Dios nos libre de los políticos

Zapatero pretende instaurar la censura en Internet. ¿Quééééé? Como suena. ¡No es posible! Pues sí, en esta España cañí, ‘para salvar nuestra libertad’, a golpe de decretazo. Atención: “Moncloa presiona a Industria para que la Administración pueda cerrar páginas web” (Vid.).

En enero de 2007 culminaba el plazo para el proyecto de “Ley de Impulso de la Sociedad de la Información”. Agárrate. Según esta ley, una autoridad administrativa podrá cerrar páginas web sin pasar por el juez ni por los tribunales. Igual que el Consejo Audiovisual de Catalunya. ¿Y eso? Para salvarnos de las páginas de ‘phising’ o de consejos médicos no autorizados.

ZP pretende que cualquier autoridad administrativa, desde un concejal hasta él mismo desde el Gobierno, puedan cerrar páginas web. Sin juez, sin juicio, sin defensa, sin condena, sin alegaciones. Igual que en las dictaduras bananeras caribeñas, de sus amigos Fidel Castro o Hugo Chávez. ¿Dónde queda la libertad de expresión y de prensa de los países civilizados y libres? Cualquier concejal podría con esta ley vengarse de sus enemigos políticos, prohibiéndoles defenderse en la Red.

El secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, se muestra aún más agresivo contra el periodismo independiente que su predecesor, Miguel Barroso. El anterior secretario de Estado de Comunicación, Miguel Barroso, intentaba forzar a los grandes anunciantes para que retiraran sus ‘spots’ de las páginas de Internet críticas con el Gobierno. El actual, Moraleda, lo primero que hizo al llegar a Moncloa fue suprimir toda la prensa independiente de Internet de la Guía de Comunicación de Presidencia del Gobierno, verdadero censo de la información en España.

Enrique Dans ataca la obsesión del Presidente contra la prensa electrónica y contra todo Internet. A día de hoy, Moncloa continua empeñada en sacar adelante esta barbaridad. No cabe mayor aberración de la democracia, que la unificación de los poderes en un solo mando. Eso es pura tiranía, dictadura, absolutismo, opresión, despotismo y avasallamiento, por muy “socialista” que uno sea. Basta ya de ‘Estado Nodriza’ protector, dejadnos libres y en paz, que mayorcitos somos. Ya os llamaremos cuando lo necesitemos, pero no nos ‘libréis’ de nuestra propia libertad. No sé a quién temer más, si a los que atacan fuera de la ley, o a los que me acosan con ella. De mis amigos líbreme Dios, que de mis enemigos me libro solo.