24 enero 2009

Barack Obama

“Compatriotas: Me encuentro hoy aquí con humildad ante la tarea que enfrentamos, agradecido por la confianza que me ha sido otorgada, consciente de los sacrificios de nuestros antepasados. Agradezco al presidente Bush su servicio a nuestra nación, así como la generosidad y cooperación que ha demostrado”.

Con estos nueve valores Obama comienza su discurso: humildad, tarea, agradecimiento, confianza, sacrificio, servicio, nación, generosidad y cooperación. Pero no se queda ahí. Prosigue añadiendo muchos otros, hasta pasar de cincuenta: alegría, asunción de riesgos, ayuda, bondad, ciudadanía, contención, credo, cuidado, deberes, decisión, educar, ejemplo, espíritu, fe, felicidad, fidelidad, fuerza, heroicidad, honestidad, ideales, igualdad, juego limpio, justicia, labor, lealtad, libertad, lucha, pasar oculto, patriotismo, principios, promesa divina, prudencia, responsabilidad, sabiduría, Sagrada Escritura, sentido, solidaridad, templanza, tolerancia, trabajo duro, valentía, valores, verdades, virtud, voluntad… Para terminar invocando a Dios, ¡cuatro veces!

¿Te imaginas a nuestro presidente hablando de fe, Biblia, credo, promesa divina, gracia y bendición de Dios? Fíjate que a Barack Obama no le tiembla el pulso y sí lo hace. Increíble. Pues resulta que Zapatero presume y se identifica con ese -según él- “pensamiento socialdemócrata” de su homólogo norteamericano. Debe ser que no lo ha entendido. Bueno, como no sabe decir en inglés más que “Yes”, se le puede disculpar…

Veamos: ¿Orgullo de nuestros antepasados? ¿Rendir cuentas del dinero público? ¿Admitir recortes de nuestro salario para que no despidan a compañeros? ¿Sentido de eternidad? ¿Elogio de la virtud? ¿Fe e ideales? ¿“Cosas viejas” y “verdaderas”? ¿Dios y la Biblia? Vaya, que si sólo se le ocurriera mencionar algo parecido, le faltaba tiempo a de la Vega para llevarle corriendo a un psiquiatra. Anda que… En fin. Léete aquí un tercio de su discurso, y juzga por ti mismo.

”Porque nosotros, el pueblo, hemos permanecido fieles a los ideales de nuestros antecesores… según las palabras de las Escrituras: la promesa divina de que todos son iguales, todos son libres y todos merecen la oportunidad de alcanzar la felicidad plena.
”No ha sido un camino para los que prefieren el ocio al trabajo, o buscan sólo los placeres de la riqueza y la fama. Más bien, han sido los que han asumido riesgos, los que actúan, los que hacen cosas: algunos de ellos reconocidos, pero más a menudo hombres y mujeres desconocidos en su labor. Una y otra vez estos hombres y mujeres lucharon y se sacrificaron y trabajaron hasta tener llagas en las manos para que pudiéramos tener una vida mejor.

”A los que manejamos el dinero público se nos pedirán cuentas para gastar con sabiduría, cambiar los malos hábitos y hacer nuestro trabajo a la luz del día, porque sólo entonces podremos restablecer la confianza vital entre un pueblo y su gobierno.
”Nuestro poder crece a través de su uso prudente, de que la seguridad emana de la justicia de nuestra causa, la fuerza de nuestro ejemplo y las cualidades de la templanza, la humildad y la contención. Somos los guardianes de este patrimonio. Guiados de nuevo por estos principios, podemos hacer frente a esas nuevas amenazas.

”A los pueblos de las naciones más pobres, nos comprometemos a dar de comer a los cuerpos desnutridos y alimentar las mentes hambrientas. Y a aquellas naciones que, como la nuestra, gozan de relativa abundancia, les decimos que no nos podemos permitir más la indiferencia ante el sufrimiento fuera de nuestras fronteras, ni podemos consumir los recursos del mundo sin tomar en cuenta las consecuencias.

”Los héroes caídos que yacen en el cementerio nacional de Arlington susurran desde los tiempos lejanos: les rendimos homenaje no sólo porque son los guardianes de nuestra libertad, sino también porque encarnan el espíritu de servicio; la voluntad de encontrar sentido en algo más grande que ellos mismos. Es precisamente este espíritu el que tiene que instalarse en todos nosotros.

”Por mucho que el gobierno pueda y deba hacer, en última instancia esta nación depende de la fe y la decisión del pueblo estadounidense. Es la bondad de acoger a un extraño cuando se rompen los diques, la abnegación de los trabajadores que prefieren recortar sus horarios antes que ver a un amigo perder su puesto de trabajo, lo que nos hace superar nuestros momentos más oscuros. Es la valentía del bombero al subir una escalera llena de humo, pero también la voluntad del progenitor de cuidar a un niño, lo que al final decide nuestra suerte.

