08 diciembre 2007

Prensa digital, prensa impresa

¿Qué diferencia un periódico online de uno en papel? La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) acaba de presentar el día 3 de diciembre de 2007 su memoria, elaborada en torno a la profesión de la prensa, que anualmente desarrolla. Ese ‘Informe de la Profesión Periodística 2007’ recoge los resultados de un análisis comparativo sobre las ediciones impresas y digitales de la prensa española.

Pedro Farias García, profesor de la Universidad de Málaga, antiguo alumno de Periodismo en la Complutense, amigo mío y mi casi total homónimo, figura como director de este estudio. Leyendo sus páginas, pueden deducirse varias afirmaciones importantes que presenta:

1.- La edición impresa ha dejado de ser la base de la versión digital de los medios.

2.- La versión online es la que alimenta ahora, cada vez más, a su predecesora de papel.

3.- La prensa digital española ‘aún no aprovecha todas las virtualidades que ofrece el ciberespacio’. Es insuficiente el actual aprovechamiento, tanto de la interactividad, como de las ventajas de la integración multimedia.

4.- La imitación del ‘modelo en papel’ se mantiene ‘en casi todos los casos’, ya que se comprueba el uso de las mismas noticias y fuentes, junto con la escasa adaptación de los textos impresos al formato digital.

5.- En algo sí acertamos: existe un creciente uso del multimedia por yuxtaposición y de los Blogs como sección propia y como formato ágil y novedoso para la columna periodística.

Creo que son verdades como templos. Seguimos con la sempiterna rémora de pretender ahorrar, justo en lo único que no hay que racanear: en I+D, en formación, en esfuerzo por mejorar, en apostar por la inversión para actualizarnos.

El mal de España es un mal de cultura, como ya denunciaban los ilustrados. Si tendremos que incorporar todos los avances, antes o después, ¿qué demonios ganamos con retrasarlos?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Video killed the radio star?

Cuando hay este tipo de avances tecnológicos las opiniones, generalmente, se polarizan en "integrados" (los que creen que la nueva tecnología será el futuro) y los "apocalípticos" (los que creen que la nueva tecnología estropeará la estructura y no solucionará el problema para el que fue creada). Los griegos inventaron el pensamiento occidental y sostenían que la virtud está en el justo medio. Pensemos así, porque es lo que nos demuestra la Historia.
Cuando nace la radio, se pensó que la prensa desaparecería ya que había un medio más inmediato, más cercano a nuestra forma de comunicar más cotidiana (la transmisión oral). Lo mismo ocurrió con la irrupción de la televisión: ¿para qué iban a escuchar la información en radio, si podían verlo en televisión? Pues ni la estrella de la radio mató a la estrella del periódico, ni la estrella de la televisión mató a la de la radio. Es de suponer que Internet no matará a sus predecesores. Entre otras cosas porque cada medio tiene unas características propias que sirven para explotar una forma de comunicación distinta al resto.
La prensa difunde noticias con 24 horas de retraso (desventaja respecto a la inmediatez de la radio), pero a cambio hay más tiempo para contextualizar los acontecimientos y analizarlos con un poquito (ojo, que no somos historiadores) de perspectiva.
La radio ofrece tremenda inmediatez y flexibilidad, es por excelencia el medio de la última hora. Se puede contar cualquier noticia desde cualquier punto del mundo en tiempo real. Es más, la historia puede comenzar con un flash informativo al que luego se puede incorporar más información hasta construir la historia completa.
La televisión tiene la característica de enseñar (más o menos como vemos los humanos la realidad). Es decir, tiene la capacidad de ofrecer una perspectiva espacial.
Internet no es prensa, ni es radio, ni televisión. Puede ser las tres cosas a la vez, con la ventaja de ofrecer participación a la audiencia a la que se dirige. Y tiene dos ventajas que a mí me parece fenomenales: por un lado, hacer de archivo documental, sonoro y gráfico de las informaciones que se han difundido y poder relacionarlas con nuevos acontecimientos de corte similar (o incluso aportar nuevos datos de la historia que se difundió y que vuelve a la actualidad); y por otro lado, servir de puente entre la audiencia y la propia fuente de información (por ejemplo, una crónica parlamentaria se puede complementar con un enlace al Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados).
Y, aún más, cada medio se recibe en función de una situación cotidiana. Es difícil que alguien que está acostumbrado a leer el periódico mientras paladea un croissant en el desayuno, cambie su rutina para leer la prensa digital una vez que se sienta a trabajar. O hacer que mientras se afeita, en vez de encender un transistor para escuchar las primeras noticias de la mañana, se ponga delante del portátil a escribir comentarios a una noticia.
Lo que me falta en todos los casos es conocimiento por parte de las audiencias de los procesos de los medios, para que puedan defenderse de los abusos informativos, o sepan tomar con cautela los datos que proporciona cada medio (y no sólo me refiero al color de cada empresa o grupo mediático, sino a la selección de acontecimientos y datos que cualquier periodista se ve obligado a hacer en función del espacio y el tiempo asignado, del tiempo real que tiene para trabajar una historia o los propios medios de que dispone). Sería muy positivo que la gente supiera aprovechar las ventajas de cada forma de contar, porque si no las conoce, difícilmente se pueden utilizar sus recursos.

Anónimo dijo...

Entre un periódico digital y otro de papel, prefiero aquel que sea plural, que abarque a tantos columnistas como sea capaz de juntar el editor-esto es, amigos de distinto juicio y ganas de dar sus opiniones-, que no sea patriótico, que no siente cátedra, que no estimule los paragdimas de la redacción, los que fueran, que se deje leer con escepticismo, que no regale un croissant o una cristalería o las piezas de un rompecabezas o los dedales que usaban en la Corte de Maria Antonieta. ¿Sabe qué me pasó el domingo? Salí con dos euros para comprar El País en el quiosco de la esquina de mi casa, ¡como de costumbre! es verdad, las monedas se las di al vendedor y como no encontraba en los pliegos la revista, le pregunté y el hombre se arrodilló para sacar de una caja un par de revistas, pues traía un especial de navidad, junto con la habitual. Me dijo: lo tengo aparte porque abulta mucho. Falta poco para que metan a una persona!

¿Estaba desencaminado? ¿Una persona de regalo en los periódicos?

Prefiero la prensa on line, así es imposible que me endosen el regalito...

Buenas noches!