15 marzo 2008

Generati :( n Me

¿Por qué los jóvenes norteamericanos son mucho más seguros de sí mismos, más enérgicos y capacitados… pero más tristes que nunca antes? Why Today's Young Americans Are More Confident, Assertive, Entitled - - And More Miserable Than Ever Befote? Es una gran pregunta.

Jean Twenge lo explica en este libro. Solucionar las propias necesidades, no significa necesariamente incurrir en el egoísmo ni en el aislamiento. Al contrario: es una manera de funcionar por el mundo, protegido por las normas sociales, con la inquebrantable convicción de que sí eres importante.

‘Generation-Me’ es un sencillo tratado sobre nuestra actual manía de “auto-considerarnos”. En ‘Conquistando tu crisis de un cuarto de vida’ Jason ofrece su nuevo lema: "¿Qué es lo mejor para Jason? Tenía que hacerme feliz, lo que tenía que hacer lo que era mejor para mí en cada situación”.

Nuestra orientación práctica hacia la auto-referencia nos deja a veces con disgusto. Boomer sugiere en su novela otro remedio: “Deja de pensar en el sentido de la vida, y ponte a hacer la lista de compras del supermercado”.

Hablamos hoy el lenguaje del auto-considerarnos, de pensar que lo nuestro es lo único válido para nosotros, de que nuestra opinión es sagrada e inmejorable, de que sólo hay que hacer lo que nos dé la gana, hablándolo como nuestra lengua materna. Es harto cuestionable. Por ejemplo, véanse “remedios” que aplicamos, como éstos:

- ¿Estoy preocupado por cómo debo actuar en una situación social? Solución: “Simplemente sé tú mismo”.

- ¿Qué hay de bueno en sufrir alcoholismo y drogadicción, o en haber sido convicto de cometer un asesinato? Hela aquí: "Con eso aprendí mucho sobre mí mismo."

- ¿Estás preocupado por tu rendimiento en tu equipo? Basta con esto: "Cree en ti mismo". (Con frecuencia, seguido de "y todo es posible")

- ¿Y si te compras otro inútil par de zapatos o si te pones un aro en la nariz? Repite: "Este es mi modo de expresarme".

- ¿Por qué debes abandonar una relación que no te llena, o dejar tu trabajo si te aburre, o echarle una bronca a tu suegra? Porque debes comenzar por "Hay que respetarte a ti mismo antes que nada".

- ¿Tienes vicios y no puedes dejarlos? Da igual, lo importante es "Ser honesto contigo mismo".

- ¿Dudas sobre la fecha para cuándo casarte? "Tienes que amarte ti mismo, antes de poder amar a otra persona".

Los estadounidenses utilizan estas frases tan a menudo, a modo de sentencias morales, que ya nunca se dan cuenta. Son máximas y consejos como "el respeto a ti mismo", "dejar de mentirte a ti mismo", "lo importante eres tú mismo", "ser auténtico con uno mismo"... Estos aforismos no nos parecen absurdos, incluso cuando, a veces, indudablemente lo son. Hablamos sobre "la mejora de uno mismo", como si fuera la única clave de todo. Leemos libros de "autoayuda", como si el "yo solo" podría recibir sólo por serlo bonificaciones y subvenciones o donaciones deducibles de los impuestos.

"Autoestima", "auto-eficacia" y "auto-confianza"… Un estudio cuidadoso de las noticias publicadas entre 1980 y 1999, encontró un gran aumento de la auto-referencia las palabras "yo-mí-mío-yo mismo" y una marcada disminución en términos colectivos, como la humanidad, el país, la sociedad o el mundo. Los jóvenes han aprendido estas lecciones libre bastante bien: debemos poner el yo mismo en primer lugar en nuestra lista de prioridades, porque sería blasfemia no hacerlo (a menos que, por supuesto, tengamos baja la autoestima). "No importa lo que otra gente piensa: lo que realmente importa es cómo me perciben a mí mismo. La persona real que necesito -por favor- es para mí mismo".

The United States Army, perhaps the last organization one might expect to focus on the individual instead of the group, has followed suit. Their standard slogan, adopted in 2001, is "An Army of One".

1 comentario:

Anónimo dijo...

bueno, me tomo la libertad de recordar en este punto a Weber y su Teoría de la Ética Protestante...o, en sermo vulgaris, por qué las sociedades de los protestantes son distintas a las de los católicos. Es pura sociología.