El daño en España no es difícil de explicar (The pain in Spain… isn’t hard to explain). Con esa rima encabeza el premio Nobel de Economía Paul Krugman en su Blog su opinión sobre el nada sencillo arreglo de la situación económica española. Así lo explica (lo traduzco):
El caso de España es básicamente el de Florida: una burbuja inmobiliaria inflada, tanto por residentes como por gente para sus vacaciones, y ahora la burbuja se ha pinchado. Pero el caso de España es de peor aspecto que el de Florida, por dos razones, que resultan muy conocidas para todo el que esté envuelto en el gran debate sobre si el euro fue una gran idea.
Primero, porque Europa carece de un gobierno central, como USA. A diferencia de Florida, España no puede endosar cheques de la Seguridad Social a Washington. Por lo tanto, el peso de la recesión cae de lleno en presupuesto de cada miembro de la UE, bajando la calificación de deuda de ese país (España ha visto caer la suya hace muy poco).
Segundo, porque los Estados Unidos tienen un mercado laboral más o menos integrado geográficamente: los trabajadores pueden moverse fácilmente desde las regiones decaídas a otras con mejores perspectivas. Europa no lo tiene, excepto a niveles de elite o de ingresos ínfimos, pero nada parecido al nivel de USA.
Entonces, ¿qué puede hacer España? Necesita llegar a ser más competitiva. Pero no puede devaluar su moneda, porque pertenece a la zona euro. Por lo tanto, su única alternativa es recortar salarios, que son desesperadamente difíciles de lograr, y que crean grandes problemas para las entidades crediticias.
Contrariamente a los que todos vienen repitiendo desde hace unas semanas, ser miembro de la eurozona no inmuniza a ningún país contra la crisis. En el caso español (al igual que Italia, Irlanda y Grecia) el euro está agravando sus problemas. Mientras que la Libra inglesa, a pesar de lo impopular que es, pude demostrar ser un arma muy positiva.
El caso de España es básicamente el de Florida: una burbuja inmobiliaria inflada, tanto por residentes como por gente para sus vacaciones, y ahora la burbuja se ha pinchado. Pero el caso de España es de peor aspecto que el de Florida, por dos razones, que resultan muy conocidas para todo el que esté envuelto en el gran debate sobre si el euro fue una gran idea.
Primero, porque Europa carece de un gobierno central, como USA. A diferencia de Florida, España no puede endosar cheques de la Seguridad Social a Washington. Por lo tanto, el peso de la recesión cae de lleno en presupuesto de cada miembro de la UE, bajando la calificación de deuda de ese país (España ha visto caer la suya hace muy poco).
Segundo, porque los Estados Unidos tienen un mercado laboral más o menos integrado geográficamente: los trabajadores pueden moverse fácilmente desde las regiones decaídas a otras con mejores perspectivas. Europa no lo tiene, excepto a niveles de elite o de ingresos ínfimos, pero nada parecido al nivel de USA.
Entonces, ¿qué puede hacer España? Necesita llegar a ser más competitiva. Pero no puede devaluar su moneda, porque pertenece a la zona euro. Por lo tanto, su única alternativa es recortar salarios, que son desesperadamente difíciles de lograr, y que crean grandes problemas para las entidades crediticias.
Contrariamente a los que todos vienen repitiendo desde hace unas semanas, ser miembro de la eurozona no inmuniza a ningún país contra la crisis. En el caso español (al igual que Italia, Irlanda y Grecia) el euro está agravando sus problemas. Mientras que la Libra inglesa, a pesar de lo impopular que es, pude demostrar ser un arma muy positiva.
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