lenin, Castro, Mao…
No te pierdas ni una letra. Ahí te lo dejo enterito. Recuérdalo y tenlo bien presente cuando oigas y veas información sobre Hugo Chávez, presentada tan ‘verazmente’ por los medios, que le presentan como un paladín de la libertad del pueblo, querido, aplaudido y apoyado fervorosamente por nuestro gobierno en España.
“Caracas (Venezuela), 9 de noviembre de 2007
Estimados hermanos y hermanas:
Les escribo para comunicarles que la situación del país se está complicando cada vez más. Estoy no sólo preocupada, les confieso que tengo miedo (aunque me resuena constantemente la frase de Jesucristo "Yo estaré con vosotros hasta el final de los tiempos" y quiero serle fiel).
Ayer se realizó una marcha muy nutrida de estudiantes por la Avenida Panteón, detrás de casa. Como habían muchos policías, los manifestantes, violentos afectos al presidente Chávez, atropellaron personas y atracaron todo lo que podían. Llegaron hasta nuestra casa y lanzaron dentro, en el pasillo que queda en la entrada, por la puerta de hierro, un cohete grande de pólvora con clavos, vidrios y metralla. La explosión rompió todos los cristales, se llenó la casa de olor a pólvora, nos insultaron todo lo que les dio la gana… Fue horrible: vi el odio en esas personas.
Desde los edificios cercanos, la gente les gritaban que no nos hicieran daño, y ellos les respondieron con improperios, les lanzaron piedras, hierros, maderas, cavillas, de todo lo que cargaban. De verdad, es impresionante ver cómo ellos responden a lo que el mismo Chávez les dice que hagan.
Llamamos corriendo a la policía. Vinieron y nos dijeron que esa era gente mandada por el gobierno y que ellos nada podían hacer. También se lo comunicamos al Cardenal. Él me dijo que habían ido a la Casa de la Conferencia Episcopal hoy mismo y que habían quemado allí delante un muñeco que le representaba a él. También me contó que ayer en la madrugada habían entrado a una Iglesia en Antímano y la habían profanado.
Vamos por la calle y nos persiguen, nos insultan, nos hostigan. Este es un ambiente muy tenso, doloroso, de tensión.
Ayúdennos con la oración, para que seamos testigos de los valores del Reino.
Hermana Arelys Martínez, Terciaria Capuchina, Superiora Provincial de Venezuela.
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