¿Qué hacemos? ¿Desesperarnos? ¿Está todo tan difícil? Sí, pero sin pesimismos. De peores guerras hemos salido vivos. Peor lo tenía Colón, y descubrió América. A río revuelto, ganancia de pescadores. Aprovéchate de las ventajas. ¿Que no hay trabajo? Pues me lo busco. Ante la dificultad, crecerme. Ya que el trabajo hay que buscarlo siempre, estamos en el mejor momento para aprender a gestionarlo estupendamente. Te recomiendo seguir estos cuatro pasos.
Primero: revisar muy despacio tu curriculum. Prepararlo específicamente para cada puesto de trabajo al que optas. Hacerlo a conciencia. Letra a letra. Con todo cuidado. Ponerlo refulgente, fantástico e insuperable. Darle peso, atractivo, contenido y volumen. Procura que te lo revisen expertos. Adórnalo lo más posible, con recomendaciones y datos. Acude a todo el que conozcas y te sea de confianza. Que tu cv tenga de todo. Que atraiga. Con una foto bestial. Maquetación total. Presentación insuperable. Atractivo inmenso. Que brille más que el oro.
Segundo: revisar la propia imagen, la look. No me refiero a que te prepares para una pasarela de modelos. Simplemente te recomiendo que te dispongas bien, por dentro y por fuera, tanto en tu pinta externa como en tus tablas y desparpajo, para pasar satisfactoriamente todas las entrevistas, dejando alucinado a cualquiera. Eso es todo un arte, que tendrás que practicar y ejercitar toda tu vida, para cada nuevo contrato: vestido, pinta, sonrisa, conversación, trato, ingenio, dejar hablar, caer bien, contactar, engatusar, etc. Se aprende practicándolo, como todo.
Tengo algún amigo que ha estudiado psicología, que fliparon en la entrevista que se preparó, y ya en diez meses tiene un contrato de altísimo standing en la consultora primera del mercado. ¿Cómo? Dejando flipados a todos en la entrevista. Hoy resulta fundamental e imprescindible saber venderse y anunciarse. Priman por delante la publicidad y la imagen.
Tercero: nada de envíos masivos de cv indiscriminados. Eso no llega más lejos de la papelera. Has de barrer el mercado entero, cuidadosamente, de modo sistemático. Estudia estratégicamente el campo de batalla que te propones conquistar. Elige tu sector, ámbito y lugares. Ficha todas las empresas y medios que existan, con los nombres de sus presidentes y de sus jefes de personal o recursos humanos. Ponlos luego por orden de prioridad: cuál te queda más cerca, cuál te gusta más, cuál es más puntero y líder, cuál permite mejores contactos y salidas, en definitiva, cuál prefieres y cuál te gusta más. Así va a ser toda tu vida, según la jungla laboral en la que te metas, para el resto de tus días.
Cuarto: gestionarlo. Directamente y en persona, con tu cara bonita, maletín en mano con tu cv dentro impreso, perfume en tu pelo, revisión en el espejo, ajustar bien la ropa, plantándote físicamente en el sitio donde esté la autoridad que te reciba. Preguntar por el jefe. Conseguir verle, o si no, al menos lograr de su secretaria día y hora para una cita. ¿Que ni siquiera eso? Pues le dejas allí, en mano, tu currículum impreso, para que se lo pasen y entreguen de tu parte, anunciando que en dos o tres días volverás por allí a preguntar cuándo es la entrevista, si es que no recibes respuesta antes.
Supongamos que por fin te reciben. Bien, pues le explicas tus capacidades, deseos y ofertas. Si te vale algo de lo que te ofrece, y si te propone "Mándame tu cv", entonces tú te adelantas, se lo pones delante, en pendrive y en papel, y le dejas pasmado por tu inmediatez y eficacia. Vamos, que si te dice que hay trabajo, te remangas la camisa y le dices: "¿Dónde empiezo?" Que vea que estás dispuesto a incorporarte desde ya. Que lo que te importa no es tanto el sueldo, ni el contrato, ni los ascensos. Que lo que tú quieres es apoyar, aprender, mejorar y no estar parado.
Así es como lo he hecho yo siempre, y no me ha ido tan mal. Juzga tú mi currículum.
Así es como lo he hecho yo siempre, y no me ha ido tan mal. Juzga tú mi currículum.
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