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Todas las tardes, dos mujeres mayores se sientan frente a frente en el salón de un piso del barrio de Amara de San Sebastián. Son vecinas y consuegras. Una se quedó viuda el 2 de enero de 1977, a las ocho y media de la mañana. Tres pistoleros de ETA se apostaron frente a su marido, el comandante del Ejército José María Herrera, y lo acribillaron con disparos de metralleta en la misma puerta de su casa. Pasado el tiempo, el hijo del militar se casó con una muchacha llamada Altamira de Juana. La anciana enferma es precisamente la madre de Altamira y de Iñaki de Juana Chaos. Va recibiendo con una cucharilla y mucha paciencia un yogur de café, enferma de Alzheimer. Es la madre del terrorista Iñaki de Juana Chaos, Esperanza Chaos Lloret, fallecida el 27 de enero.
Tenía 83 años y había nacido en Tetuán, donde su padre, un militar del Ejército español, estaba
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Daniel de Juana y Esperanza Chaos tuvieron dos hijos, Altamira y José Ignacio, que nacieron y se criaron en una casona de Legazpia donde el doctor pasaba consulta a los trabajadores de Patricio Echeverría, una de las principales acerías de Guipúzcoa. La vivienda estaba al lado de la casa cuartel de la Guardia Civil y por las tardes José Ignacio jugaba al fútbol con los hijos de los Guardias.
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Cuando De Juana regresó del servicio militar prestado en Alcalá de Henares, llevaba consigo un diploma, expedido por el Ayuntamiento de Madrid el 27 de Mayo de 1977, en reconocimiento por su valiente lucha contra un incendio que sufrió la capital entre el 15 y el 20 de abril de aquel año. Más tarde, ingresó en la segunda promoción de la policía autonómica vasca. "Aún faltaban unos años", recuerda un familiar, "para que De Juana, muy propenso siempre a los amoríos, se ennoviara con una enigmática mujer llamada Helena y residente en Bayona".
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La madre del terrorista más famoso recorrió más de 300.000 kilómetros en coche -le aterrorizaba el avión- para ver a su hijo preso. Esperanza Chaos, ya por entonces viuda, rechazaba una y otra vez las invitaciones para integrarse en el colectivo de apoyo a los presos de ETA. Su llegada a las distintas cárceles, según recuerdan funcionarios de prisiones, nunca pasó desapercibida. "Venía como a una boda, con anillos y collares, elegante y alegre, siempre educada y cordial con nosotros, nada que ver con el carácter frío ni la mirada agresiva del hijo ni mucho menos con la actitud desafiante de la mayoría de los familiares de presos de ETA". En una ocasión, un guardia civil, aun sabiendo a quién iba a visitar, se atrevió a pegar la hebra con ella. - De Tetuán, ¿eh? O usted es hija de funcionario o de militar. - De militar, agente. - Pues permítame que la acompañe. La última vez que vio a su hijo fue el 7 de julio de 2005, en la cárcel madrileña de Aranjuez.
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Al día siguiente del fallecimiento de la madre del terrorista, las
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3 comentarios:
La conclusión que saco es que a De Juana Chaos no se le puede llamar hijo de puta, sino simplemente ASESINO, con todas las letras, no lo digo yo, lo dijo la sentencia del juez que lo condenó por asesinar. Y no contento con eso, desde la cárcel se permite el lujo de amenazar con cartas que se publican en el aparato propagandístico de la banda terrorista en forma de periódico (Gara), donde todavía tienen el morro de llamarlo "preso político". Pues no, ASESINO, ha asesinado y amenazado, y todavía no ha mostrado un mínimo atisbo de arrepentimiento.
Una anécdota que bien se podría convertir en símbolo. Destaco el sinsentido y, como tú dices, los vínculos que volvemos a establecer después del dolor, del fracaso,... Muchas gracias por la historia.
Increíble. Un claro y bonito ejemplo de los realmente valientes: los que abogan por la paz sin armas ni chantajes, solamente sembrando afecto.
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