”Esos valores sobre los que depende nuestro éxito: el trabajo duro y la honestidad, la valentía y el juego limpio, la tolerancia y la curiosidad, la lealtad y el patriotismo: esas cosas son viejas. Esas cosas son verdaderas. Han sido la fuerza silenciosa detrás de nuestro progreso durante toda nuestra historia. Lo que se exige, por tanto, es el regreso a esas verdades. Lo que se nos pide ahora es una nueva era de responsabilidad: un reconocimiento, por parte de cada estadounidense, de que tenemos deberes para con nosotros, nuestra nación, y el mundo, deberes que no admitimos a regañadientes, sino que acogemos con alegría, firmes en el conocimiento de que no hay nada tan gratificante para el espíritu, tan representativo de nuestro carácter que entregarlo todo en una tarea difícil.

”Este es el precio y la promesa de la ciudadanía.

”Esta es la fuente de nuestra confianza: saber que Dios nos llama a dar forma a un destino incierto.

”Este es el significado de nuestra libertad y de nuestro credo.

”Con la vista puesta en el horizonte y la gracia de Dios encima de nosotros, llevamos aquel gran regalo de la libertad y lo entregamos a salvo a las generaciones venideras.

”Gracias, que Dios os bendiga, que Dios bendiga a América.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Te olvidas de que la sociedad Estadounidense es tremendamente religiosa (de multitud de credos, dicho sea de paso), porque los primeros colonos (considerados colonos) fueron ingleses puritanos que querían "experimentar" sus comunidades en el Nuevo Mundo (y con ellos llevaron un montón de criados Irlandeses, es decir, católicos). Estados Unidos no se entiende sin el grito de guerra: God bless America...ni el "In God we trust" que aparece en el reverso de los billetes. Es decir, un Presidente de los Estados Unidos jamás se declarará ateo ni agnóstico. En Europa la cosa es muy distinta.

Pedro García-Alonso dijo...

¿Te parecen tan distintos los Norteamericanos a los Europeos? ¿Crees de verdad que en Europa la cosa es muy distinta? Veamos:

- Tan occidentales ellos, como nosotros.
- Tan civilizados ellos, como nosotros.
- Tan partícipes de la cultura moderna ellos, como nosotros.
- Tan desarrollados ellos, como nosotros.
- Tan luchadores por la libertad contra el nazismo y contra el comunismo contra ellos, como nosotros.
- Tan defensores de la democracia ellos, como nosotros.
Y podríamos seguir, pero abrevio para no aburrir.

Lo que ellos no han hecho nunca,
es admitir el despotismo,
ni servir a un tirano,
ni cambiar la constitución mil veces,
ni desdecirse de sus valores fundacionales,
ni aberrar de su historia,
ni faltar a su sentido de nación,
ni renunciar a sus principios de respeto,
ni cercenar la libertad.

Creo que más bien somos nosotros los que tenemos que aprender de ellos, más que ellos imitarnos a nosotros. Al menos, en lo que a la vida social y a la política se refiere.

Anónimo dijo...

Podemos hablar de su Historia y la nuestra, podemos hablar de su composición Sociológica (incluso en los términos más pedestres de la Geografía humana) y la nuestra, podemos hablar de su Sistema Político y el nuestro, podemos hablar de sus Relaciones Internacionales y las nuestras, podríamos hablar hasta de su cine y el nuestro...todo me sale distinto. Ni mejor, ni peor: DISTINTO.
De todas maneras no esperaba esta respuesta tan airada. Como verás si relees con atención, sólo hablo de que cada mensaje se entiende en el contexto en el que surge, para el auditorio al que va dirigido, si cambias las variables podemos hacer interpretaciones aberrantes (es decir, incorrectas). Es un puro ejercicio de análisis del mensaje, que tanto hacen tus alumnos de la Facultad. No digo ni que sea bueno, ni que sea malo (cada uno tendrá su opinión al respecto, respetable como todas), no voy a ser yo quien se erija en guardián de la verdad universal para decir quién debe aprender de quién: a lo sumo podré manifestar qué me gusta y qué me disgusta. Pero que la Comunicación Política estadounidense (sea del signo que sea, es decir, Demócrata o Republicana, no hay más) es bastante parecida siempre, hay un poso de mensajes que no pueden cambiar, simplemente, porque van dirigidos a la sociedad estadounidense (Ojo, estadounidense, que norteamericanos también son los Canadienses).
También hubo antropólogos nazis que justificaban la inferioridad del pueblo judío utlizando argumentos pretendidamente científicos.