10 enero 2009

María Teresa Fernández de la Vogue

“Año de nieves, año de bienes”, dice alegremente.

-Pues debe serlo para ti, oye, rica, viviendo como vives. Éstos son los preparativos de Fernández de la Vega cada día:

· peluqueras y maquilladoras de belleza (ejém) a domicilio,
· desfile de ropa traída a medida y
· vigilancia con seis personas de seguridad. Esta es la verdadera cara (bastante dura, por cierto) de la ‘Vice’.

Todo despilfarro, sirvientes como sultanes, dinero a espuertas, poder sin límites, viajes privados pagados, caprichos carísimos. De este derroche lujurioso, Fernández de la Vogue es el paradigma del poder que nos gobierna.

La existencia real de los políticos queda bastante a la vista de la gente cuando -como ocurre frecuentemente- viven en casas de vecinos. Es lo que sucede con María Teresa Fernández de la Vega, que reside en Madrid, junto al Corte Inglés de Orense y Nuevos Ministerios, en la calle Hernani, en un edificio donde hay también otras viviendas. Comenta El Confidencial Digital:

“Y, así, los vecinos de ese inmueble y los de los más próximos pueden presenciar el operativo que acompaña cada día a la puesta en marcha de la vicepresidenta del Gobierno. Que tiene cierto espectáculo”.

“Le cuentan a El Chivato que, por la mañana, aparecen por la casa de Fernández de la Vega unas chicas que se encargan de peinarla adecuadamente. Y que llega luego un coche que lleva el traje de ese día, procedente de una franquicia situada en la calle de Velázquez”.

Eso sí: en sus mensajes se le llena a de la Vega la boca hablándonos a los demás de austeridad, de control del gasto, sobre medidas de ahorro, de la prudencia en el consumo y demás mentiras, pues ella misma, como los políticos, son los primeros en subirse los sueldos y en despilfarrar con sus lujos suntuosos, pase lo que nos pase a los demás con la crisis, que de entrada se negaban siquiera a admitir. ¡Menuda caterva de chupones!

Si por lo menos consiguiese de la Vega que la pagasen por anunciar sus modelitos -a pesar de lo arrugada cadavérica, repintada y poco chic que resulta-, ¡menuda fortuna sacaríamos! También se podrían lanzar unos cromos, aun a riesgo de que nadie pudiese conseguir acabar la colección completa nunca. Serviría para subvencionar -sólo con ella y con sus poses- todo el INEM, la crisis de la construcción, el trasvase del Ebro y hasta la deforestación.

Sólo con sus chaquetas, ya tenemos muestras de todo: con botones y sin botones, con solapas y sin solapas, cuello vuelto o cuello tieso. Y de todos los colores: blanco, beige, lila, rosa, verde clarito, salmón, violeta, rojo, morado, gris, estampado, perla, marrón… Eso sí: mucho insistir con ahorro, reservas, prudencia de gastos, economía austera, control de costes, nada de lujo, fuera el despilfarro… ¿Quién se lo cree? Cinco entraditas de Google, y no pillas ni una sola ropita repetida. Y todas a pleno lujo.












4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y a esta tipa no se la puede enjuiciar por malversación de dinero publico?
A parte del miedo que debe darle a su servidumbre cuando se levanta por la mañana y recién salida de la cama.
¡¡PANICO TIENE QUE DAR!!

Anónimo dijo...

Pedro no me gusta que utilices el aspecto de una política para enjuiciar su trabajo. Todas las mujeres que están en el poder, sean del partido que sean, tienen un séquito de estilistas a su servicio, tanto cuando hay crisis como cuando no. Y es verdad que ésta en concreto no es muy agraciada... pero también hay políticos feos...y que no se pierden un desfile. ¿Para cuándo un post sobre lo trajes a medida que gastaba Zaplana?
Y que conste que en lo demás coincido contigo. Un saludo,
Marina Jiménez.

Juan Carlos dijo...

Hola Pedro! Hoy me he leventado con la SER a todo trapo diciendo que EL ESTADO NO FUNCIONA, en referencia clara al caos en Barajas y a los atascos del viernes en Madrid. Pero luego he entrado en tu blog y me he quedado más tranquilo. España sigue siendo la de siempre, no se ha roto, y a las ministras les pesará cada día el hecho de que por cuestiones de paridad y otras paridas, sean las maniquies de un despropósito. En fin...

Por cierto, te pongo el link de mi último post en www.segundoizquierda.blogspot.com en el que hago una referencia a la clase que nos diste sobre el País Vasco.

Un Saludo.

Me dijo...

Mucho peor lo de Carmen Calvo hace un par de años, con su Luis Vuitton falso en un desfile de alta costura.

No sé que fué peor, si el hecho de que acudiera en calidad de ministra de cultura a semejante desfile de espectros, o que una persona pretendidamente socialista trate de aparentar que sale de casa con un bolso de 1.770 dólares, pagado por los contribuyentes.

Claro que de socialista tenía lo mismo que de ministra, y de culta ya no digamos.