Tan sociales somos los ciudadanos, como los políticos. ¿O va resultar ahora que sólo tienen derecho a decidir los dirigentes de los partidos? Que yo sepa, mi voluntad no se le he vendido sumisamente, por cuatro años, a cambio de un voto. Creo que eso no es ni sociedad, ni democracia. ¿O es que la sociedad es sólo el poder político, y los demás somos unos entres extraños?
Que cada uno elija, con su tiempo y energías, con su dinero y con sus medios, lo mejor para él, lo que él quiera, lo que más le plazca: estudiar en España o fuera, en Europa o en U.S.A., en lo público o en lo privado, con pintura o con música, con natación (como Michael Phelps en Michigan University) o con política, en español o en inglés, en euskera o en catalán, con ideología o libre de ella.
La distribución de los estudiantes por Centros, no puede obedecer a criterios geográficos o sociales, como los hospitales. Igual que los enfermos más graves se tratan en las urgencias más preparadas, los alumnos más capaces deben ser educados en los centros más especializados. Nada de café para todos. Justicia no es ‘todos igual’, sino ‘dar a cada uno lo suyo’.
Basta ya de estado nodriza. Mayorcitos somos para decidir. Fuera con las barreras, basta ya de trabas, arranquemos los límites estatales a la libre elección del estudiante. Nos costó sangre vencer aquellos diferentes distritos universitarios -cantones cerrados- para cada autonomía. Nos faltan aún tres años para llegar al Espacio Europeo de Educación Superior, suprimiendo las barreras de 40 países del Viejo continente.
¿Por qué no empezamos a mirar a los mejores modelos para imitarlos? ¿Es a Cuba o a China o a Corea del Norte, estados socialistas, donde acuden en avalancha los mejores de todo el mundo? Seamos serios. Apostemos por la libertad, no por el dirigismo: cerrando puertas, no lograremos nada más que retener a los peores. ¿Es eso el progreso? ¿Es eso lo mejor? Lo siento, pero discrepo.
7 comentarios:
A ver si investigamos un poquito. En Cuba no pueden pensar por sí mismos, sus zapatos se limitan a dos trozos de cartón atados con cuerdas, viven en cuasi chabolas y los más afortunados utilizan coches estadounidenses de los años 20. Pero ahí donde los ves, hasta el que lleva ropa más raída te da 100 vueltas: médicos, ingenieros, químicos,...
En las antiguas repúblicas soviéticas pasa tres cuartos de lo mismo. Aquí llegan como inmigrantes que no conocen el idioma, que vienen a limpiar casas, y hasta el más pintado es doctor en lo suyo.
Una cosa es que no se elija, porque esos mismos estados desconfían de quien viene de fuera y otra cosa distinta es que les falte calidad en la educación. Todo lo contrario
Lo cortés no quita lo valiente. Mucho mérito tenían en el neolítico de realizar las pinturas rupestres en Altamira, pero no conozco a nadie que vaya allí hoy a estudiar Bellas Artes...
Claro, como los hay que se dan de tortas para venir a España a estudiar...
Sinceramente, a Estados Unidos no iría a estudiar, a la vista de los últimos acontecimientos: tú estás en una clase de alemán en la universidad de Virginia, de repente entra un tirador con dos armas automáticas y sólo quedan "en pie" cuatro personas. Por si fuera poco, un incidente protagonizado por el mismo individuo dos horas antes no sirve para que la Universidad cierre el campus...ni una sirena, ni megafonía, sólo un e-mail justo antes de que mueran 33 personas en una facultad. Y lo peor es que no es la primera vez que ocurre: Universidad de Texas en la década de los 60 y la masacre en la escuela secundaria de Columbine en el 99. El problema es grave, el acceso a las armas es un derecho constitucional amparado por la Segunda Enmienda (al loro, de 1791) y además es uno de los más grandes lobbies y principal financiador de los dos principales (únicos) partidos de la democracia norteamericana. Si lo miramos vamos a mirarlo todo.
Estados Unidos es inmenso: casi un continente. Allí hay de todo: desde lo muy malo, hasta lo muy bueno.
Si por miedo a lo muy malo, reniegas de lo muy bueno, tú mismo te sitúas.
Sin riesgo, no hay triunfo. Quien apuesta por la libertad al máximo, puede lograr el mayor bien o el mayor daño.
Que cada uno elija. Personalmente, prefiero apostar por la libertad que por la esclavitud.
Con Franco no había tanta delincuencia... ni tampoco libertad. Con todos los peligros de la democracia, me siento más a gusto sin ataduras.
Se llama instinto de supervivencia. Hay que correr riesgos para avanzar, claro, pero si pones en riesgo tu propia vida no conseguirás nada. EE.UU. inmenso, pero casos como éste se dan en cualquier estado, en cualquier comunidad y en cualquier momento (en octubre otro tirador asesinó a 6 niñas en un poblado Amish). Es una cuestión de idiosincrasia del país, lleno de contradicciones que inviertre mucho dinero en investigación científica (por ejemplo, para desarrollar medicamentos contra las epidemias que azotan el mundo subdesarrollado y venderlos tan caras que los enfermos no puedan acceder a ellos), la xenofobia (cuando los "wasps" son los descendientes de los colonos, es decir, extranjeros), el puritanismo (que se escandalizan cuando hay un desnudo en una película y no ponen pegas cuando se vulneran los derechos del prójimo) y luego "God bless America", ¿a qué tipo de Dios se refieren? Yo mismo me sitúo, claro que sí, yo necesito un poquito de coherencia para vivir.
Esa idea del cheque escolar ya viene de lejos, y recientemente un informe del Consejo Económico y Social de la Comunidad de Madrid avalaba esta opción. (El País, 14-4-07; sección Madrid, pag. 30)
Yo no puedo estar de acuerdo con abrir las universidades públicas y privadas a todos. Primero porque la universidad privada no puede compararse ni de lejos con la pública en cuanto a calidad de formación y diplomados finales. Y segundo, porque hará falta seleccionar quien vale y quien no para hacer una carrera universitaria.
El cheque escolar sólo vale para financiar proyectos privados que, a mi juicio, harían bastante peor la calidad de los futuros licenciados.
Ramiro Lapeña
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