Aldo Naouri, famoso pediatra francés, lleva 25 años alertando de que la educación va por tan mal camino, que no nos lleva a ninguna parte. (10/11/08)
¿Estamos criando un ejército de fascistas?
—He sido muy criticado por decir que si educamos a nuestros hijos como demócratas, haremos de ellos unos dictadores, pero si los educamos como fascistas criaremos unos demócratas.
¿Y cómo se educa al modo fascista?
—Guardando la relación vertical que tiene que haber entre padres e hijos, y no teniendo con nuestros hijos una relación en la que nos estemos justificando continuamente, porque los niños no son nuestros iguales, están por debajo, y somos los adultos quienes decidimos, somos los que tenemos el poder.
—Si yo a mi hijo le trato desde que nace como a un igual, eso le hará sentirse fuerte y poderoso, y cuando crezca se creerá todopoderoso, pensará que él tiene la verdad, es el que manda, y ahí tenemos al fascista. Lo he estudiado y comprobado.
Según su teoría, ¿qué principio debe regir la educación?
—Los niños cuando nacen no saben nada del mundo, no tienen ni idea de nada, son los padres los que tienen que enseñarles todo y deben hacerlo con la misma fuerza con la que los niños manifiestan sus pulsiones, por lo tanto no cabe el diálogo, los padres son los que ordenan y los niños los que tienen que ejecutar esas órdenes, lo que no quiere decir que no se haga con amor: se puede y debe ser el padre más firme y el más cariñoso. Excluyendo, por supuesto, el castigo corporal, porque hay que respetar a los niños, para que ellos te respeten a ti.
¿Qué hacemos tan mal los padres?
—Que buscáis ser amados por vuestros hijos. En esa conquista del amor os infantilizáis y sois más fáciles de manipular.
Un consejo para el cambio.
—Reemplazar el eslogan «los niños, lo primero» por «la pareja es lo primero».
¿La mala educación?
—La situación es muy grave. Educar es frustrar y, sin embargo, la actitud que se fomenta actualmente es la de consentir. Los gobiernos no están siquiera preocupados por la mala educación y por la infantilización de la sociedad, ya que todo esto la hace más fácilmente manipulable.
1 comentario:
De acuerdo, en parte. No seré yo el que trate a mis padres como si fueran amigos a los que contarle qué tal va mi vida diaria. Y de esa manera será como tendré que educar a mis hijos. Está claro que los padres seremos los padres y el hijo es el que tiene que acatar unas cosas y otras, pero de ahí a la palabra dictarorial hay un trecho bastante importante.
Digame si usted sabe que el niño quiere para navidad un juguete y por ser tan dictarorial usted le compra un libro y nada más. El niño también tiene ilusiones que desde luego los padres debemos tener en cuenta porque también hemos sido niños.
Eso sí, las reglas del juego las marca el adulto. Aunque no me parecen adecuados los términos "dictarorial" y demás. No sé porque pero me suena a una paliza tras otra.
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