24 junio 2006

Acto de Graduación

Acaba de celebrarse en la Universidad Complutense de Madrid la ceremonia de Graduación de los nuevos Licenciados en Periodismo 2006. He prometido allí volcar este mensaje que les he transmitido. Se trata de las verdades del barquero, que de sobras conocéis, pero que –como pauta orientadora para la vida profesional que ahora iniciáis-, me toca a mí repetir:

- No dejéis nunca de ser universitarios: es vuestra condición, la mayor dignidad intelectual y distinción; responde al saber que encarnáis y a la cultura que lleváis viva en vosotros, impresa en vuestras mentes.

- Vosotros sois en el saber actuando, lo mismo que el fútbol español es la selección nacional jugando. Aquí está vuestro Club. Llevad siempre el orgullo de la Alma Mater Complutense, que es vuestra Universidad.

- Repartid a destajo vuestro saber. Ensanchad la cultura. Dad gratis lo que gratis habéis recibido. Sois la fuente y salvaguarda de la civilización, por un doble título: como estudiantes superiores, y como comunicadores.

- No despreciéis nunca a los que no llegan a vuestro nivel. Actuad como los grandes de verdad, sabiendo descubrir siempre el valor de las personas, aunque queden profesional o económicamente por debajo de vuestro puesto o rango.

- No os dejéis jamás sobornar, ni instrumentalizar, ni corromper. Un hombre vale, lo que valen sus principios, su conciencia, su corazón, su palabra, sus valores y los límites que jamás está dispuesto a transgredir ni a traicionar.

- Sois la crema de la sociedad, la aristocracia de la cultura, las fuentes vivas de la inteligencia, las claves del saber vivo. No dejéis nunca el estudio, de formaros, de actualizar constantemente vuestras ideas.

- El verdadero valor no está en mandar, en el poder, sino en servir, en ser útiles, en ayudar, colaborar, aportar, añadir... Dejad a otros la destrucción y los ataques, procurando siempre construir y ser positivos. Mueve más una gota de miel, que un barril de hiel.

- Repasad. Consultad. Releed. Acudid una y mil veces a los libros y a las fuentes donde se labró vuestra Ciencia. La memoria es una traidora. Nunca os fiéis de ella. Usad en cambio la inteligencia.

- Exigíos, creced siempre, nunca os deis por satisfechos, no digáis nunca basta, avanzad siempre adelante, venced nuevas metas, lograd nuevos éxitos y luchad por superarlos.

- Lo único que en definitiva nos quedará como personas es la grandeza de vuestro corazón, el bien que hayáis sabido sembrar, los favores y las ayudas prestadas, el apoyo aportado, aunque nunca nadie os lo pague.

- Cuidad siempre a vuestros amigos, que son el mayor tesoro. Nadie os dará más que ellos, siempre y con una sonrisa. Ojalá no tengáis que comprobarlo, pero las amistades son el factor definitivo que os mide en vuestra capacidad humana y en vuestra valía como personas.

- Perdonad y disculpad los errores, tantas veces involuntarios: es de humanos equivocarse. Imitad lo bueno, no copiéis nunca los defectos.

- Anteponed la familia al trabajo, cuidad a los vuestros y al nuevo hogar que fundéis, más que a la empresa. Ningún directivo va a llevaros la comida a la cama cuando enferméis. La familia es el único recurso que nunca falla.

- Portaos siempre como hasta ahora habéis hecho. No os dejéis envejecer, malear ni arrugar. Sabed rectificar, aprender de vuestros errores, corregir lo equivocado, siendo positivos y optimistas, audaces y animosos, sabiendo buscar lo mejor siempre, ¡sed jóvenes de por vida!

- Por último, sabed ser siempre agradecidos, porque en realidad, sólo poseemos lo que hemos recibido. Sin nada nacemos, y sin nada morimos. A vuestros padres, especialmente, es a quienes en definitiva les debemos cuanto hasta ahora hemos disfrutado. Desde aquí, en nombre de todos, ¡un fuerte aplauso para ellos!

(Si deseas además una visión un tanto crítica de la carrera, pero no exenta de razón, echa un vistazo en “Lo ideal de un sistema educativo sería que además de estudiar pudiéramos aprender”).

2 comentarios:

Javier Jurado dijo...

Enhorabuena a los premiados, a los que ya se han quitado la carrera de en medio, la carrera más inutil en cuanto a su relación con el oficio se refiere. Lo mejor de la carrera es la cantidad de buena gente que uno puede llegar a conocer. Lo peor, el esfuerzo inútil que algunos te obligan a realizar en pos de un título que, sin más, no vale nada. Sólo demuestra un nivel académico (su valor tendrá) y que sólo está bien en el caso de querer doctorarse uno.
Mucha suerte a quienes han optado por esta opción y mucha suerte a quienes busquen trabajo de periodista (y a los que lo busquen de otra cosa también). Esta carrera apenas nos prepara para ejercer en el mundo del periodismo. Por ello, mucha mucha mucha suerte.
Y ánimo a los que, por diversos motivos, se ven obligados a hacer "6º de periodismo" o más... ya somos varios. ¡Todos a una, compañeros!

Anónimo dijo...

Javier, no estoy de acuerdo contigo en que la carrera de periodismo es la más inútil en cuanto a la relación con el oficio. En primer lugar no creo que el del periodista sea un oficio, sino una profesión. Necesitamos un título, por una cuestión de responsabilidad social. Y necesitamos unos conocimientos para ser expertos en comunicación, no en derecho, ni en medicina, ni en economía. Pero hay que saber hablar de derecho, de medicina y de economía, para no meter la pata. Y, segundo, siguiendo con el argumento, a trabajar en un periódico se aprende trabajando, a trabajar en la radio, se aprende haciendo radio, a trabajar en una agencia se aprende haciendo agencia...y así sucesivamente. Cada forma del periodismo tiene sus códigos propios, pero hay algo que no se puede aprender trabajando y es amueblar tu cabeza de una determinada manera: dar la respuesta que daría un profesional de la información. Lo ideal es que la universidad fuese de verdad un centro de investigación científica y no un mal híbrido entre la formación teórica y la práctica, porque el resultado es que no cumple su objetivo en ninguno de los dos aspectos.
Y, a pesar de lo mucho que he despotricado... por muchas razones, me alegro de haber estudiado Periodismo en la Complu. Es más, si volviera atrás en el tiempo, volvería a hacerlo.