27 diciembre 2008

Enseñar, queriendo

‘Mal de Escuela’: audaz e interesante obra de Daniel Pennac (‘Chagrin d’école’), Barcelona 2008, 255 págs. Está escrita por un profesor de literatura de alumnos jóvenes de secundaria, batido en las clases de institutos en enseñanza media.

El autor se hizo famoso con su otro ensayo: “Como una Novela”. Allí estudia la filosofía del mal estudiante, ofreciendo estrategias para recuperarlo, pero sólo y nada más que aplicando el sentido común. Este gran maestro discrepa tanto de las técnicas antiguas (todo de memoria, ‘La letra, con sangre entra’), como de los fracasados jugueteos modernos (el ‘aniñado facilismo’ y la ‘no exigencia’).

Pennac escribe: “Basta un profesor -¡uno solo!- para salvarnos de nosotros mismos y hacernos olvidad a todos los demás”. Él se refiere como ejemplos a sus profesores de matemáticas, historia y filosofía: “Los tres estaban poseídos por la pasión comunicativa de su materia”, ¡disfrutaban explicándola! Qué maravilla. Qué tesoro. Qué envidia.

¿Cuál es la clave? Para Pennac, el truco está en saber mantener en las clases un divertido diálogo consigo mismo, en aunar gusto y esfuerzo, lucha y victoria, disfrute y entrega, renuncia y placer. Estar dándose, es decir, renunciando a uno mismo, no contradice estar recreándose, igual que sucede en un parto. Allí se juntan el mayor dolor, con el gozo sublime.

Todo se cifra, para este maestro, en una cuestión que no abunda en la carrera de Educación, ni en los manuales pedagógicos, ni en las instrucciones de los inspectores de enseñanza, ni en los análisis docentes: amor. El libro entero justifica la necesidad educativa de este valor, por desgracia hoy tan escaso.

Atención, docentes: que el mal de España, es un mal de cultura.

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