08 diciembre 2008

La II República no fue ‘Caperucita Roja’

Stanley Payne, académico en la Real Academia Española de la Historia desde 1987, se declara decididamente en contra de la famosa “memoria histórica” de Zapatero. Dice que eso no es más que falsear la realidad de lo sucedido. Según este prestigioso historiador hispanista, los manejos del gobierno pretenden engañar al pobre incauto, presentando una versión edulcorada de las barbaries y atrocidades cometidas.

Esta nueva versión de los hechos pretende que todo se llevó a cabo de un modo pacífico y en nombre de la ley... cuando en realidad el ejercicio del poder era revolucionario y atroz. Había sido arrebatado totalmente a las autoridades, por parte de las checas brutales y de los milicianos descontrolados, dispuestos a encarcelar, torturar y ejecutar atrozmente y sin límite alguno a quien quisieran.

"La leyenda de Caperucita Roja, como yo la llamo -afirma Payne-, se demostró tan útil, que nunca se ha abandonado, y, como en el caso de todos los mitos, eventualmente mucha gente acabó creyéndosela. En estas cosas, los mitos suelen ser más rentables que la verdad, que es, de otro modo, algo embarazosa. La mentira de una República pacífica y democrática, atacada a traición por reaccionarios de extrema derecha, es fruto de la propaganda republicana, difundida por el gran aparato propagandístico de la Komitern".

Si para algo debemos tener verdadera memoria histórica, es para evitarla. Debemos eliminar todos los enfrentamientos, luchas y agravios pasados. Jamás debemos revivirlos y menos aún repetirlos. Nunca me han revelado mis padres los nombres de los vecinos y conocidos que en la guerra intentaron matarles a ellos, como les habían prometido que harían.

Todo el esfuerzo de mi familia conmigo ha sido siempre para educarme en perdonar, en comprender, en hacerme a la idea de que a los que odian, les falta cultura y educación, insistiéndome en olvidar los daños y en disculpar a todos. ¡Cuánto se lo agradezco! Me enseñaron a buscar siempre lo que une, y a huir de lo que separa. Zapatero: toma nota.

Mira estas fotos, tomadas por el teórico poder oficial, como testimonio suyo, modelo claro y ejemplo a seguir, para sus liberaciones revolucionarias: tumbas y templos profanados, fusilados medio desnudados, burlas y destrozos de obras artísticas…











2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si los actos comunicativos se caracterizan por no modificar ni en forma, ni en tamaño, ni en composición, ni en posición en el espacio del referente a propósito del cual se intercambia información, ¿cómo puede ser que contar la Historia pueda revivir la Guerra Civil? No tiene sentido.

Pedro García-Alonso dijo...

Sí que tiene sentido, estimado Anónimo, y basatante grande. Revivir odios, recordar agravios, recalentar los ánimos, sólo sirve para promover enfrentamientos.

Convivir exige perdonar. Soy de Euskadi. Allí viven tres generaciones completas que guardan odio en sus corazones contra Franco y contra todo lo español. Vete y lo verás. Eso está vivo en el seno de muchas familias.

Mientras no pasemos página del pasado, seguirá habiendo kale borroka, taldes y lucha armada. Mantener vivo todo eso, sirve como razón y argumento para validar y justificar el terrorismo actual. "Ellos lo hicieron antes, ahora que se aguanten y lo paguen".

En Irlanda, caso no lejano, ha bastado con una generación para dar por olvidados ¡cuatro siglos! de vandalismo protestante contra los católicos irlandeses.

No lo olvides: de aquellos polvos, provienen aquestos lodos.