Ahora debemos premiar con dinero público, la mala gestión de los banqueros. Igual que ellos, los políticos tampoco saben reducir sus ingresos, ni sus ayudas, ni sus gastos. Se ve que la crisis debe ser un problema sólo para nosotros, pero no para los politicastros.
Ni Zapatero ni Solbes cumplen lo que predican. No paran en gastos en Leyes de Memoria Histórica, en Ministerios de Igualdad y de Ciencia y Vivienda, en regalos al gobierno de Cuba, en subvenciones harto dudosas, en reduplicación de competencias entre autonomías y Gobierno Central…
¿Por qué no hay ninguna ERE con los políticos, ni con los funcionarios? ¿Tan eficaces e imprescindibles son? Enrique de Diego, escritor, sostiene que llega la hora de apretarse el cinturón, ¡pero también los políticos! Es insoportable esta carga intervencionista, en la que el 50% del presupuesto lo controla el Estado.
¿Qué sentido tiene mantener esos cebaderos para políticos, con sueldos inútiles, como el inoperante Senado? “No tiene sentido mantener ministerios cuyas competencias han sido trasferidas, mantener Diputaciones a la vez que Gobiernos Autonómicos…”. ¿Puede España mantener casi veinte parlamentos, entre centrales y autonómicos? ¿Tanto despilfarro, para qué?
¿Y esos gastos astronómicos, “de Palacio”, en asesores del Presidente en La Moncloa? “No vemos a Pepiño Blanco diciendo que, ante la situación actual, el PSOE se ve obligado a prescindir de 30 jefes de prensa, 20 secretarias, etc. A ellos la crisis les llegará al final y como colapso del sistema”.
¿Seguimos con la política de más subvenciones? ¿Podemos seguir repartiendo gratis monstruosidades como el PER en los Presupuestos Generales del Estado, “para toda esa red clientelar de compra de voto”? “Son castas parasitarias como la SGAE o cineastas como Almodovar, etc.”
¿Qué sentido tienen? Son bastante chupones. Olvídate de esos pretendidos salvadores del mundo: “El político no es un ser romántico, no es Robin Hood. Su objetivo es básicamente aumentar los presupuestos, las personas a su cargo, sobrevivir…”
¿Por qué insisten en seguir aumentando los impuestos? ¿Quién les ha pedido que sean ellos los que nos administren todo? “No podemos conducir por ti”, nos repiten en los anuncios. ¿Pero quién demonios se lo ha pedido nunca? Yo no, desde luego.
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